Borrar
Urgente La jueza de la dana cita a declarar al jefe de la emergencia 15 meses después de la tragedia

Enrique Choví: «Me pasé muchos veranos pelando ajos y cascando huevos»

Miércoles, 10 de junio 2020, 17:05

Enrique Choví pertenece a esa segunda generación de empresarios que ha luchado, no sin dificultades, por hacer grande el patrimonio que heredó. «Yo no tenía pretensiones de nada, solo quería ser como mi padre», se sincera. La firma, cuya fábrica en Benifaió dirige desde hace veinte años, cumple este año su 70 aniversario.

IRENE MARSILLA
Enrique Choví pertenece a esa segunda generación de empresarios que ha luchado, no sin dificultades, por hacer grande el patrimonio que heredó. «Yo no tenía pretensiones de nada, solo quería ser como mi padre», se sincera. La firma, cuya fábrica en Benifaió dirige desde hace veinte años, cumple este año su 70 aniversario.
Enrique Choví pertenece a esa segunda generación de empresarios que ha luchado, no sin dificultades, por hacer grande el patrimonio que heredó. «Yo no tenía pretensiones de nada, solo quería ser como mi padre», se sincera. La firma, cuya fábrica en Benifaió dirige desde hace veinte años, cumple este año su 70 aniversario.

Enrique Choví pertenece a esa segunda generación de empresarios que ha luchado, no sin dificultades, por hacer grande el patrimonio que heredó. «Yo no tenía pretensiones de nada, solo quería ser como mi padre», se sincera. La firma, cuya fábrica en Benifaió dirige desde hace veinte años, cumple este año su 70 aniversario.

IRENE MARSILLA
Enrique Choví pertenece a esa segunda generación de empresarios que ha luchado, no sin dificultades, por hacer grande el patrimonio que heredó. «Yo no tenía pretensiones de nada, solo quería ser como mi padre», se sincera. La firma, cuya fábrica en Benifaió dirige desde hace veinte años, cumple este año su 70 aniversario.
Enrique Choví pertenece a esa segunda generación de empresarios que ha luchado, no sin dificultades, por hacer grande el patrimonio que heredó. «Yo no tenía pretensiones de nada, solo quería ser como mi padre», se sincera. La firma, cuya fábrica en Benifaió dirige desde hace veinte años, cumple este año su 70 aniversario.

Enrique Choví pertenece a esa segunda generación de empresarios que ha luchado, no sin dificultades, por hacer grande el patrimonio que heredó. «Yo no tenía pretensiones de nada, solo quería ser como mi padre», se sincera. La firma, cuya fábrica en Benifaió dirige desde hace veinte años, cumple este año su 70 aniversario.

IRENE MARSILLA
Enrique Choví pertenece a esa segunda generación de empresarios que ha luchado, no sin dificultades, por hacer grande el patrimonio que heredó. «Yo no tenía pretensiones de nada, solo quería ser como mi padre», se sincera. La firma, cuya fábrica en Benifaió dirige desde hace veinte años, cumple este año su 70 aniversario.
Enrique Choví pertenece a esa segunda generación de empresarios que ha luchado, no sin dificultades, por hacer grande el patrimonio que heredó. «Yo no tenía pretensiones de nada, solo quería ser como mi padre», se sincera. La firma, cuya fábrica en Benifaió dirige desde hace veinte años, cumple este año su 70 aniversario.

Enrique Choví pertenece a esa segunda generación de empresarios que ha luchado, no sin dificultades, por hacer grande el patrimonio que heredó. «Yo no tenía pretensiones de nada, solo quería ser como mi padre», se sincera. La firma, cuya fábrica en Benifaió dirige desde hace veinte años, cumple este año su 70 aniversario.

IRENE MARSILLA
Enrique Choví pertenece a esa segunda generación de empresarios que ha luchado, no sin dificultades, por hacer grande el patrimonio que heredó. «Yo no tenía pretensiones de nada, solo quería ser como mi padre», se sincera. La firma, cuya fábrica en Benifaió dirige desde hace veinte años, cumple este año su 70 aniversario.
Enrique Choví pertenece a esa segunda generación de empresarios que ha luchado, no sin dificultades, por hacer grande el patrimonio que heredó. «Yo no tenía pretensiones de nada, solo quería ser como mi padre», se sincera. La firma, cuya fábrica en Benifaió dirige desde hace veinte años, cumple este año su 70 aniversario.

