Trilavall, doce años de un club apasionado por el deporte como signo de identidad

Con una serie de valores que caracterizan al grupo, como el compañerismo, el trabajo en equipo y la superación, tanto personal como colectiva, la deportividad y el esfuerzo componen un signo común en el desarrollo de Trilavall, club asentado en la localidad castellonense de La Vall d'Uixó.

En referencia a algunas de las carreras en las que han participado a lo largo de los años que llevan en el running, tienen experiencia tanto en el ámbito nacional como internacional. Así pues, en nuestro país han competido en Campeonatos de España de Duatlón y Triatlón en varias ciudades como Soria, Ibiza, Bilbao y Águilas, entre ellas, además de ser partícipe del Mundial de Duatlón en Avilés, en Asturias. Por otra parte, también han estado en la Copa del Rey celebrada en Oropesa (Castellón) y en el Triatlón TriXilxes, del que son organizadores.

En cuanto al panorama europeo, Trilavall ha participado en el Ironman de Lanzarote, además del Ironman de las ciudades de Niza y Vichy, en Francia. También, en la competición del Challenge de Roth, en Alemania. No hay duda de que es un grupo muy activo y voluntarioso y en sus 12 años de historia han logrado estar en numerosos enclaves nacionales e internacionales en diferentes competiciones.

Preguntados también por ello, en cuanto a los próximos retos que se plantean en el club, están orientados a volver a competir a nivel nacional y subir a la primera división en la liga de clubes de la Comunitat Valenciana. Meta interesante y para la que tienen que seguir adelante de cara a conseguirlo. ¡Mucho ánimo!

Para finalizar, al respecto de alguna anécdota ocurrida en sus aventuras, desde Trilavall cuentan que «en un campeonato de España con los pequeños de la Escuela de Triatlón, teníamos miedo a dejar las bicis dentro de la furgoneta, y no encontrábamos un sitio que nos diese tranquilidad para ello. Finalmente, encontramos un sitio que parecía seguro, dado que pudimos aparcar el vehículo de manera que la puerta trasera estuviese contra una pared. Nos fuimos todos tranquilos a dormir, y la mañana siguiente vamos a la furgoneta y vemos que nos dejamos las llaves puestas… nuestra suerte fue que todo estaba en su sitio y los pequeños de la escuela pudieron participar sin problemas». Un despiste que terminó bien y sin mayor importancia más que el susto generado en esos momentos.