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Un momento del cónclave que se celebra este miércoles 7 de mayo. AFP
¿Cómo se elige el nombre del nuevo Papa?

¿Cómo se elige el nombre del nuevo Papa?

Es uno de los momentos más simbólicos de la llegada del nuevo sumo pontífice: «¿Quo nomine vis vocari? (¿Cómo queréis que os llamen?)», se le preguntará al ser presentado en sociedad y esperando su respuesta

M. Palacios y E.P.

Miércoles, 7 de mayo 2025, 13:00

Tras la muerte del papa Francisco el pasado 21 de abril, y del consiguiente funeral, llega el momento de celebrar el cónclave, una reunión que celebra a puerta cerrada en la Capilla Sixtina y a través de la cual se elegirá a un nuevo papa.

En este acto, que ha arrancado este miércoles, 7 de mayo, se designará al sucesor de Francisco a través de diferentes votaciones y es el Colegio Cardenalicio, compuesto por cardenales de todo el mundo, el encargado de la elección. Sin embargo, sólo pueden votar aquellos que tengan menos de 80 años y cuyas condiciones de salud lo permitan. Actualmente, existen 237 cardenales, pero no todos son electores.

Una vez que se haya elegido al nuevo sumo pontífice llega otro de los momentos más simbólicos: el futuro Papa deberá escoger el nombre con el que dirigirá la Iglesia católica, en base a criterios como la admiración por un predecesor o una voluntad de ruptura.

La sustitución del nombre bautismal por el pontifical se ha convertido, a lo largo de los siglos, en una costumbre milenaria arraigada en la historia de la Iglesia, ligada a los orígenes del cristianismo pues fue Jesús quien cambió el nombre del apóstol Simón por el de Pedro, el primer Pontífice.

«¿Quo nomine vis vocari? (¿Cómo queréis que os llamen?)»

Como recuerda Vatican News, después de la votación válida de los cardenales reunidos en el Cónclave, se precede a la vestimenta papal del nuevo obispo de Roma por primera vez, al que se le pregunta: «Acceptasne electionem de te canonice factam in Summum Pontificem? (¿Aceptas tu elección canónica como Sumo Pontífice?», seguido de otra pregunta: «¿Quo nomine vis vocari? (¿Cómo queréis que os llamen?)».

En caso de aceptar la elección, los fieles escuchan al protodiácono pronunciar estas palabras en latín : «Nuntio vobis gaudium magnum: habemus papam! Eminentissimum et reverendissimum dominum..., qui sibi imposuit nomen (Les traigo una gran alegría: ¡tenemos al Papa! El eminentísimo y reverendísimo señor... que se ha dado a sí mismo el nombre...»).

Estas palabras suelen pronunciarse desde la logia central de la Basílica de San Pedro. En la fórmula del anuncio, conocida con la expresión 'Habemus papam', la multitud reunida en la Plaza de San Pedro se dispone a conocer el nombre elegido por el nuevo pontífice, que se pronuncia, tradicionalmente, en uno de los dos casos de la gramática latina, genitivo o acusativo, pero en pasado también en nominativo, y posiblemente va seguido de un adjetivo numeral ordinal.

Cómo eligen los nombres

Por ejemplo, si el nuevo Papa decide llamarse Franciscus como su predecesor, en este caso el nombre del 267º Pontífice será el de Papa Francisco II.

El nombre pontificio está unido en muchos casos al de los santos, como explicó Pablo VI al ser elegido: «Pablo es el apóstol que amó a Cristo de una manera suprema, que deseó y se esforzó por llevar el Evangelio de Cristo a todos los pueblos, que ofreció su vida por amor a Cristo».

En otros casos, el nombre elegido es una sucesión de nombres. «Quise llamarme Benedicto XVI para reconectar idealmente con el venerado pontífice Benedicto XV, quien dirigió la Iglesia en un período convulso debido a la Primera Guerra Mundial... El nombre Benedicto también evoca la extraordinaria figura del gran Patriarca del monacato occidental, san Benito de Nursia», explicó Joseph Ratzinger, en una audiencia general del 27 de abril de 2005.

«Me llegó al corazón el nombre: Francisco de Asís. Para mí es el hombre de la pobreza, el hombre de la paz, el hombre que ama y protege la creación», señaló Bergoglio en una audiencia el 16 de marzo de 2013 en la que explicó las razones de un nombre nunca usado por ninguno de sus predecesores.

El nombre también está ligado a elecciones insólitas como ocurrió con el Papa Juan Pablo I quien eligió, por primera vez, un nombre doble en los 2.000 años de historia de la Iglesia. «No tengo ni la sapientia cordis del Papa Juan, ni la preparación y la cultura del Papa Pablo, pero estoy en su lugar, debo tratar de servir a la Iglesia», afirmó en el Ángelus del 27 de agosto de 1978.

Otros pontífices han elegido el nombre de su predecesor como Juan Pablo II, por ejemplo, que heredó el del Papa Luciani. «Quiero llevar los nombres de Juan y Pablo», indicó Wojtyla en la audiencia general del 22 de agosto de 1979.

Los nombres más usados

Algunos nombres tienen ahora connotaciones negativas, como Pío después de Pío XII, a quien algunos historiadores acusan de haber mantenido un silencio cómplice sobre el Holocausto de los judíos perpetrado por la Alemania nazi.

Pío es sin embargo el séptimo nombre más utilizado por un papa en la historia de la Iglesia, solo por detrás de Juan (21), Gregorio (16), Benedicto (15), Clemente (14), León e Inocencio (13), según la lista oficial de la Santa Sede. Pero hay otros nombres menos habituales como Simplicio, Zacarías o Teodorico.

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