¿Irrigador dental, cepillo eléctrico o raspador de lengua? La higiene bucal más efectiva
La odontóloga Laura Salanova opina sobre los objetos que se integran cada vez más en nuestras rutinas
Paloma Chen
Jueves, 4 de diciembre 2025, 01:14
El 14% de la población adulta española, unos 5,5 millones de personas, no se cepilla los dientes con la frecuencia mínima recomendada (dos veces ... al día) y, a medida que avanza la edad del individuo, sus hábitos de higiene empeoran. Son datos de la Encuesta poblacional de la salud bucodental de 2023, que realiza cada cinco años el Consejo General de Dentistas en España.
Para hablar de los elementos indispensables para una correcta higiene bucal, hemos consultado a Laura Salanova, doctora de la clínica dental Perios Salanova de Valencia, que forma parte de Best Quality Dental Centers, una asociación de clínicas dentales en España y Portugal con una amplia trayectoria. «Para mí es prioritario dedicar tiempo a escuchar a mis pacientes y poner a su disposición todo lo que sé», destaca sobre el trabajo de la clínica.
La doctora Salanova recomienda lavarse los dientes tres veces al día, esperar una media hora tras ingestas de comida para realizar el cepillado (sobre todo si hemos comido o bebido algo ácido), y hacerse una revisión dental anual. Además de cepillo y pasta, ha compartido con los lectores de LAS PROVINCIAS sus conocimientos sobre otros productos y complementos recomendados para tener una sonrisa perfecta.
¿Eléctrico o manual?
«Cepillo eléctrico sí o sí», recomienda la experta. «Pero no hace falta moverlo como si fuera un cepillo manual. Y no es que el eléctrico sea más veloz o ahorre tiempo, sino que bien utilizado es mucho más eficaz para quitar la suciedad». Pero, entonces, ¿es imposible tener una correcta higiene bucodental si solo usamos cepillo manual? «Si alguno de mis pacientes tiene muy buena higiene y me dice que utiliza un cepillo manual, no se lo cambio, pero… esos son una minoría, un 15% como mucho», responde.
Respecto a la dureza de las cerdas del cepillo (a la hora de comprarlos nos encontramos el indicativo de si son de cerdas blandas, medias o duras), la doctora Salanova recomienda una dureza media, pero asegura que es más relevante la presión que ejercemos sobre el diente antes que la dureza. En ese sentido, vuelve a elogiar las ventajas del cepillo eléctrico: «Hoy en día muchos tienen sensores que te indican si estás haciendo demasiada presión o no».
Sobre pastas de dientes y kits blanqueadores
La recomendación básica de la dentista es elegir pastas de dientes con flúor que tengan los menos componentes agresivos posibles. No obstante, ella misma detecta que sus pacientes no siempre cumplen con ello porque a veces caen en comprar pastas y otros productos con sustancias agresivas que se anuncian para blanquear los dientes. En ese sentido, y respecto a los múltiples kits blanqueadores que se encuentran en el mercado, «habría que conocer cada uno a fondo para ver si son efectivos o no, pero en general no les tengo mucha confianza».
Irrigadores dentales, el complemento de moda: «Son coadyuvantes, no sustitutos»
«Los irrigadores dentales tienen dos tamaños. El estándar es bastante aparatoso, mientras que el de viaje es más cómodo para el tamaño del baño de una persona normal. Funciona, básicamente, como una hidrolimpiadora Kärcher en miniatura, con chorros de agua a presión para eliminar los restos de comida que se quedan atrapados entre las encías y los dientes. Y puede no llevar solo agua, sino añadirle también antiséptico, etc. dependiendo de la recomendación del dentista», explica. De hecho, afirma que desde la clínica recomiendan los irrigadores a las personas que llevan ortodoncia y prótesis como puentes fijos o coronas porque, en esos casos, sí hay más riesgos de que se queden restos de suciedad entre los dientes que la seda o el cepillo interdental no quiten.
Pero, ¿y en el caso de no llevar ortodoncia ni prótesis? «En ese caso, no diría que es necesario, porque los irrigadores son coadyuvantes y no sustitutos del hilo dental o del cepillo interdental. Imagínate que en el suelo hay una mancha. Quizá la sacas antes con un cepillo con lejía que con la manguera a presión. Pero si es un chicle pegado en el suelo entonces quizá sí necesitas algo más potente. Pero decir que todo el mundo necesita un irrigador dental es como decir que todo el mundo necesita ponerse un sérum además del champú», reflexiona la doctora Salanova.