Enrique Choví pertenece a esa segunda generación de empresarios que ha luchado, no sin dificultades, por hacer grande el patrimonio que heredó. «Yo no tenía pretensiones de nada, solo quería ser como mi padre», se sincera. La firma, cuya fábrica en Benifaió dirige desde hace veinte años, cumple este año su 70 aniversario.

IRENE MARSILLA
Enrique Choví pertenece a esa segunda generación de empresarios que ha luchado, no sin dificultades, por hacer grande el patrimonio que heredó. «Yo no tenía pretensiones de nada, solo quería ser como mi padre», se sincera. La firma, cuya fábrica en Benifaió dirige desde hace veinte años, cumple este año su 70 aniversario.
Enrique Choví pertenece a esa segunda generación de empresarios que ha luchado, no sin dificultades, por hacer grande el patrimonio que heredó. «Yo no tenía pretensiones de nada, solo quería ser como mi padre», se sincera. La firma, cuya fábrica en Benifaió dirige desde hace veinte años, cumple este año su 70 aniversario.

Enrique Choví pertenece a esa segunda generación de empresarios que ha luchado, no sin dificultades, por hacer grande el patrimonio que heredó. «Yo no tenía pretensiones de nada, solo quería ser como mi padre», se sincera. La firma, cuya fábrica en Benifaió dirige desde hace veinte años, cumple este año su 70 aniversario.

IRENE MARSILLA
Enrique Choví pertenece a esa segunda generación de empresarios que ha luchado, no sin dificultades, por hacer grande el patrimonio que heredó. «Yo no tenía pretensiones de nada, solo quería ser como mi padre», se sincera. La firma, cuya fábrica en Benifaió dirige desde hace veinte años, cumple este año su 70 aniversario.
Enrique Choví pertenece a esa segunda generación de empresarios que ha luchado, no sin dificultades, por hacer grande el patrimonio que heredó. «Yo no tenía pretensiones de nada, solo quería ser como mi padre», se sincera. La firma, cuya fábrica en Benifaió dirige desde hace veinte años, cumple este año su 70 aniversario.

Enrique Choví pertenece a esa segunda generación de empresarios que ha luchado, no sin dificultades, por hacer grande el patrimonio que heredó. «Yo no tenía pretensiones de nada, solo quería ser como mi padre», se sincera. La firma, cuya fábrica en Benifaió dirige desde hace veinte años, cumple este año su 70 aniversario.

IRENE MARSILLA
Enrique Choví pertenece a esa segunda generación de empresarios que ha luchado, no sin dificultades, por hacer grande el patrimonio que heredó. «Yo no tenía pretensiones de nada, solo quería ser como mi padre», se sincera. La firma, cuya fábrica en Benifaió dirige desde hace veinte años, cumple este año su 70 aniversario.
Enrique Choví pertenece a esa segunda generación de empresarios que ha luchado, no sin dificultades, por hacer grande el patrimonio que heredó. «Yo no tenía pretensiones de nada, solo quería ser como mi padre», se sincera. La firma, cuya fábrica en Benifaió dirige desde hace veinte años, cumple este año su 70 aniversario.

Enrique Choví pertenece a esa segunda generación de empresarios que ha luchado, no sin dificultades, por hacer grande el patrimonio que heredó. «Yo no tenía pretensiones de nada, solo quería ser como mi padre», se sincera. La firma, cuya fábrica en Benifaió dirige desde hace veinte años, cumple este año su 70 aniversario.

IRENE MARSILLA
Enrique Choví pertenece a esa segunda generación de empresarios que ha luchado, no sin dificultades, por hacer grande el patrimonio que heredó. «Yo no tenía pretensiones de nada, solo quería ser como mi padre», se sincera. La firma, cuya fábrica en Benifaió dirige desde hace veinte años, cumple este año su 70 aniversario.
Enrique Choví pertenece a esa segunda generación de empresarios que ha luchado, no sin dificultades, por hacer grande el patrimonio que heredó. «Yo no tenía pretensiones de nada, solo quería ser como mi padre», se sincera. La firma, cuya fábrica en Benifaió dirige desde hace veinte años, cumple este año su 70 aniversario.

Enrique Choví pertenece a esa segunda generación de empresarios que ha luchado, no sin dificultades, por hacer grande el patrimonio que heredó. «Yo no tenía pretensiones de nada, solo quería ser como mi padre», se sincera. La firma, cuya fábrica en Benifaió dirige desde hace veinte años, cumple este año su 70 aniversario.

IRENE MARSILLA
Enrique Choví pertenece a esa segunda generación de empresarios que ha luchado, no sin dificultades, por hacer grande el patrimonio que heredó. «Yo no tenía pretensiones de nada, solo quería ser como mi padre», se sincera. La firma, cuya fábrica en Benifaió dirige desde hace veinte años, cumple este año su 70 aniversario.
Enrique Choví pertenece a esa segunda generación de empresarios que ha luchado, no sin dificultades, por hacer grande el patrimonio que heredó. «Yo no tenía pretensiones de nada, solo quería ser como mi padre», se sincera. La firma, cuya fábrica en Benifaió dirige desde hace veinte años, cumple este año su 70 aniversario.

Enrique Choví pertenece a esa segunda generación de empresarios que ha luchado, no sin dificultades, por hacer grande el patrimonio que heredó. «Yo no tenía pretensiones de nada, solo quería ser como mi padre», se sincera. La firma, cuya fábrica en Benifaió dirige desde hace veinte años, cumple este año su 70 aniversario.

IRENE MARSILLA
Enrique Choví pertenece a esa segunda generación de empresarios que ha luchado, no sin dificultades, por hacer grande el patrimonio que heredó. «Yo no tenía pretensiones de nada, solo quería ser como mi padre», se sincera. La firma, cuya fábrica en Benifaió dirige desde hace veinte años, cumple este año su 70 aniversario.
Enrique Choví pertenece a esa segunda generación de empresarios que ha luchado, no sin dificultades, por hacer grande el patrimonio que heredó. «Yo no tenía pretensiones de nada, solo quería ser como mi padre», se sincera. La firma, cuya fábrica en Benifaió dirige desde hace veinte años, cumple este año su 70 aniversario.

Enrique Choví pertenece a esa segunda generación de empresarios que ha luchado, no sin dificultades, por hacer grande el patrimonio que heredó. «Yo no tenía pretensiones de nada, solo quería ser como mi padre», se sincera. La firma, cuya fábrica en Benifaió dirige desde hace veinte años, cumple este año su 70 aniversario.

IRENE MARSILLA
Enrique Choví pertenece a esa segunda generación de empresarios que ha luchado, no sin dificultades, por hacer grande el patrimonio que heredó. «Yo no tenía pretensiones de nada, solo quería ser como mi padre», se sincera. La firma, cuya fábrica en Benifaió dirige desde hace veinte años, cumple este año su 70 aniversario.
Enrique Choví pertenece a esa segunda generación de empresarios que ha luchado, no sin dificultades, por hacer grande el patrimonio que heredó. «Yo no tenía pretensiones de nada, solo quería ser como mi padre», se sincera. La firma, cuya fábrica en Benifaió dirige desde hace veinte años, cumple este año su 70 aniversario.

Enrique Choví pertenece a esa segunda generación de empresarios que ha luchado, no sin dificultades, por hacer grande el patrimonio que heredó. «Yo no tenía pretensiones de nada, solo quería ser como mi padre», se sincera. La firma, cuya fábrica en Benifaió dirige desde hace veinte años, cumple este año su 70 aniversario.

IRENE MARSILLA
Enrique Choví pertenece a esa segunda generación de empresarios que ha luchado, no sin dificultades, por hacer grande el patrimonio que heredó. «Yo no tenía pretensiones de nada, solo quería ser como mi padre», se sincera. La firma, cuya fábrica en Benifaió dirige desde hace veinte años, cumple este año su 70 aniversario.
Enrique Choví pertenece a esa segunda generación de empresarios que ha luchado, no sin dificultades, por hacer grande el patrimonio que heredó. «Yo no tenía pretensiones de nada, solo quería ser como mi padre», se sincera. La firma, cuya fábrica en Benifaió dirige desde hace veinte años, cumple este año su 70 aniversario.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

lasprovincias Enrique Choví: «Me pasé muchos veranos pelando ajos y cascando huevos»