Miércoles, 5 de junio 2019, 00:16
Fue en Puçol, en una calle desde la que se divisan huertos de naranjos, donde dieron con la casa de los años sesenta que hoy acoge su hogar. Su objetivo principal a la hora de abordar la reforma era darle luz, y para ello quitaron la habitación de la entrada y la integraron con el salón. Tanto la cocina y el salón como la habitación principal comunican con un patio salpicado de plantas que vehicula las diferentes partes de la casa dotándolas de luz natural. En la casa de Puçol han encontrado, precisamente, el espacio que necesitaban tanto para vivir cómodamente como para trabajar, con capacidad de almacenaje que antes no tenían en un piso. Algunos de los muebles, como la mesa del salón, los trajeron de un estudio que tenía Juan, prestigioso diseñador gráfico.En la planta de arriba, en una habitación grande en la que el antiguo propietario tenía pájaros, han instalado un estudio que comparten los dos. Sobre la mesa de trabajo de María José reposan algunos de los collages en los que está trabajando. La pared en la que se encuentra la zona de trabajo de Juan está cubierta por obras de Tintín. Las más pequeñas son láminas y las más grandes serigrafías numeradas que compró en Londres y en París cuando iba a las ferias de diseño. También tiene, protegida por una urna de metacrilato, una figura de resina del capitán Haddock, Tintín y Milú que le regaló un amigo que se la trajo de Bruselas. «Tenía unos ocho años cuando una tía mía me regaló 'El Tesoro de Rackham el Rojo', no recuerdo ni las veces que lo leí, lo tenía desgastado, pasaba horas mirando todos los detalles. Lo he leído todo, hasta 'Tintín en el país de los Soviets', que fue la primera obra que Hergé sacó en blanco y negro», detalla Juan.
Texto: Elena Meléndez | Fotos: Damián Torres
Fue en Puçol, en una calle desde la que se divisan huertos de naranjos, donde dieron con la casa de los años sesenta que hoy acoge su hogar. Su objetivo principal a la hora de abordar la reforma era darle luz, y para ello quitaron la habitación de la entrada y la integraron con el salón. Tanto la cocina y el salón como la habitación principal comunican con un patio salpicado de plantas que vehicula las diferentes partes de la casa dotándolas de luz natural. En la casa de Puçol han encontrado, precisamente, el espacio que necesitaban tanto para vivir cómodamente como para trabajar, con capacidad de almacenaje que antes no tenían en un piso. Algunos de los muebles, como la mesa del salón, los trajeron de un estudio que tenía Juan, prestigioso diseñador gráfico.En la planta de arriba, en una habitación grande en la que el antiguo propietario tenía pájaros, han instalado un estudio que comparten los dos. Sobre la mesa de trabajo de María José reposan algunos de los collages en los que está trabajando. La pared en la que se encuentra la zona de trabajo de Juan está cubierta por obras de Tintín. Las más pequeñas son láminas y las más grandes serigrafías numeradas que compró en Londres y en París cuando iba a las ferias de diseño. También tiene, protegida por una urna de metacrilato, una figura de resina del capitán Haddock, Tintín y Milú que le regaló un amigo que se la trajo de Bruselas. «Tenía unos ocho años cuando una tía mía me regaló 'El Tesoro de Rackham el Rojo', no recuerdo ni las veces que lo leí, lo tenía desgastado, pasaba horas mirando todos los detalles. Lo he leído todo, hasta 'Tintín en el país de los Soviets', que fue la primera obra que Hergé sacó en blanco y negro», detalla Juan.
Texto: Elena Meléndez | Fotos: Damián Torres
Fue en Puçol, en una calle desde la que se divisan huertos de naranjos, donde dieron con la casa de los años sesenta que hoy acoge su hogar. Su objetivo principal a la hora de abordar la reforma era darle luz, y para ello quitaron la habitación de la entrada y la integraron con el salón. Tanto la cocina y el salón como la habitación principal comunican con un patio salpicado de plantas que vehicula las diferentes partes de la casa dotándolas de luz natural. En la casa de Puçol han encontrado, precisamente, el espacio que necesitaban tanto para vivir cómodamente como para trabajar, con capacidad de almacenaje que antes no tenían en un piso. Algunos de los muebles, como la mesa del salón, los trajeron de un estudio que tenía Juan, prestigioso diseñador gráfico.En la planta de arriba, en una habitación grande en la que el antiguo propietario tenía pájaros, han instalado un estudio que comparten los dos. Sobre la mesa de trabajo de María José reposan algunos de los collages en los que está trabajando. La pared en la que se encuentra la zona de trabajo de Juan está cubierta por obras de Tintín. Las más pequeñas son láminas y las más grandes serigrafías numeradas que compró en Londres y en París cuando iba a las ferias de diseño. También tiene, protegida por una urna de metacrilato, una figura de resina del capitán Haddock, Tintín y Milú que le regaló un amigo que se la trajo de Bruselas. «Tenía unos ocho años cuando una tía mía me regaló 'El Tesoro de Rackham el Rojo', no recuerdo ni las veces que lo leí, lo tenía desgastado, pasaba horas mirando todos los detalles. Lo he leído todo, hasta 'Tintín en el país de los Soviets', que fue la primera obra que Hergé sacó en blanco y negro», detalla Juan.
Texto: Elena Meléndez | Fotos: Damián Torres
Fue en Puçol, en una calle desde la que se divisan huertos de naranjos, donde dieron con la casa de los años sesenta que hoy acoge su hogar. Su objetivo principal a la hora de abordar la reforma era darle luz, y para ello quitaron la habitación de la entrada y la integraron con el salón. Tanto la cocina y el salón como la habitación principal comunican con un patio salpicado de plantas que vehicula las diferentes partes de la casa dotándolas de luz natural. En la casa de Puçol han encontrado, precisamente, el espacio que necesitaban tanto para vivir cómodamente como para trabajar, con capacidad de almacenaje que antes no tenían en un piso. Algunos de los muebles, como la mesa del salón, los trajeron de un estudio que tenía Juan, prestigioso diseñador gráfico.En la planta de arriba, en una habitación grande en la que el antiguo propietario tenía pájaros, han instalado un estudio que comparten los dos. Sobre la mesa de trabajo de María José reposan algunos de los collages en los que está trabajando. La pared en la que se encuentra la zona de trabajo de Juan está cubierta por obras de Tintín. Las más pequeñas son láminas y las más grandes serigrafías numeradas que compró en Londres y en París cuando iba a las ferias de diseño. También tiene, protegida por una urna de metacrilato, una figura de resina del capitán Haddock, Tintín y Milú que le regaló un amigo que se la trajo de Bruselas. «Tenía unos ocho años cuando una tía mía me regaló 'El Tesoro de Rackham el Rojo', no recuerdo ni las veces que lo leí, lo tenía desgastado, pasaba horas mirando todos los detalles. Lo he leído todo, hasta 'Tintín en el país de los Soviets', que fue la primera obra que Hergé sacó en blanco y negro», detalla Juan.
