Borrar
Carmen de Rosa, en el Ateneo Mercantil, donde lleva ocho años como presidenta.

Ver fotos

Carmen de Rosa, en el Ateneo Mercantil, donde lleva ocho años como presidenta. Jesús Signes

Carmen de Rosa: «La segunda generación de los De Rosa va a dar mucho que hablar»

El clan familiar que conforman los cuatro hermanos ha sido el gran apoyo de la presidenta, sobre todo en la época en que se quedó viuda, y que coincidió con el año en que su hija fue la fallera mayor de Valencia

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Domingo, 20 de diciembre 2020, 01:14

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Las puertas de la quinta planta del Ateneo Mercantil todavía son de cristal labrado traslúcido, con ese aire demodé de un edificio histórico que va dando pequeños pasos hacia la modernidad, entre salas de banderas o biblioteca con incunables y una terraza con chill-out para gente vip. Y, en la cúspide, Carmen de Rosa, en la difícil encrucijada que supone modernizar una institución que lleva la tradición en su ADN, en una lucha entre quienes adoran que las cosas se queden como están y los que quieren abrir las ventanas y que entre aire fresco. Entre tertulias taurinas y exposiciones de superzings -solo conocerá a los muñequitos si es abuelo o padre de un menor de diez años-, Carmen de Rosa se mantiene en ese complicado equilibrio. Ella misma representa un poco de cada mundo: es la primera mujer en ocupar la presidencia de la entidad civil más importante de Valencia -quitando las deportivas- y, al mismo tiempo, pertenece a una de las familias que mejor representa la burguesía valenciana conservadora, los De Rosa.

-Acaba de ser reelegida presidenta del Ateneo por cuatro años más. Y sin oposición.

-Estoy muy contenta porque el hecho de que no haya habido ninguna candidatura alternativa quiere decir que los socios están contentos, que encuentren aquí su casa, que han valorado de forma positiva nuestra gestión en los últimos ocho años. Hay paz en el Ateneo. Ahora tenemos que ser capaces de ilusionarlos todavía más, y que le digan a la gente que en el Ateneo se está muy bien.

-Sé que uno de sus objetivos era rejuvenecer la institución. ¿Lo ha logrado?

-Cuando entramos en el Ateneo hace ocho años la mayoría de los socios tenía una media de ochenta años. Hemos bajado a setenta, que aparentemente es alta pero eso quiere decir que cada vez hay gente de menor edad, y que hay muchos socios activos más jóvenes.

«Cuando me quedé viuda me sentí muy sola, y me di cuenta de que hay que acostumbrarse a una vida individual»

-Visto con perspectiva, ¿cree que fue una buena decisión aceptar el cargo?

-Cuando me lo propusieron me quedé muy sorprendida y también asustada, porque el Ateneo es un buque insignia tan importante que no sabía si podría dar la talla. Pero bueno, pensé que los trenes pasan sólo una vez, que si decía que no nunca sabría si podía con ello. Y que en el caso de que efectivamente no pudiera, me iba a los cuatro años y asunto solucionado. Ahora veo que el Ateneo me ha atrapado y es una parte muy importante en mi vida.

-Fuera de entrevista comentaba que se despierta incluso por la noche...

-La verdad es que suelo dormir bastante mal, y cuando me despierto me vienen a la cabeza cosas que me quiero hacer y voy anotándolo.

-¿Ha sido de subirse a trenes?

-Sí, porque las oportunidades pasan, me gustan los retos y aunque al principio tenga dudas, me considero una persona valiente y prefiero pensar que soy capaz.

-Después de todos estos años, ¿qué le ha dado el Ateneo?

-Yo soy una persona muy social, a mí me gusta mucho relacionarme con la gente, y en lo personal me ha dado una satisfacción muy íntima, porque he conocido gente muy interesante. Tanto, que yo siempre digo que estoy casada con el Ateneo.

-¿La han animado sus hijos?

-Ellos son mis primeros fans, me apoyan, me ayudan y están muy contentos de que continúe cuatro años más. Ellos me ven con ilusión y con ganas, y lo que quieren en definitiva, es ver a su madre satisfecha.

«Las oportunidades pasan, me gustan los retos y, aunque tenga dudas, prefiero pensar que voy a ser capaz»

-Si mira atrás, usted se quedó viuda justo el año que su hija era fallera mayor de Valencia. ¿Cómo recuerda aquella época, mirado con perspectiva?

-Para mí fue un golpe muy fuerte y, visto con el tiempo, ha sido sin duda la época más dura de mi vida. Quienes han pasado por algo así sabrán de qué estoy hablando. Me sentí muy sola pero, sobre todo, te das cuenta de que estás sola para tomar decisiones, de que hay que acostumbrarse de pasar de una vida en común a una vida individual. Pese a todo, me siento afortunada porque me sentí arropada por mucha gente.

-Qué año de luces y sombras.

