Miércoles, 7 de agosto 2024, 01:28
La exconcejal de Valencia, en el salón de la vivienda, donde los invitados se relajan después de la comida.
JOSÉ LUIS BORT
Mayrén enseña uno de los tomos encuadernados de la revista francesa Paris Match de los años sesenta, con un reportaje de los Juegos Olímpicos.
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A Mayrén siempre le ha gustado rodearse de flores y plantas, que están por toda la casa, incluso en las pinturas.
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Los recuerdos ocupan cada rincón de la casa y los libros hablan de un pasado familiar con muchas lecturas.
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Los recuerdos de su paso por el Palau de la Música y los encuentros que le propició forman parte de la historia de Mayrén.
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La cerámica llena las paredes de la casa, sobre todo en la entrada de la vivienda, donde hay muebles que pertenecieron a sus bisabuelos.
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Los gallos están representados en toda la casa, fruto de la influencia francesa en la familia.
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Unas buganvillas presiden la mesa del porche, donde tienen lugar las comidas y cenas de verano.
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Mayrén Beneyto, con un kaftán de Etro, posa en el jardín, donde una vegetación exhuberante llena de frescor la casa.
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Mayrén Beneyto, en la zona de la piscina, donde todo está preparado para el descanso y el encuentro.
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La socialité se presta al reportaje fotográfico como una profesional, acostumbrada a los focos.
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Los recuerdos familiares llenan cada rincón. En este con sus hijos. Atrás, la colección de revistas Blanco y Negro de ABC.
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El comedor de la casa, donde todo está cuidado al detalle.
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El abuelo de Mayrén, el día de su boda.
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Una foto de los Reyes Eméritos preside un rincón del salón.
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Las buganvillas es una de las flores preferidas de Mayrén y reciben a los invitados con sus colores. La Virgen dormida es del isglo XVIII y perteneció a la madre de Ramón Almazán.
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El salón está lleno de sofás para poder descansar y refugiarse del calor de mediodía.
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La mesa del comedor, con los gallos siempre presentes.
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Mueble de la casa de los bisabuelos con incrustaciones en oro y sillas en cuero repujado que preside una de las paredes del recibidor de la casa.
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La cerámica es otra de las pasiones de Mayrén, que llegó a tener una tienda de decoración en Valencia.
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Una representación de la Virgen de la naranja de Lladró, junto a una foto de boda de la hija de Mayrén.
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Una jaula de Faitanar ocupa otra de las zonas del recibidor, lleno de piezas con mucha historia.
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Una de las vajillas familiares de Mayrén Beneyto, que ocupa una vitrina en el paso de la cocina al comedor.
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Mesa auxiliar preparada para el desayuno en el porche de la vivienda.
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Los higos son recogidos de una higuera en el jardín de la vivienda.
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Desde el porche, el verde llena todas las perspectivas del jardín.
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Zona de descanso en el jardín. Al fondo, la piscina, rodeada de vegetación.
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La piscina, donde los árboles parecen reclamar su espacio.
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Vista de la casa desde la zona de la piscina.
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Las flores llenan de color el jardín.
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Retrato de Mayrén Beneyto, un regalo que guarda con mucho cariño.
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El porche cuenta con doble toldo para protegerse del calor, herencia de su abuelo andaluz.
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Coronando la vivienda, el cuarto del amor, reservado para las parejas que visitan a la familia.
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Desde el jardín de la vivienda se aprecia la iglesia de Beniarbeig. Cuando llegan invitados, Mayrén da una donación al cura para que toque las campanas.
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Fachada de la vivienda, ubicada en una de las zonas más céntricas de la población.
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Adosada a la vivienda, la escuela y la casa de la maestra, que construyó el bisabuelo de Mayrén, Luis Santonja, y que ahora ella ha rehabilitado.
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En la escuela todavía se pueden apreciar detalles de su pasado, como un pupitre y la pizarra.
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Retrato de la abuela de Mayrén Beneyto, Irene Santonja Gisbert.
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Dos retratos de Mayrén de joven, que hablan de la belleza de una mujer que siempre tuvo mucho carisma.
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