Texto: Elena Meléndez | Fotos: Damián Torres
Fue en Puçol, en una calle desde la que se divisan huertos de naranjos, donde dieron con la casa de los años sesenta que hoy acoge su hogar. Su objetivo principal a la hora de abordar la reforma era darle luz, y para ello quitaron la habitación de la entrada y la integraron con el salón. Tanto la cocina y el salón como la habitación principal comunican con un patio salpicado de plantas que vehicula las diferentes partes de la casa dotándolas de luz natural. En la casa de Puçol han encontrado, precisamente, el espacio que necesitaban tanto para vivir cómodamente como para trabajar, con capacidad de almacenaje que antes no tenían en un piso. Algunos de los muebles, como la mesa del salón, los trajeron de un estudio que tenía Juan, prestigioso diseñador gráfico.En la planta de arriba, en una habitación grande en la que el antiguo propietario tenía pájaros, han instalado un estudio que comparten los dos. Sobre la mesa de trabajo de María José reposan algunos de los collages en los que está trabajando. La pared en la que se encuentra la zona de trabajo de Juan está cubierta por obras de Tintín. Las más pequeñas son láminas y las más grandes serigrafías numeradas que compró en Londres y en París cuando iba a las ferias de diseño. También tiene, protegida por una urna de metacrilato, una figura de resina del capitán Haddock, Tintín y Milú que le regaló un amigo que se la trajo de Bruselas. «Tenía unos ocho años cuando una tía mía me regaló 'El Tesoro de Rackham el Rojo', no recuerdo ni las veces que lo leí, lo tenía desgastado, pasaba horas mirando todos los detalles. Lo he leído todo, hasta 'Tintín en el país de los Soviets', que fue la primera obra que Hergé sacó en blanco y negro», detalla Juan.
Texto: Elena Meléndez | Fotos: Damián Torres
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Texto: Elena Meléndez | Fotos: Damián Torres
Fue en Puçol, en una calle desde la que se divisan huertos de naranjos, donde dieron con la casa de los años sesenta que hoy acoge su hogar. Su objetivo principal a la hora de abordar la reforma era darle luz, y para ello quitaron la habitación de la entrada y la integraron con el salón. Tanto la cocina y el salón como la habitación principal comunican con un patio salpicado de plantas que vehicula las diferentes partes de la casa dotándolas de luz natural. En la casa de Puçol han encontrado, precisamente, el espacio que necesitaban tanto para vivir cómodamente como para trabajar, con capacidad de almacenaje que antes no tenían en un piso. Algunos de los muebles, como la mesa del salón, los trajeron de un estudio que tenía Juan, prestigioso diseñador gráfico.En la planta de arriba, en una habitación grande en la que el antiguo propietario tenía pájaros, han instalado un estudio que comparten los dos. Sobre la mesa de trabajo de María José reposan algunos de los collages en los que está trabajando. La pared en la que se encuentra la zona de trabajo de Juan está cubierta por obras de Tintín. Las más pequeñas son láminas y las más grandes serigrafías numeradas que compró en Londres y en París cuando iba a las ferias de diseño. También tiene, protegida por una urna de metacrilato, una figura de resina del capitán Haddock, Tintín y Milú que le regaló un amigo que se la trajo de Bruselas. «Tenía unos ocho años cuando una tía mía me regaló 'El Tesoro de Rackham el Rojo', no recuerdo ni las veces que lo leí, lo tenía desgastado, pasaba horas mirando todos los detalles. Lo he leído todo, hasta 'Tintín en el país de los Soviets', que fue la primera obra que Hergé sacó en blanco y negro», detalla Juan.
Texto: Elena Meléndez | Fotos: Damián Torres
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Texto: Elena Meléndez | Fotos: Damián Torres
Fue en Puçol, en una calle desde la que se divisan huertos de naranjos, donde dieron con la casa de los años sesenta que hoy acoge su hogar. Su objetivo principal a la hora de abordar la reforma era darle luz, y para ello quitaron la habitación de la entrada y la integraron con el salón. Tanto la cocina y el salón como la habitación principal comunican con un patio salpicado de plantas que vehicula las diferentes partes de la casa dotándolas de luz natural. En la casa de Puçol han encontrado, precisamente, el espacio que necesitaban tanto para vivir cómodamente como para trabajar, con capacidad de almacenaje que antes no tenían en un piso. Algunos de los muebles, como la mesa del salón, los trajeron de un estudio que tenía Juan, prestigioso diseñador gráfico.En la planta de arriba, en una habitación grande en la que el antiguo propietario tenía pájaros, han instalado un estudio que comparten los dos. Sobre la mesa de trabajo de María José reposan algunos de los collages en los que está trabajando. La pared en la que se encuentra la zona de trabajo de Juan está cubierta por obras de Tintín. Las más pequeñas son láminas y las más grandes serigrafías numeradas que compró en Londres y en París cuando iba a las ferias de diseño. También tiene, protegida por una urna de metacrilato, una figura de resina del capitán Haddock, Tintín y Milú que le regaló un amigo que se la trajo de Bruselas. «Tenía unos ocho años cuando una tía mía me regaló 'El Tesoro de Rackham el Rojo', no recuerdo ni las veces que lo leí, lo tenía desgastado, pasaba horas mirando todos los detalles. Lo he leído todo, hasta 'Tintín en el país de los Soviets', que fue la primera obra que Hergé sacó en blanco y negro», detalla Juan.
