Ha nacido una top
Rocío Crusset, la hija de Mariló Montero y Carlos Herrera, es la modelo del momento. Se la rifan cinco meses después de su primer gran desfile
irma cuesta
Jueves, 9 de julio 2015, 20:47
Ángel Schlesser reconoce que, después de decidirse, pensó en el riesgo de haber elegido a una novata para presentar su colección sobre la pasarela de la Mercedes Benz Fashion Week Madrid (la antigua Cibeles). Sin embargo, aquella morenaza, "francamente guapa", apenas tardó unos minutos en disipar todos sus miedos: sin dejar de sonreír, Rocío Herrera Montero (ahora Rocío Crusset) se enfundó en el que sería su primer modelo sobre una pasarela importante -una túnica de cuello alto sin manga con pantalón ancho negro- y desfiló como habría hecho cualquier otra profesional ya consagrada por los grandes gurús de la costura. "Aunque Cibeles puede asustar un poco, lo cierto es que ella supo estar a la altura. Desde luego, no hubo el más mínimo problema", cuenta el diseñador cántabro.
Schlesser no esconde que la eligió de entre las muchas modelos que la organización propone a los creadores porque la sevillana era una novedad -"eso siempre es interesante"-, y con unas medidas de escándalo -90-64-92 y 1,74 de estatura- resultaba perfecta para lucir su trabajo.
La prueba de que el asunto va en serio es que, apenas cinco meses después de aquel primer desfile, Rocío (Sevilla, 1994) ha correteado esta semana como una top más por el backstage de la XVI edición de la 080 Barcelona Fashion. La hija de los popularísimos Mariló Montero y Carlos Herrera ha lucido creaciones de nada menos que 11 marcas distintas y 18 diseñadores, codeándose, entre otras, con la brasileña Ana Beatriz Barros. Lo justo para que nadie en el mundillo de la moda ponga en duda que acaba de nacer una estrella.
La niña de los conocidos periodistas hace tiempo que tiene claro que quiere hacerse un hueco en el Olimpo de la moda siguiendo la estela de quien asegura ser su icono de belleza: la increíble Gisele Bündchen. "Me veo con alegría, juventud y ganas de comerme el mundo", ha dicho la it girl del momento hace solo unos días.
Lo cierto es que Rocío no parece dispuesta a permitir que alguno crea que se toma la moda a la ligera. De momento, ya ha cambiado su primer apellido por el segundo de su padre porque -dice- no quiere que se la valore por su familia, sino por su trabajo. Un gesto loable, sin duda. Otra cosa es que dé resultado teniendo en cuenta que esto es España, y sus padres son sus padres. Y que nadie la acuse de falta de ambición: esta semana, estando en Barcelona, alguien le preguntó por sus expectativas y ella aseguró que le gustaría desfilar para Versace, Dior, Givenchy, Balmain o Dolce & Gabbana, porque cree tener "el perfil con el que suelen trabajar". Casi nada.
Dicen sus compañeras del colegio de las Esclavas de Sevilla que Rocío "siempre fue guapa y siempre le gustó mucho la ropa"; que incluso siendo una cría ya hacía fotos "para algunas marquitas".
Comparte piso con mamá
"De chica ya andaba con esas cosas porque a veces le pedían que fuera la imagen de alguna firma, no tan importante, y a ella le gustaban un montón", cuenta una de sus amigas, encantada de que estos días Rocío pasee palmito por algunas de las pasarelas más importantes del país. "Además lleva con mucha soltura eso de estar en el punto de mira. Al fin y al cabo, está acostumbrada a que hablen de su familia".
Siendo hija de quién es, Rocío ha aprendido a llevar con salero la popularidad, e incluso las críticas despiadadas. Desde que en 2011 sus padres se separaron, la modelo, que comparte piso en Madrid con su madre, se ha convertido en su más enérgica defensora; sobre todo cada vez que la presentadora de Las Mañanas (TVE) se coloca en el centro de todas las críticas gracias a esa forma, tan suya, de meter la pata. Desde aquel famoso "¿Qué hay en el coche?" de la periodista a la reportera que seguía a los restos mortales de Sarita Montiel; pasando por el no menos comentado: "Si acababa de ser asesinada estaría blandita", su granito de arena a la investigación del asesinato de la niña Asunta Basterra.
Con internet petado de parodias al respecto, la hija de Mariló nunca se ha achantado. Al contrario, Rocío siempre ha aparecido rauda en las redes sociales recriminando a quienes cuestionaban a su madre.
Un carácter que, sin duda, ha debido heredar de su padre. El periodista, flamante fichaje de la COPE, también salió como perro de presa en defensa de la niña de sus ojos cuando, hace solo unas semanas, alguien trató de suplantarla en Twitter. "Importante. La cuenta @rociocrusset No es de Rocío Herrera. Es un suplantador que se hace pasar por ella. Cuidadito" escribió el locutor. E insistió, enfrentándose al impostor: "Rocío Herrera, Rocío Crusset, NO tiene cuenta en Twitter. Así que quien seas @rociocrusset ándate con cuidado. Ya tienes denuncias. Y al bromista suplantador de @rociocrusset le digo: procura que no te pille". Lo dicho, que a nadie se le ocurra hacer daño -aunque sea virtual- a su hija, a la que en más de una ocasión ha felicitado por su cumpleaños en antena o ha paseado orgulloso por la Feria de Abril.
De que los Herrera-Montero siguen siendo -divorcio mediante- una familia bien avenida, dan fe los que los conocen bien. Cuentan que, poco después de la separación, Rocío le preguntó a su padre: "¿Si te has divorciado de mi madre qué haces aquí todo el día?" Y es que la pareja y sus dos hijos no solo siguen pasando las navidades juntos, sino que comparten penas y alegrías como haría la mayoría.
Nuera de José Manuel Soto
Ahora que Mariló anda pachucha -se ha apartado temporalmente del programa matinal que presenta, pero no ha trascendido el diagnóstico más allá de que puede sufrir un cuadro de estrés o vértigos-, incluso Alberto, el hijo de la pareja, se deja ver más por Madrid con su madre. El hermano de la aspirante a top model tiene 22 años y es un chaval con una pinta imponente que estudia Administración de Empresas y Marketing en la Universidad San Pablo CEU. La misma carrera que su hermana Rocío, que no parece dispuesta a dejar los libros a pesar de su incursión en la mundo de la moda.
Estos días, entre desfile y desfile, hay quien dice que han pillado a la hijísima echando un vistazo a los apuntes. "Estoy de exámenes y tengo que aprovechar el tiempo. En los ratos libres me encantaría salir a pasear por la ciudad, pero con este calorazo está imposible", ha contado ella.
Lo cierto es que la sevillana tiene previsto acabar sus estudios porque lo mismo algún día puede montar su propia empresa, seguramente relacionada con la moda y lejos del mundo de la comunicación. Aunque es el campo donde le gusta jugar a su novio. Jaime Soto, uno de los hijos del conocido cantante José Manuel Soto, ocupa ahora el corazón de Rocío después de que hace unos meses rompiera con Jaime Conde, hijo de un actor de televisión fallecido hace unos años. Soto, que estudia periodismo en Sevilla y juega al fútbol en el Cacereño después de que una lesión grave le alejara del Betis, es también compositor y cantante y está encantado con su chica. "Son la pareja del momento", dice riéndose una amiga del músico. "Jaime está muy contento".
La verdad es que contentos deben estar todos. El padre de la criatura nunca ha escondido su devoción por ella. Se reafirma cuando se lo volvemos a preguntar: "La conozco bien y sé que conseguirá lo que pretenda".