Siguiendo con la metáfora, entonces, aunque el sérum no es imprescindible para el pelo de todo el mundo, usarlo frecuentemente tampoco sería negativo: «Los irrigadores tienen varias potencias y aunque no lo necesites, incluso si lo usas todos los días no tiene ninguna contraindicación. Al fin y al cabo, dan un masaje agradable, como los chorros que salen la alcachofa de las ducha. La sensación es relajante y refrescante y, aunque sea un poco 'placebo', puede tranquilizar a quien se preocupe más por su salud bucal».
Lo más necesario que da más pereza
«Hay tres tipos de hilo dental: el redondo, la cinta y el 'superfloss', que es para pasarlo por los implantes. De manera general, recomiendo la cinta, que es un hilo plano, porque es más fácil de utilizar. A la gente en general le cuesta mucho pasarse la seda, y si le cuesta y le hace daño en las encías, pues pierde el hábito rápidamente», afirma Laura Salanova. Añade que si la seda tiene flúor, mejor, aunque en la bibliografía científica no se encuentran diferencias significativas en la prevención de caries si se usa hilo con o sin flúor. Lo que hace la diferencia respecto a las caries es el uso del hilo en sí, porque quita muy bien los restos de comida donde salen: los puntos de contacto entre los dientes.
Por otro lado, los cepillos interdentales, que existen en varios tamaños y texturas, «se utilizan en los casos en que la seda dental no basta, por ejemplo, cuando hay periodontitis, que es cuando se pierde hueso y encía y aparecen unos triángulos negros».
La gran olvidada: la lengua
«Es muy importante cepillarse la lengua. La lengua está llena de bacterias y la boca tiene más gérmenes que los intestinos. Recomiendo el raspador de lengua también para un control relativo de la halitosis. El raspador es mejor pero si no tenemos, debemos cepillarnos la lengua hasta la parte más profunda que podamos», explica la experta sobre un artículo disponible tanto en plástico como en cobre y recomendado también por la medicina ayurvédica tradicional.
Sequedad e hipersensibilidad
A la clínica Perios Salanova llegan pacientes con sequedad bucal, dolencia provocada por la insuficiencia de saliva fabricada por las glándulas salivales que mantienen la boca húmeda. En palabras de la odontóloga, «se puede paliar con productos hidratantes específicos, aunque también hay algún remedio casero de toda la vida, como una fórmula de litro y medio de agua con una cucharadita de las de café con bicarbonato».
Respecto a la hipersensibilidad dental, es otro problema frecuente que atiende la doctora. Lo describe como «una sensación de molestia o dolor dental procedente de los nervios o pulpa de los dientes ante estímulos de frío o calor moderados que normalmente no molestan». Hay varios tratamientos dependiendo de sus causas («las causas más frecuentes son las recesiones de encía, el apretamiento dental y el desgaste del esmalte»). Hay productos como pastas y colutorios pero, en la experiencia de la odontóloga, «el láser de Erbium-Cromo es lo mejor».
Creencias, mitos y otras sugerencias
«La gente llega a la clínica con muchos mitos y creencias erróneas. Por ejemplo, las que se tienen sobre las muelas del juicio o sobre la higiene de los dientes: hay quien cree que hay que lavarlos por fuera y no por dentro, o que es normal que la encía sangre porque se está cepillando muy fuerte. También me llevo las manos a la cabeza cuando alguien me cuenta que ha utilizado algún tipo de alcohol, como el coñac, para intentar aliviar el dolor de determinadas heridas bucales. El alcohol es muy dañino, te tapa un dolor con otro. Por eso también hay que evitar los enjuagues y colutorios con alcohol», aconseja.
Cita el ejemplo del anuncio televisivo de los colutorios Listerine que describían un efecto explosivo en la boca: «Daban esa sensación porque tenía sustancias muy agresivas, pero eso puede provocar hasta cáncer. Tales enjuagues nunca los usaría más de 15 días seguidos, y solo si te los ha prescrito el dentista. Hay otros colutorios con productos naturales que son más inocuos, que se pueden usar por su sensación refrescante y agradable», concluye.
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