Texto: Elena Meléndez | Fotos: Damián Torres
Fue en Puçol, en una calle desde la que se divisan huertos de naranjos, donde dieron con la casa de los años sesenta que hoy acoge su hogar. Su objetivo principal a la hora de abordar la reforma era darle luz, y para ello quitaron la habitación de la entrada y la integraron con el salón. Tanto la cocina y el salón como la habitación principal comunican con un patio salpicado de plantas que vehicula las diferentes partes de la casa dotándolas de luz natural. En la casa de Puçol han encontrado, precisamente, el espacio que necesitaban tanto para vivir cómodamente como para trabajar, con capacidad de almacenaje que antes no tenían en un piso. Algunos de los muebles, como la mesa del salón, los trajeron de un estudio que tenía Juan, prestigioso diseñador gráfico.En la planta de arriba, en una habitación grande en la que el antiguo propietario tenía pájaros, han instalado un estudio que comparten los dos. Sobre la mesa de trabajo de María José reposan algunos de los collages en los que está trabajando. La pared en la que se encuentra la zona de trabajo de Juan está cubierta por obras de Tintín. Las más pequeñas son láminas y las más grandes serigrafías numeradas que compró en Londres y en París cuando iba a las ferias de diseño. También tiene, protegida por una urna de metacrilato, una figura de resina del capitán Haddock, Tintín y Milú que le regaló un amigo que se la trajo de Bruselas. «Tenía unos ocho años cuando una tía mía me regaló 'El Tesoro de Rackham el Rojo', no recuerdo ni las veces que lo leí, lo tenía desgastado, pasaba horas mirando todos los detalles. Lo he leído todo, hasta 'Tintín en el país de los Soviets', que fue la primera obra que Hergé sacó en blanco y negro», detalla Juan.
Texto: Elena Meléndez | Fotos: Damián Torres
Fue en Puçol, en una calle desde la que se divisan huertos de naranjos, donde dieron con la casa de los años sesenta que hoy acoge su hogar. Su objetivo principal a la hora de abordar la reforma era darle luz, y para ello quitaron la habitación de la entrada y la integraron con el salón. Tanto la cocina y el salón como la habitación principal comunican con un patio salpicado de plantas que vehicula las diferentes partes de la casa dotándolas de luz natural. En la casa de Puçol han encontrado, precisamente, el espacio que necesitaban tanto para vivir cómodamente como para trabajar, con capacidad de almacenaje que antes no tenían en un piso. Algunos de los muebles, como la mesa del salón, los trajeron de un estudio que tenía Juan, prestigioso diseñador gráfico.En la planta de arriba, en una habitación grande en la que el antiguo propietario tenía pájaros, han instalado un estudio que comparten los dos. Sobre la mesa de trabajo de María José reposan algunos de los collages en los que está trabajando. La pared en la que se encuentra la zona de trabajo de Juan está cubierta por obras de Tintín. Las más pequeñas son láminas y las más grandes serigrafías numeradas que compró en Londres y en París cuando iba a las ferias de diseño. También tiene, protegida por una urna de metacrilato, una figura de resina del capitán Haddock, Tintín y Milú que le regaló un amigo que se la trajo de Bruselas. «Tenía unos ocho años cuando una tía mía me regaló 'El Tesoro de Rackham el Rojo', no recuerdo ni las veces que lo leí, lo tenía desgastado, pasaba horas mirando todos los detalles. Lo he leído todo, hasta 'Tintín en el país de los Soviets', que fue la primera obra que Hergé sacó en blanco y negro», detalla Juan.
Texto: Elena Meléndez | Fotos: Damián Torres
Fue en Puçol, en una calle desde la que se divisan huertos de naranjos, donde dieron con la casa de los años sesenta que hoy acoge su hogar. Su objetivo principal a la hora de abordar la reforma era darle luz, y para ello quitaron la habitación de la entrada y la integraron con el salón. Tanto la cocina y el salón como la habitación principal comunican con un patio salpicado de plantas que vehicula las diferentes partes de la casa dotándolas de luz natural. En la casa de Puçol han encontrado, precisamente, el espacio que necesitaban tanto para vivir cómodamente como para trabajar, con capacidad de almacenaje que antes no tenían en un piso. Algunos de los muebles, como la mesa del salón, los trajeron de un estudio que tenía Juan, prestigioso diseñador gráfico.En la planta de arriba, en una habitación grande en la que el antiguo propietario tenía pájaros, han instalado un estudio que comparten los dos. Sobre la mesa de trabajo de María José reposan algunos de los collages en los que está trabajando. La pared en la que se encuentra la zona de trabajo de Juan está cubierta por obras de Tintín. Las más pequeñas son láminas y las más grandes serigrafías numeradas que compró en Londres y en París cuando iba a las ferias de diseño. También tiene, protegida por una urna de metacrilato, una figura de resina del capitán Haddock, Tintín y Milú que le regaló un amigo que se la trajo de Bruselas. «Tenía unos ocho años cuando una tía mía me regaló 'El Tesoro de Rackham el Rojo', no recuerdo ni las veces que lo leí, lo tenía desgastado, pasaba horas mirando todos los detalles. Lo he leído todo, hasta 'Tintín en el país de los Soviets', que fue la primera obra que Hergé sacó en blanco y negro», detalla Juan.
Texto: Elena Meléndez | Fotos: Damián Torres
Fue en Puçol, en una calle desde la que se divisan huertos de naranjos, donde dieron con la casa de los años sesenta que hoy acoge su hogar. Su objetivo principal a la hora de abordar la reforma era darle luz, y para ello quitaron la habitación de la entrada y la integraron con el salón. Tanto la cocina y el salón como la habitación principal comunican con un patio salpicado de plantas que vehicula las diferentes partes de la casa dotándolas de luz natural. En la casa de Puçol han encontrado, precisamente, el espacio que necesitaban tanto para vivir cómodamente como para trabajar, con capacidad de almacenaje que antes no tenían en un piso. Algunos de los muebles, como la mesa del salón, los trajeron de un estudio que tenía Juan, prestigioso diseñador gráfico.En la planta de arriba, en una habitación grande en la que el antiguo propietario tenía pájaros, han instalado un estudio que comparten los dos. Sobre la mesa de trabajo de María José reposan algunos de los collages en los que está trabajando. La pared en la que se encuentra la zona de trabajo de Juan está cubierta por obras de Tintín. Las más pequeñas son láminas y las más grandes serigrafías numeradas que compró en Londres y en París cuando iba a las ferias de diseño. También tiene, protegida por una urna de metacrilato, una figura de resina del capitán Haddock, Tintín y Milú que le regaló un amigo que se la trajo de Bruselas. «Tenía unos ocho años cuando una tía mía me regaló 'El Tesoro de Rackham el Rojo', no recuerdo ni las veces que lo leí, lo tenía desgastado, pasaba horas mirando todos los detalles. Lo he leído todo, hasta 'Tintín en el país de los Soviets', que fue la primera obra que Hergé sacó en blanco y negro», detalla Juan.
Texto: Elena Meléndez | Fotos: Damián Torres
Fue en Puçol, en una calle desde la que se divisan huertos de naranjos, donde dieron con la casa de los años sesenta que hoy acoge su hogar. Su objetivo principal a la hora de abordar la reforma era darle luz, y para ello quitaron la habitación de la entrada y la integraron con el salón. Tanto la cocina y el salón como la habitación principal comunican con un patio salpicado de plantas que vehicula las diferentes partes de la casa dotándolas de luz natural. En la casa de Puçol han encontrado, precisamente, el espacio que necesitaban tanto para vivir cómodamente como para trabajar, con capacidad de almacenaje que antes no tenían en un piso. Algunos de los muebles, como la mesa del salón, los trajeron de un estudio que tenía Juan, prestigioso diseñador gráfico.En la planta de arriba, en una habitación grande en la que el antiguo propietario tenía pájaros, han instalado un estudio que comparten los dos. Sobre la mesa de trabajo de María José reposan algunos de los collages en los que está trabajando. La pared en la que se encuentra la zona de trabajo de Juan está cubierta por obras de Tintín. Las más pequeñas son láminas y las más grandes serigrafías numeradas que compró en Londres y en París cuando iba a las ferias de diseño. También tiene, protegida por una urna de metacrilato, una figura de resina del capitán Haddock, Tintín y Milú que le regaló un amigo que se la trajo de Bruselas. «Tenía unos ocho años cuando una tía mía me regaló 'El Tesoro de Rackham el Rojo', no recuerdo ni las veces que lo leí, lo tenía desgastado, pasaba horas mirando todos los detalles. Lo he leído todo, hasta 'Tintín en el país de los Soviets', que fue la primera obra que Hergé sacó en blanco y negro», detalla Juan.
Texto: Elena Meléndez | Fotos: Damián Torres
Fue en Puçol, en una calle desde la que se divisan huertos de naranjos, donde dieron con la casa de los años sesenta que hoy acoge su hogar. Su objetivo principal a la hora de abordar la reforma era darle luz, y para ello quitaron la habitación de la entrada y la integraron con el salón. Tanto la cocina y el salón como la habitación principal comunican con un patio salpicado de plantas que vehicula las diferentes partes de la casa dotándolas de luz natural. En la casa de Puçol han encontrado, precisamente, el espacio que necesitaban tanto para vivir cómodamente como para trabajar, con capacidad de almacenaje que antes no tenían en un piso. Algunos de los muebles, como la mesa del salón, los trajeron de un estudio que tenía Juan, prestigioso diseñador gráfico.En la planta de arriba, en una habitación grande en la que el antiguo propietario tenía pájaros, han instalado un estudio que comparten los dos. Sobre la mesa de trabajo de María José reposan algunos de los collages en los que está trabajando. La pared en la que se encuentra la zona de trabajo de Juan está cubierta por obras de Tintín. Las más pequeñas son láminas y las más grandes serigrafías numeradas que compró en Londres y en París cuando iba a las ferias de diseño. También tiene, protegida por una urna de metacrilato, una figura de resina del capitán Haddock, Tintín y Milú que le regaló un amigo que se la trajo de Bruselas. «Tenía unos ocho años cuando una tía mía me regaló 'El Tesoro de Rackham el Rojo', no recuerdo ni las veces que lo leí, lo tenía desgastado, pasaba horas mirando todos los detalles. Lo he leído todo, hasta 'Tintín en el país de los Soviets', que fue la primera obra que Hergé sacó en blanco y negro», detalla Juan.
Texto: Elena Meléndez | Fotos: Damián Torres
Fue en Puçol, en una calle desde la que se divisan huertos de naranjos, donde dieron con la casa de los años sesenta que hoy acoge su hogar. Su objetivo principal a la hora de abordar la reforma era darle luz, y para ello quitaron la habitación de la entrada y la integraron con el salón. Tanto la cocina y el salón como la habitación principal comunican con un patio salpicado de plantas que vehicula las diferentes partes de la casa dotándolas de luz natural. En la casa de Puçol han encontrado, precisamente, el espacio que necesitaban tanto para vivir cómodamente como para trabajar, con capacidad de almacenaje que antes no tenían en un piso. Algunos de los muebles, como la mesa del salón, los trajeron de un estudio que tenía Juan, prestigioso diseñador gráfico.En la planta de arriba, en una habitación grande en la que el antiguo propietario tenía pájaros, han instalado un estudio que comparten los dos. Sobre la mesa de trabajo de María José reposan algunos de los collages en los que está trabajando. La pared en la que se encuentra la zona de trabajo de Juan está cubierta por obras de Tintín. Las más pequeñas son láminas y las más grandes serigrafías numeradas que compró en Londres y en París cuando iba a las ferias de diseño. También tiene, protegida por una urna de metacrilato, una figura de resina del capitán Haddock, Tintín y Milú que le regaló un amigo que se la trajo de Bruselas. «Tenía unos ocho años cuando una tía mía me regaló 'El Tesoro de Rackham el Rojo', no recuerdo ni las veces que lo leí, lo tenía desgastado, pasaba horas mirando todos los detalles. Lo he leído todo, hasta 'Tintín en el país de los Soviets', que fue la primera obra que Hergé sacó en blanco y negro», detalla Juan.
Texto: Elena Meléndez | Fotos: Damián Torres
Fue en Puçol, en una calle desde la que se divisan huertos de naranjos, donde dieron con la casa de los años sesenta que hoy acoge su hogar. Su objetivo principal a la hora de abordar la reforma era darle luz, y para ello quitaron la habitación de la entrada y la integraron con el salón. Tanto la cocina y el salón como la habitación principal comunican con un patio salpicado de plantas que vehicula las diferentes partes de la casa dotándolas de luz natural. En la casa de Puçol han encontrado, precisamente, el espacio que necesitaban tanto para vivir cómodamente como para trabajar, con capacidad de almacenaje que antes no tenían en un piso. Algunos de los muebles, como la mesa del salón, los trajeron de un estudio que tenía Juan, prestigioso diseñador gráfico.En la planta de arriba, en una habitación grande en la que el antiguo propietario tenía pájaros, han instalado un estudio que comparten los dos. Sobre la mesa de trabajo de María José reposan algunos de los collages en los que está trabajando. La pared en la que se encuentra la zona de trabajo de Juan está cubierta por obras de Tintín. Las más pequeñas son láminas y las más grandes serigrafías numeradas que compró en Londres y en París cuando iba a las ferias de diseño. También tiene, protegida por una urna de metacrilato, una figura de resina del capitán Haddock, Tintín y Milú que le regaló un amigo que se la trajo de Bruselas. «Tenía unos ocho años cuando una tía mía me regaló 'El Tesoro de Rackham el Rojo', no recuerdo ni las veces que lo leí, lo tenía desgastado, pasaba horas mirando todos los detalles. Lo he leído todo, hasta 'Tintín en el país de los Soviets', que fue la primera obra que Hergé sacó en blanco y negro», detalla Juan.
Texto: Elena Meléndez | Fotos: Damián Torres
Fue en Puçol, en una calle desde la que se divisan huertos de naranjos, donde dieron con la casa de los años sesenta que hoy acoge su hogar. Su objetivo principal a la hora de abordar la reforma era darle luz, y para ello quitaron la habitación de la entrada y la integraron con el salón. Tanto la cocina y el salón como la habitación principal comunican con un patio salpicado de plantas que vehicula las diferentes partes de la casa dotándolas de luz natural. En la casa de Puçol han encontrado, precisamente, el espacio que necesitaban tanto para vivir cómodamente como para trabajar, con capacidad de almacenaje que antes no tenían en un piso. Algunos de los muebles, como la mesa del salón, los trajeron de un estudio que tenía Juan, prestigioso diseñador gráfico.En la planta de arriba, en una habitación grande en la que el antiguo propietario tenía pájaros, han instalado un estudio que comparten los dos. Sobre la mesa de trabajo de María José reposan algunos de los collages en los que está trabajando. La pared en la que se encuentra la zona de trabajo de Juan está cubierta por obras de Tintín. Las más pequeñas son láminas y las más grandes serigrafías numeradas que compró en Londres y en París cuando iba a las ferias de diseño. También tiene, protegida por una urna de metacrilato, una figura de resina del capitán Haddock, Tintín y Milú que le regaló un amigo que se la trajo de Bruselas. «Tenía unos ocho años cuando una tía mía me regaló 'El Tesoro de Rackham el Rojo', no recuerdo ni las veces que lo leí, lo tenía desgastado, pasaba horas mirando todos los detalles. Lo he leído todo, hasta 'Tintín en el país de los Soviets', que fue la primera obra que Hergé sacó en blanco y negro», detalla Juan.
Texto: Elena Meléndez | Fotos: Damián Torres
Fue en Puçol, en una calle desde la que se divisan huertos de naranjos, donde dieron con la casa de los años sesenta que hoy acoge su hogar. Su objetivo principal a la hora de abordar la reforma era darle luz, y para ello quitaron la habitación de la entrada y la integraron con el salón. Tanto la cocina y el salón como la habitación principal comunican con un patio salpicado de plantas que vehicula las diferentes partes de la casa dotándolas de luz natural. En la casa de Puçol han encontrado, precisamente, el espacio que necesitaban tanto para vivir cómodamente como para trabajar, con capacidad de almacenaje que antes no tenían en un piso. Algunos de los muebles, como la mesa del salón, los trajeron de un estudio que tenía Juan, prestigioso diseñador gráfico.En la planta de arriba, en una habitación grande en la que el antiguo propietario tenía pájaros, han instalado un estudio que comparten los dos. Sobre la mesa de trabajo de María José reposan algunos de los collages en los que está trabajando. La pared en la que se encuentra la zona de trabajo de Juan está cubierta por obras de Tintín. Las más pequeñas son láminas y las más grandes serigrafías numeradas que compró en Londres y en París cuando iba a las ferias de diseño. También tiene, protegida por una urna de metacrilato, una figura de resina del capitán Haddock, Tintín y Milú que le regaló un amigo que se la trajo de Bruselas. «Tenía unos ocho años cuando una tía mía me regaló 'El Tesoro de Rackham el Rojo', no recuerdo ni las veces que lo leí, lo tenía desgastado, pasaba horas mirando todos los detalles. Lo he leído todo, hasta 'Tintín en el país de los Soviets', que fue la primera obra que Hergé sacó en blanco y negro», detalla Juan.
Texto: Elena Meléndez | Fotos: Damián Torres
Fue en Puçol, en una calle desde la que se divisan huertos de naranjos, donde dieron con la casa de los años sesenta que hoy acoge su hogar. Su objetivo principal a la hora de abordar la reforma era darle luz, y para ello quitaron la habitación de la entrada y la integraron con el salón. Tanto la cocina y el salón como la habitación principal comunican con un patio salpicado de plantas que vehicula las diferentes partes de la casa dotándolas de luz natural. En la casa de Puçol han encontrado, precisamente, el espacio que necesitaban tanto para vivir cómodamente como para trabajar, con capacidad de almacenaje que antes no tenían en un piso. Algunos de los muebles, como la mesa del salón, los trajeron de un estudio que tenía Juan, prestigioso diseñador gráfico.En la planta de arriba, en una habitación grande en la que el antiguo propietario tenía pájaros, han instalado un estudio que comparten los dos. Sobre la mesa de trabajo de María José reposan algunos de los collages en los que está trabajando. La pared en la que se encuentra la zona de trabajo de Juan está cubierta por obras de Tintín. Las más pequeñas son láminas y las más grandes serigrafías numeradas que compró en Londres y en París cuando iba a las ferias de diseño. También tiene, protegida por una urna de metacrilato, una figura de resina del capitán Haddock, Tintín y Milú que le regaló un amigo que se la trajo de Bruselas. «Tenía unos ocho años cuando una tía mía me regaló 'El Tesoro de Rackham el Rojo', no recuerdo ni las veces que lo leí, lo tenía desgastado, pasaba horas mirando todos los detalles. Lo he leído todo, hasta 'Tintín en el país de los Soviets', que fue la primera obra que Hergé sacó en blanco y negro», detalla Juan.
Texto: Elena Meléndez | Fotos: Damián Torres
Fue en Puçol, en una calle desde la que se divisan huertos de naranjos, donde dieron con la casa de los años sesenta que hoy acoge su hogar. Su objetivo principal a la hora de abordar la reforma era darle luz, y para ello quitaron la habitación de la entrada y la integraron con el salón. Tanto la cocina y el salón como la habitación principal comunican con un patio salpicado de plantas que vehicula las diferentes partes de la casa dotándolas de luz natural. En la casa de Puçol han encontrado, precisamente, el espacio que necesitaban tanto para vivir cómodamente como para trabajar, con capacidad de almacenaje que antes no tenían en un piso. Algunos de los muebles, como la mesa del salón, los trajeron de un estudio que tenía Juan, prestigioso diseñador gráfico.En la planta de arriba, en una habitación grande en la que el antiguo propietario tenía pájaros, han instalado un estudio que comparten los dos. Sobre la mesa de trabajo de María José reposan algunos de los collages en los que está trabajando. La pared en la que se encuentra la zona de trabajo de Juan está cubierta por obras de Tintín. Las más pequeñas son láminas y las más grandes serigrafías numeradas que compró en Londres y en París cuando iba a las ferias de diseño. También tiene, protegida por una urna de metacrilato, una figura de resina del capitán Haddock, Tintín y Milú que le regaló un amigo que se la trajo de Bruselas. «Tenía unos ocho años cuando una tía mía me regaló 'El Tesoro de Rackham el Rojo', no recuerdo ni las veces que lo leí, lo tenía desgastado, pasaba horas mirando todos los detalles. Lo he leído todo, hasta 'Tintín en el país de los Soviets', que fue la primera obra que Hergé sacó en blanco y negro», detalla Juan.
Texto: Elena Meléndez | Fotos: Damián Torres
Fue en Puçol, en una calle desde la que se divisan huertos de naranjos, donde dieron con la casa de los años sesenta que hoy acoge su hogar. Su objetivo principal a la hora de abordar la reforma era darle luz, y para ello quitaron la habitación de la entrada y la integraron con el salón. Tanto la cocina y el salón como la habitación principal comunican con un patio salpicado de plantas que vehicula las diferentes partes de la casa dotándolas de luz natural. En la casa de Puçol han encontrado, precisamente, el espacio que necesitaban tanto para vivir cómodamente como para trabajar, con capacidad de almacenaje que antes no tenían en un piso. Algunos de los muebles, como la mesa del salón, los trajeron de un estudio que tenía Juan, prestigioso diseñador gráfico.En la planta de arriba, en una habitación grande en la que el antiguo propietario tenía pájaros, han instalado un estudio que comparten los dos. Sobre la mesa de trabajo de María José reposan algunos de los collages en los que está trabajando. La pared en la que se encuentra la zona de trabajo de Juan está cubierta por obras de Tintín. Las más pequeñas son láminas y las más grandes serigrafías numeradas que compró en Londres y en París cuando iba a las ferias de diseño. También tiene, protegida por una urna de metacrilato, una figura de resina del capitán Haddock, Tintín y Milú que le regaló un amigo que se la trajo de Bruselas. «Tenía unos ocho años cuando una tía mía me regaló 'El Tesoro de Rackham el Rojo', no recuerdo ni las veces que lo leí, lo tenía desgastado, pasaba horas mirando todos los detalles. Lo he leído todo, hasta 'Tintín en el país de los Soviets', que fue la primera obra que Hergé sacó en blanco y negro», detalla Juan.
Texto: Elena Meléndez | Fotos: Damián Torres
Fue en Puçol, en una calle desde la que se divisan huertos de naranjos, donde dieron con la casa de los años sesenta que hoy acoge su hogar. Su objetivo principal a la hora de abordar la reforma era darle luz, y para ello quitaron la habitación de la entrada y la integraron con el salón. Tanto la cocina y el salón como la habitación principal comunican con un patio salpicado de plantas que vehicula las diferentes partes de la casa dotándolas de luz natural. En la casa de Puçol han encontrado, precisamente, el espacio que necesitaban tanto para vivir cómodamente como para trabajar, con capacidad de almacenaje que antes no tenían en un piso. Algunos de los muebles, como la mesa del salón, los trajeron de un estudio que tenía Juan, prestigioso diseñador gráfico.En la planta de arriba, en una habitación grande en la que el antiguo propietario tenía pájaros, han instalado un estudio que comparten los dos. Sobre la mesa de trabajo de María José reposan algunos de los collages en los que está trabajando. La pared en la que se encuentra la zona de trabajo de Juan está cubierta por obras de Tintín. Las más pequeñas son láminas y las más grandes serigrafías numeradas que compró en Londres y en París cuando iba a las ferias de diseño. También tiene, protegida por una urna de metacrilato, una figura de resina del capitán Haddock, Tintín y Milú que le regaló un amigo que se la trajo de Bruselas. «Tenía unos ocho años cuando una tía mía me regaló 'El Tesoro de Rackham el Rojo', no recuerdo ni las veces que lo leí, lo tenía desgastado, pasaba horas mirando todos los detalles. Lo he leído todo, hasta 'Tintín en el país de los Soviets', que fue la primera obra que Hergé sacó en blanco y negro», detalla Juan.
Texto: Elena Meléndez | Fotos: Damián Torres
Fue en Puçol, en una calle desde la que se divisan huertos de naranjos, donde dieron con la casa de los años sesenta que hoy acoge su hogar. Su objetivo principal a la hora de abordar la reforma era darle luz, y para ello quitaron la habitación de la entrada y la integraron con el salón. Tanto la cocina y el salón como la habitación principal comunican con un patio salpicado de plantas que vehicula las diferentes partes de la casa dotándolas de luz natural. En la casa de Puçol han encontrado, precisamente, el espacio que necesitaban tanto para vivir cómodamente como para trabajar, con capacidad de almacenaje que antes no tenían en un piso. Algunos de los muebles, como la mesa del salón, los trajeron de un estudio que tenía Juan, prestigioso diseñador gráfico.En la planta de arriba, en una habitación grande en la que el antiguo propietario tenía pájaros, han instalado un estudio que comparten los dos. Sobre la mesa de trabajo de María José reposan algunos de los collages en los que está trabajando. La pared en la que se encuentra la zona de trabajo de Juan está cubierta por obras de Tintín. Las más pequeñas son láminas y las más grandes serigrafías numeradas que compró en Londres y en París cuando iba a las ferias de diseño. También tiene, protegida por una urna de metacrilato, una figura de resina del capitán Haddock, Tintín y Milú que le regaló un amigo que se la trajo de Bruselas. «Tenía unos ocho años cuando una tía mía me regaló 'El Tesoro de Rackham el Rojo', no recuerdo ni las veces que lo leí, lo tenía desgastado, pasaba horas mirando todos los detalles. Lo he leído todo, hasta 'Tintín en el país de los Soviets', que fue la primera obra que Hergé sacó en blanco y negro», detalla Juan.
Texto: Elena Meléndez | Fotos: Damián Torres
Fue en Puçol, en una calle desde la que se divisan huertos de naranjos, donde dieron con la casa de los años sesenta que hoy acoge su hogar. Su objetivo principal a la hora de abordar la reforma era darle luz, y para ello quitaron la habitación de la entrada y la integraron con el salón. Tanto la cocina y el salón como la habitación principal comunican con un patio salpicado de plantas que vehicula las diferentes partes de la casa dotándolas de luz natural. En la casa de Puçol han encontrado, precisamente, el espacio que necesitaban tanto para vivir cómodamente como para trabajar, con capacidad de almacenaje que antes no tenían en un piso. Algunos de los muebles, como la mesa del salón, los trajeron de un estudio que tenía Juan, prestigioso diseñador gráfico.En la planta de arriba, en una habitación grande en la que el antiguo propietario tenía pájaros, han instalado un estudio que comparten los dos. Sobre la mesa de trabajo de María José reposan algunos de los collages en los que está trabajando. La pared en la que se encuentra la zona de trabajo de Juan está cubierta por obras de Tintín. Las más pequeñas son láminas y las más grandes serigrafías numeradas que compró en Londres y en París cuando iba a las ferias de diseño. También tiene, protegida por una urna de metacrilato, una figura de resina del capitán Haddock, Tintín y Milú que le regaló un amigo que se la trajo de Bruselas. «Tenía unos ocho años cuando una tía mía me regaló 'El Tesoro de Rackham el Rojo', no recuerdo ni las veces que lo leí, lo tenía desgastado, pasaba horas mirando todos los detalles. Lo he leído todo, hasta 'Tintín en el país de los Soviets', que fue la primera obra que Hergé sacó en blanco y negro», detalla Juan.
Texto: Elena Meléndez | Fotos: Damián Torres
Fue en Puçol, en una calle desde la que se divisan huertos de naranjos, donde dieron con la casa de los años sesenta que hoy acoge su hogar. Su objetivo principal a la hora de abordar la reforma era darle luz, y para ello quitaron la habitación de la entrada y la integraron con el salón. Tanto la cocina y el salón como la habitación principal comunican con un patio salpicado de plantas que vehicula las diferentes partes de la casa dotándolas de luz natural. En la casa de Puçol han encontrado, precisamente, el espacio que necesitaban tanto para vivir cómodamente como para trabajar, con capacidad de almacenaje que antes no tenían en un piso. Algunos de los muebles, como la mesa del salón, los trajeron de un estudio que tenía Juan, prestigioso diseñador gráfico.En la planta de arriba, en una habitación grande en la que el antiguo propietario tenía pájaros, han instalado un estudio que comparten los dos. Sobre la mesa de trabajo de María José reposan algunos de los collages en los que está trabajando. La pared en la que se encuentra la zona de trabajo de Juan está cubierta por obras de Tintín. Las más pequeñas son láminas y las más grandes serigrafías numeradas que compró en Londres y en París cuando iba a las ferias de diseño. También tiene, protegida por una urna de metacrilato, una figura de resina del capitán Haddock, Tintín y Milú que le regaló un amigo que se la trajo de Bruselas. «Tenía unos ocho años cuando una tía mía me regaló 'El Tesoro de Rackham el Rojo', no recuerdo ni las veces que lo leí, lo tenía desgastado, pasaba horas mirando todos los detalles. Lo he leído todo, hasta 'Tintín en el país de los Soviets', que fue la primera obra que Hergé sacó en blanco y negro», detalla Juan.
Texto: Elena Meléndez | Fotos: Damián Torres
Fue en Puçol, en una calle desde la que se divisan huertos de naranjos, donde dieron con la casa de los años sesenta que hoy acoge su hogar. Su objetivo principal a la hora de abordar la reforma era darle luz, y para ello quitaron la habitación de la entrada y la integraron con el salón. Tanto la cocina y el salón como la habitación principal comunican con un patio salpicado de plantas que vehicula las diferentes partes de la casa dotándolas de luz natural. En la casa de Puçol han encontrado, precisamente, el espacio que necesitaban tanto para vivir cómodamente como para trabajar, con capacidad de almacenaje que antes no tenían en un piso. Algunos de los muebles, como la mesa del salón, los trajeron de un estudio que tenía Juan, prestigioso diseñador gráfico.En la planta de arriba, en una habitación grande en la que el antiguo propietario tenía pájaros, han instalado un estudio que comparten los dos. Sobre la mesa de trabajo de María José reposan algunos de los collages en los que está trabajando. La pared en la que se encuentra la zona de trabajo de Juan está cubierta por obras de Tintín. Las más pequeñas son láminas y las más grandes serigrafías numeradas que compró en Londres y en París cuando iba a las ferias de diseño. También tiene, protegida por una urna de metacrilato, una figura de resina del capitán Haddock, Tintín y Milú que le regaló un amigo que se la trajo de Bruselas. «Tenía unos ocho años cuando una tía mía me regaló 'El Tesoro de Rackham el Rojo', no recuerdo ni las veces que lo leí, lo tenía desgastado, pasaba horas mirando todos los detalles. Lo he leído todo, hasta 'Tintín en el país de los Soviets', que fue la primera obra que Hergé sacó en blanco y negro», detalla Juan.
