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Agua del embalse de Bellús en una foto de archivo. pablo mammana

La contaminación del agua de Bellús genera molestias en pueblos de la Vall

Los malos olores que se desprenden de esta infraestructura llegan a varios kilómetros y no permiten aprovecharla como recurso turístico

A. TAlavera.

Alzira

Martes, 13 de octubre 2020, 23:05

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Malos olores y una gran cantidad de mosquitos son algunas de las molestias que soportan los municipios de la Vall d'Albaida que se encuentran alrededor del embalse de Bellús. La contaminación del agua, al llevar mucho tiempo estancada y sin ningún tipo de mantenimiento, provoca que el olor se pueda apreciar a varios kilómetros de distancia.

Guadassèquies, Sempere, Benisuera, Bellús o Benigànim son algunos de los municipios que sufren las consecuencias de esta infraestructura hídrica que se construyó para laminar el agua del río Albaida.

«En verano el olor es insoportable y afecta sobre todo a la parte baja del pueblo, este embalse no nos aporta nada, sólo problemas, explica el concejal de Medio Ambiente de Benigànim, Ferran Llario.

La contaminación que llega al embalse arrastrada por las aguas de forma histórica, sumada a la falta de lluvias y a que no se realiza mantenimiento provoca que el agua tenga un color verde e, incluso casi negro, por la alta cantidad de materia orgánica y la falta de oxígeno.

«La Confederación Hidrográfica del Júcar debe garantizar la calidad del agua e implantar sistemas de limpieza para que no se produzcan estas situaciones que afectan a los municipios de la Vall», señala el responsable de Medio Ambiente de Benigànim.

Una posible solución sería instalar filtros verdes como los que existen en l'Albufera que sirven para limpiar el agua y aportar mayor diversidad.

Benigànim se encuentra a unos tres kilómetros del embalse de Bellús pero hay municipios más pequeños de la Vall d'Albaida que todavía están más cerca y sufren más las consecuencias de la contaminación del agua.

Uno de ellos es Guadassèquies, a unos dos kilómetros, que también soporta los fuertes olores y la proliferación de mosquitos durante los meses de calor. Pero la presa le genera otras consecuencias negativas como «que las cañas que se arrastran llegan a la depuradora y no dejan que funcione correctamente», explica la alcaldesa de este municipio, Virginia Contreras.

El consistorio ya se ha puesto en contacto con la CHJ para que se busque una solución ya que supone un perjuicio económico en una infraestructura esencial.

Además, en anteriores legislaturas el municipio ha solicitado permiso para instalar un embarcadero y aportar un atractivo turístico pero desde la Confederación no se ha autorizado.

Ésta es otra de las quejas de los pueblos que rodean al embalse, que no pueden aprovechar su potencial al no tener unas características óptimas.

«No podemos disfrutar esta infraestructura que sólo nos aporta cosas negativas y así está matando los pueblos de alrededor que no se pueden desarrollar», añade el edil de Benigànim. A esto hay que añadir que el límite de capacidad del embalse también interfiere en la línea de tren entre Xàtiva y Alcoi, un problema que agrava la falta de comunicaciones de esta zona de interior.

Desde Benigànim plantean una unión de los municipios afectados para reclamar a la CHJ actuaciones urgentes que acaben con la contaminación del agua y que luchen por mejorar el entorno de esta presa.

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