El aviso de un experto: «Nunca te duches después de hacer deporte»
Lo que para muchas personas es un gesto automático podría estar perjudicando al organismo
En verano, con las altas temperaturas y el aumento de la actividad física al aire libre, la ducha se convierte en un momento casi sagrado tras cada entrenamiento. Sin embargo, lo que para muchos es un gesto automático podría estar perjudicando al organismo. Aunque parezca contradictorio, ducharse justo después de hacer ejercicio no es la mejor opción, según advierte un especialista.
«Nunca te duches después de hacer deporte», sostiene con rotundidad el doctor José Manuel Felices, especialista en Radiología Diagnóstica e Intervencionista y profesor universitario. Lejos de tratarse de una exageración, su recomendación tiene una base fisiológica clara y fundamentada en el modo en que el cuerpo regula su temperatura tras el esfuerzo físico.
Durante el entrenamiento, explica el doctor, el cuerpo genera calor al quemar energía, lo que provoca un aumento de la temperatura corporal. Para contrarrestarlo, los vasos sanguíneos se dilatan y el sudor se convierte en el principal mecanismo de enfriamiento. «Mientras entrenamos, los músculos queman energía y eso produce calor, lo que eleva la temperatura de tu cuerpo. Para compensarlo, los vasos sanguíneos se dilatan y se facilita la sudoración que baña y se evapora en la piel disminuyendo la temperatura», detalla.
El problema aparece cuando este proceso se interrumpe de forma abrupta. «Si terminamos el entrenamiento y nos vamos corriendo a la ducha, interrumpimos el proceso natural de regulación de la temperatura y puede dar lugar a mareos o incluso a síncopes», advierte el especialista. La ducha inmediata, especialmente si es fría, puede provocar un choque térmico que el organismo no está preparado para gestionar en ese momento.
Pero no solo se trata de la regulación térmica. El sudor, explica Felices, también desempeña una función depurativa. «El sudor también arrastra toxinas» y si se interrumpe ese proceso sin darle el tiempo necesario, el cuerpo no logra completar su función de limpieza. De ahí que muchas personas sientan que siguen sudando incluso después de haberse duchado.
Además, existe una tercera razón para esperar. «El sudor tiene un pH ligeramente ácido, lo que protege a la piel de bacterias y agresiones externas mientras hacemos ejercicio. Si te duchas muy rápido con jabones alcalinos, rompes ese equilibrio y tu piel queda más indefensa pudiendo irritarse o resecarse más», concluye.
Entonces, ¿qué hacer después de entrenar? El consejo del especialista es claro: dejar pasar al menos 15 minutos antes de ducharse. Durante ese tiempo, se recomienda hidratarse, realizar estiramientos o, simplemente, descansar. «La ciencia asegura que estos procesos duran unos 15 minutos después de acabar la actividad. Hidrátate, respira, estira o socializa con tus compañeros. Y después date esa merecida y necesaria ducha», concluye.