-Para mí fue muy duro pero para mi hija… un reinado que debería de haber sido maravilloso, de película, tuvo un final muy duro, y ella cumplió como una campeona, sin dejar de ir a ningún acto, con una disciplina inquebrantable y siempre con una sonrisa. Fue admirable.

Carmen de Rosa ha renovado por cuatro años como presidenta de la institución centenaria.
Carmen de Rosa ha renovado por cuatro años como presidenta de la institución centenaria. Jesús Signes

-¿Qué les ha intentado inculcar a sus hijos?

-Les he intentado inculcar los valores de la familia, de la responsabilidad, del trabajo, de la honorabilidad, que sean personas rectas, y ahora que ya son adultos me han demostrado que son maravillosos, responsables y trabajadores, y me siento muy orgullosa de ellos.

-¿Han pasado el confinamiento juntos?

-Sí, viven conmigo y ha sido extraordinario porque hemos hablado, hemos hecho muchas actividades juntos, nos hemos metido en la cocina... Hacía tiempo que no tenía conversaciones con ellos de esa forma, con mucho tiempo por delante, e incluso conocí opiniones de ellos sobre temas diversos; fue muy interesante. No me gustaría repetirlo porque el confinamiento es duro y notas esa falta de libertad, que nosotros no paramos, pero siempre hay una parte positiva, y en este caso fue que nos unimos más todavía como familia.

«Al acceder a la presidencia la media de edad en el Ateneo era de ochenta años. Ha bajado a setenta»

-Es cierto que es usted una persona muy social, muy vinculada, además, a tradiciones como las Fallas.

-Ni siquiera cuando estaba viviendo fuera de Valencia dejé de venir a las Fallas, es algo consustancial a mí. Vivir la ofrenda, las mascletàs, participar de la vida del casal... Este año lo he echado mucho de menos y, como nos ha pasado a la mayoría, no te das cuenta de lo que tienes hasta que lo pierdes. El día de la ofrenda fue muy triste y este año marcará un antes y un después. Además, esos días me contagié de coronavirus y tuve que cuidarme.

-Su madre era de una familia muy arraigada en Valencia, su padre murciano. ¿Él se adaptó bien a la ciudad?

-Mi padre nació en Caravaca de la Cruz y vino a estudiar a los Jesuitas y enseguida se adaptó, incluso aprendió a hablar valenciano. Es verdad que murió muy joven y se perdió la implicación con Murcia, pero si hay año jubilar volvemos a las fiestas de la Cruz, porque siempre es bueno acordarse de los orígenes.

-El Ateneo, las Fallas, San Vicente, además de todas las entidades en las que está involucrada... Usted además es funcionaria, ¿cómo llega a todo?

-Organizándome. De ocho a tres soy funcionaria en el departamento de Fundaciones de la Conselleria de Justicia. Además, me gusta mucho lo que hago. Llego a casa y apenas descanso cinco minutos y me vengo al Ateneo. Ahora no hay vida social, pero me gusta mucho participar de la vida de Valencia.

-La verdad es que no me la imagino tirada en el sofá.

-No soy de esas. Y lo único que pido es seguir con la misma energía para poder llegar a todo como ahora.

-Usted se preparó una oposición. Ahora lo hace su hija. ¿Le da consejos?

-Las oposiciones son una carrera de fuerza mental, de positividad, de disciplina y de horarios. Yo aprobé no una, sino varias, hasta que encontré lo que me gustaba. Ahora ella está preparándose para la carrera judicial y fiscal y yo le aconsejo que crea en ella y que tenga claro que lo puede hacer, pero existe un trabajo detrás. Hay que ser una persona fuerte, segura de sí misma, con una disciplina mental diaria. Hay mucha gente que se deprime, que quiere salir, pero no puedes, se trata de una carrera de fondo y no todo el mundo tiene la fuerza necesaria.

«Este año he echado mucho de menos las Fallas. No sabes lo que tienes hasta que lo pierdes»

-En este mundo que parece basado en la recompensa inmediata.

-Por ese motivo hay que saber que la recompensa, aunque tarda en llegar, es para toda la vida.

-Si hablamos de familia, en una entrevista de hace unos años con sus hermanos (Fernando, Alberto y Cristina) hablaban de lo unidos que siempre han estado.

-Sí, nos apoyamos mutuamente y nos encanta estar juntos. Además, nuestros hijos van haciéndose mayores y es muy interesante ver cómo van saliendo adelante. Tenemos una segunda generación de De Rosa que va a dar mucho que hablar.

-No será una Navidad como otros años...

-Intentaremos celebrarlo juntándonos cumpliendo las normas y siempre con precaución. Ya habrá años para volver a estar todos juntos...

-¿Qué es lo que volverá a hacer cuando todo esto pase?

-Viajar. Me siento constreñida, tengo ganas de volar y de sentirme libre viajando. Retrasamos los dos viajes previstos este año en el Ateneo, a Rusia y a la costa oeste de Estados Unidos, a 2021, y espero que no tengamos que posponerlos más.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios