La fundación que se ha convertido en nuevo lugar de encuentro de la sociedad valenciana

Cañada Blanch no es el único burrianero de pro. Ahí están el cardenal Tarancón o el conseller Tarancón y varias familias ilustres con empresas nacidas de la exportación de naranja (incluso hay un museo de la naranja). De ahí la frase «Burriana, París y Londres». Menudos son ellos, que en la época de las matrículas con iniciales de provincias compraban los coches en Burgos para que pareciese matricula de Burriana.

La Fundación que lleva su nombre la preside ahora el catedrático Juan Viña. Cada mes organiza actividades culturales, conciertos, conferencias. La semana pasada fue una mesa redonda sobre gastronomía japonesa, moderada por el presidente de la Academia de Gastronomía Sergio Terol y en la que participaron el chef de Kaido Yoshikazu Yanome, el chef Hideki Matsuhisa, Ulises Menezo, el experto en sake Pablo Alomar y el ministro de la embajada de Japón en España Shinji Minami. En la mesa aprendimos que la cocina japonesa es muy baja en grasas, por eso por mucho que comas nunca engordas, además de que favorece la longevidad. Como asignatura pendiente, hay que descubrir el sake, el gran desconocido.

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Anécdotas aparte, la labor filantrópica de este señor sigue dando sus frutos. La mesa redonda sobre gastronomía japonesa fue un éxito de público. Estuvo el neurólogo José Miguel Láinez, Julia Pérez Broseta, Curro Soler, el presidente de la fundación Bancaja Rafa Alcón, el presidente de la Cámara de Comercio José Vicente Morata, Javier Monedero, la presidenta del Ateneo Carmen de Rosa, el empresario Javier Lizcano, el arquitecto Sergio Adelantado, el presidente de la Feria Gastrónoma Carlos Mataix, Javier Monforte, Manolo García Portillo, Carlos Zafrilla, Paco Catalán y Emi Motonishi, Alejandro Roda, Román Ceballos, Alfredo Manglano, Maximiliano Olivas, Inés Casanova y el cocinero Vicente Rioja. No faltaron Mayrén Beneyto y la presidenta del Ateneo Carmen de Rosa.