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Extraterrestres de incógnito

Extraterrestres de incógnito

La NASA confirma la existencia del ‘Área 51’ en Nevada, pero niega que custodie restos de naves alienígenas y menos aún de sus tripulantes

borja olaizola

Domingo, 28 de junio 2015, 21:42

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Tantas series de televisión, películas, videojuegos y hasta testimonios supuestamente fidedignos habían terminado por dar carta de verosimilitud al Área 51, una base militar en el desierto de Nevada que era algo así como el epicentro de todas las investigaciones sobre vida extraterrestre. La profusión de rumores sobre tan ultrasecreto lugar había generado una leyenda que daba por cierta la existencia de un laboratorio donde se custodiaban restos de naves marcianas e incluso se conservaban cuerpos de algunos de sus tripulantes. El Área 51 era un tobogán por el que se lanzaban a tumba abierta una variada fauna de ufólogos, expertos en vida alienígena e intérpretes del mundo extraterrestre, en una cerrada pugna por deslizar el disparate capaz de acaparar el mayor número posible de titulares.

A la NASA, responsable en última instancia de todo lo que tiene que ver con la investigación espacial, nunca le habían preocupado demasiado los chismorreos que se publicaban sobre el Área 51. Ahora ha sido su director general, Charles Bolden, el que ha confirmado la existencia de la base, pero ha rechazado que tenga relación con el estudio de los extraterrestres. Lo hizo en un programa de televisión, en el que respondía a preguntas que le formulaban varios niños: "Hay un Área 51, pero no se dedica a lo que mucha gente piensa. He estado en un lugar que se llama así, pero es un lugar normal de investigación y desarrollo. Nunca vi en él extraterrestres ni naves espaciales. Creo que la leyenda se ha generado debido a que en su interior se desarrolla investigación aeronáutica y hay bastante secretismo sobre ella".

Es la primera vez que la Administración estadounidense descarta cualquier relación entre el Área 51 y el estudio de la vida alienígena. Hace un par de años, la CIA ya confirmó la existencia en el desierto de Nevada de un centro de investigación especializado en nuevos diseños de aviones de combate y drones militares. La base se levantó en 1954 en torno a una amplia extensión de tierras baldías, a unos 150 kilómetros al norte de Las Vegas. La propia naturaleza del terreno, ocupado en parte por un lago salado, lo convertía en un aeródromo natural idóneo para operaciones alejadas de miradas indiscretas. El Área 51 linda con una zona que fue utilizada como campo de ensayo de bombas nucleares, lo que garantiza la ausencia de núcleos importantes de población en un amplísimo perímetro.

Intercambio de tecnología

En la construcción de esta leyenda desempeñaron un papel fundamental los testimonios de dos especialistas que aseguraron haber trabajado allí. El primero fue Bob Lazar, que en 1989 se presentó como un reputado científico que había invertido buena parte de su carrera profesional en el Area 51 y que dio a conocer un polémico informe: decía que se intentaba aprovechar la tecnología de las naves espaciales para los aviones militares. Los especialistas encontraron tantos errores técnicos en el estudio que cuestionaron su credibilidad. Además, las instituciones donde Lazar dijo haberse formado, entre ellas los institutos tecnológicos de Massachussets y California, negaron que su nombre estuviese entre sus antiguos alumnos.

El segundo testimonio tuvo mayor impacto por su formato: un vídeo divulgado el año pasado a la muerte de su autor, Boyd Bushman, un científico jubilado que había trabajado para la Lockheed Martin en el Área 51 durante tres décadas. En la grabación, Bushman asegura que en la base se guardaban varios platillos volantes y que tiene constancia de que 18 alienígenas de dos razas diferentes colaboraban con la NASA intercambiando tecnología. El testimonio se vino abajo cuando se comprobó que las fotografías de los marcianos eran reproducciones de muñecos de plástico que se venden en una popular cadena de juguetes.

Dado que la ficción acostumbra a dar más juego que la realidad, nadie cree que las palabras de la NASA vayan a poner fin a la leyenda que se ha forjado sobre el Área 51. Menos aún las autoridades de Nevada, que han tratado de atraer algo de turismo a la zona bautizando la ruta que pasa por el lugar como Carretera Extraterrestre. Seguro que este fin de semana se producen unos cuantos avistamientos. Los alienígenas siguen allí, aunque sea de incógnito.

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