Texto: Elena Meléndez | Fotos: Damián Torres
Fue en Puçol, en una calle desde la que se divisan huertos de naranjos, donde dieron con la casa de los años sesenta que hoy acoge su hogar. Su objetivo principal a la hora de abordar la reforma era darle luz, y para ello quitaron la habitación de la entrada y la integraron con el salón. Tanto la cocina y el salón como la habitación principal comunican con un patio salpicado de plantas que vehicula las diferentes partes de la casa dotándolas de luz natural. En la casa de Puçol han encontrado, precisamente, el espacio que necesitaban tanto para vivir cómodamente como para trabajar, con capacidad de almacenaje que antes no tenían en un piso. Algunos de los muebles, como la mesa del salón, los trajeron de un estudio que tenía Juan, prestigioso diseñador gráfico.En la planta de arriba, en una habitación grande en la que el antiguo propietario tenía pájaros, han instalado un estudio que comparten los dos. Sobre la mesa de trabajo de María José reposan algunos de los collages en los que está trabajando. La pared en la que se encuentra la zona de trabajo de Juan está cubierta por obras de Tintín. Las más pequeñas son láminas y las más grandes serigrafías numeradas que compró en Londres y en París cuando iba a las ferias de diseño. También tiene, protegida por una urna de metacrilato, una figura de resina del capitán Haddock, Tintín y Milú que le regaló un amigo que se la trajo de Bruselas. «Tenía unos ocho años cuando una tía mía me regaló 'El Tesoro de Rackham el Rojo', no recuerdo ni las veces que lo leí, lo tenía desgastado, pasaba horas mirando todos los detalles. Lo he leído todo, hasta 'Tintín en el país de los Soviets', que fue la primera obra que Hergé sacó en blanco y negro», detalla Juan.
Texto: Elena Meléndez | Fotos: Damián Torres
Fue en Puçol, en una calle desde la que se divisan huertos de naranjos, donde dieron con la casa de los años sesenta que hoy acoge su hogar. Su objetivo principal a la hora de abordar la reforma era darle luz, y para ello quitaron la habitación de la entrada y la integraron con el salón. Tanto la cocina y el salón como la habitación principal comunican con un patio salpicado de plantas que vehicula las diferentes partes de la casa dotándolas de luz natural. En la casa de Puçol han encontrado, precisamente, el espacio que necesitaban tanto para vivir cómodamente como para trabajar, con capacidad de almacenaje que antes no tenían en un piso. Algunos de los muebles, como la mesa del salón, los trajeron de un estudio que tenía Juan, prestigioso diseñador gráfico.En la planta de arriba, en una habitación grande en la que el antiguo propietario tenía pájaros, han instalado un estudio que comparten los dos. Sobre la mesa de trabajo de María José reposan algunos de los collages en los que está trabajando. La pared en la que se encuentra la zona de trabajo de Juan está cubierta por obras de Tintín. Las más pequeñas son láminas y las más grandes serigrafías numeradas que compró en Londres y en París cuando iba a las ferias de diseño. También tiene, protegida por una urna de metacrilato, una figura de resina del capitán Haddock, Tintín y Milú que le regaló un amigo que se la trajo de Bruselas. «Tenía unos ocho años cuando una tía mía me regaló 'El Tesoro de Rackham el Rojo', no recuerdo ni las veces que lo leí, lo tenía desgastado, pasaba horas mirando todos los detalles. Lo he leído todo, hasta 'Tintín en el país de los Soviets', que fue la primera obra que Hergé sacó en blanco y negro», detalla Juan.
Texto: Elena Meléndez | Fotos: Damián Torres
Fue en Puçol, en una calle desde la que se divisan huertos de naranjos, donde dieron con la casa de los años sesenta que hoy acoge su hogar. Su objetivo principal a la hora de abordar la reforma era darle luz, y para ello quitaron la habitación de la entrada y la integraron con el salón. Tanto la cocina y el salón como la habitación principal comunican con un patio salpicado de plantas que vehicula las diferentes partes de la casa dotándolas de luz natural. En la casa de Puçol han encontrado, precisamente, el espacio que necesitaban tanto para vivir cómodamente como para trabajar, con capacidad de almacenaje que antes no tenían en un piso. Algunos de los muebles, como la mesa del salón, los trajeron de un estudio que tenía Juan, prestigioso diseñador gráfico.En la planta de arriba, en una habitación grande en la que el antiguo propietario tenía pájaros, han instalado un estudio que comparten los dos. Sobre la mesa de trabajo de María José reposan algunos de los collages en los que está trabajando. La pared en la que se encuentra la zona de trabajo de Juan está cubierta por obras de Tintín. Las más pequeñas son láminas y las más grandes serigrafías numeradas que compró en Londres y en París cuando iba a las ferias de diseño. También tiene, protegida por una urna de metacrilato, una figura de resina del capitán Haddock, Tintín y Milú que le regaló un amigo que se la trajo de Bruselas. «Tenía unos ocho años cuando una tía mía me regaló 'El Tesoro de Rackham el Rojo', no recuerdo ni las veces que lo leí, lo tenía desgastado, pasaba horas mirando todos los detalles. Lo he leído todo, hasta 'Tintín en el país de los Soviets', que fue la primera obra que Hergé sacó en blanco y negro», detalla Juan.
Texto: Elena Meléndez | Fotos: Damián Torres
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Texto: Elena Meléndez | Fotos: Damián Torres
Fue en Puçol, en una calle desde la que se divisan huertos de naranjos, donde dieron con la casa de los años sesenta que hoy acoge su hogar. Su objetivo principal a la hora de abordar la reforma era darle luz, y para ello quitaron la habitación de la entrada y la integraron con el salón. Tanto la cocina y el salón como la habitación principal comunican con un patio salpicado de plantas que vehicula las diferentes partes de la casa dotándolas de luz natural. En la casa de Puçol han encontrado, precisamente, el espacio que necesitaban tanto para vivir cómodamente como para trabajar, con capacidad de almacenaje que antes no tenían en un piso. Algunos de los muebles, como la mesa del salón, los trajeron de un estudio que tenía Juan, prestigioso diseñador gráfico.En la planta de arriba, en una habitación grande en la que el antiguo propietario tenía pájaros, han instalado un estudio que comparten los dos. Sobre la mesa de trabajo de María José reposan algunos de los collages en los que está trabajando. La pared en la que se encuentra la zona de trabajo de Juan está cubierta por obras de Tintín. Las más pequeñas son láminas y las más grandes serigrafías numeradas que compró en Londres y en París cuando iba a las ferias de diseño. También tiene, protegida por una urna de metacrilato, una figura de resina del capitán Haddock, Tintín y Milú que le regaló un amigo que se la trajo de Bruselas. «Tenía unos ocho años cuando una tía mía me regaló 'El Tesoro de Rackham el Rojo', no recuerdo ni las veces que lo leí, lo tenía desgastado, pasaba horas mirando todos los detalles. Lo he leído todo, hasta 'Tintín en el país de los Soviets', que fue la primera obra que Hergé sacó en blanco y negro», detalla Juan.
Texto: Elena Meléndez | Fotos: Damián Torres
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