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El álbum de la infancia de Sonia Rayos

Jueves, 14 de mayo 2020, 01:35

Cuando Sonia Rayos paseaba por la calle con su padre, ingeniero de profesión, se detenía al pasar por una obra, le explicaba a su hija mayor qué hacían y le hablaba de materiales. Así fue como la pequeña fue educando la mirada y alimentando su curiosidad. Su familia es de Alicante, pero ella nació en Dénia, pues su progenitor en ese momento trabajaba en la construcción de la carretera que une Dénia y Xàbia. «Al cumplir los catorce nos instalamos definitivamente en Valencia», explica la arquitecta. Sonia fue una niña estudiosa, curiosa, despierta y con mucho carácter. La disciplina la aprendió de los años practicando ballet cada día a la salida del colegio. Su infancia fue muy bonita, recuerda con especial cariño la época en la que vivieron en el edificio Cobasa de Alicante, un complejo residencial con parque, piscina y zonas comunes. Allí pasaban las tardes con los amigos y, al llegar el verano, recogían dinero entre los vecinos para organizar playbacks. Por San Juan iban a la playa del Postiguet y veían los fuegos artificiales mientras comían sardinas y, en agosto, viajaron en familia a países como Suiza, donde se crió su madre, Portugal o a distintos destinos dentro de España. — Cuando Sonia Rayos paseaba por la calle con su padre, ingeniero de profesión, se detenía al pasar por una obra, le explicaba a su hija mayor qué hacían y le hablaba de materiales. Así fue como la pequeña fue educando la mirada y alimentando su curiosidad. Su familia es de Alicante, pero ella nació en Dénia, pues su progenitor en ese momento trabajaba en la construcción de la carretera que une Dénia y Xàbia. «Al cumplir los catorce nos instalamos definitivamente en Valencia», explica la arquitecta. Sonia fue una niña estudiosa, curiosa, despierta y con mucho carácter. La disciplina la aprendió de los años practicando ballet cada día a la salida del colegio. Su infancia fue muy bonita, recuerda con especial cariño la época en la que vivieron en el edificio Cobasa de Alicante, un complejo residencial con parque, piscina y zonas comunes. Allí pasaban las tardes con los amigos y, al llegar el verano, recogían dinero entre los vecinos para organizar playbacks. Por San Juan iban a la playa del Postiguet y veían los fuegos artificiales mientras comían sardinas y, en agosto, viajaron en familia a países como Suiza, donde se crió su madre, Portugal o a distintos destinos dentro de España.
Texto: Elena Meléndez | Fotos: Irene Marsilla

Cuando Sonia Rayos paseaba por la calle con su padre, ingeniero de profesión, se detenía al pasar por una obra, le explicaba a su hija mayor qué hacían y le hablaba de materiales. Así fue como la pequeña fue educando la mirada y alimentando su curiosidad. Su familia es de Alicante, pero ella nació en Dénia, pues su progenitor en ese momento trabajaba en la construcción de la carretera que une Dénia y Xàbia. «Al cumplir los catorce nos instalamos definitivamente en Valencia», explica la arquitecta. Sonia fue una niña estudiosa, curiosa, despierta y con mucho carácter. La disciplina la aprendió de los años practicando ballet cada día a la salida del colegio. Su infancia fue muy bonita, recuerda con especial cariño la época en la que vivieron en el edificio Cobasa de Alicante, un complejo residencial con parque, piscina y zonas comunes. Allí pasaban las tardes con los amigos y, al llegar el verano, recogían dinero entre los vecinos para organizar playbacks. Por San Juan iban a la playa del Postiguet y veían los fuegos artificiales mientras comían sardinas y, en agosto, viajaron en familia a países como Suiza, donde se crió su madre, Portugal o a distintos destinos dentro de España.

Cuando Sonia Rayos paseaba por la calle con su padre, ingeniero de profesión, se detenía al pasar por una obra, le explicaba a su hija mayor qué hacían y le hablaba de materiales. Así fue como la pequeña fue educando la mirada y alimentando su curiosidad. Su familia es de Alicante, pero ella nació en Dénia, pues su progenitor en ese momento trabajaba en la construcción de la carretera que une Dénia y Xàbia. «Al cumplir los catorce nos instalamos definitivamente en Valencia», explica la arquitecta. Sonia fue una niña estudiosa, curiosa, despierta y con mucho carácter. La disciplina la aprendió de los años practicando ballet cada día a la salida del colegio. Su infancia fue muy bonita, recuerda con especial cariño la época en la que vivieron en el edificio Cobasa de Alicante, un complejo residencial con parque, piscina y zonas comunes. Allí pasaban las tardes con los amigos y, al llegar el verano, recogían dinero entre los vecinos para organizar playbacks. Por San Juan iban a la playa del Postiguet y veían los fuegos artificiales mientras comían sardinas y, en agosto, viajaron en familia a países como Suiza, donde se crió su madre, Portugal o a distintos destinos dentro de España.

Sonia junto a su madre Marie. «Estaba en plena rabieta, me encanta esa foto por cómo va vestida mi madre, que se había criado en Suiza y fue siempre muy moderna». — Sonia junto a su madre Marie. «Estaba en plena rabieta, me encanta esa foto por cómo va vestida mi madre, que se había criado en Suiza y fue siempre muy moderna».
Texto: Elena Meléndez | Fotos: Irene Marsilla

Sonia junto a su madre Marie. «Estaba en plena rabieta, me encanta esa foto por cómo va vestida mi madre, que se había criado en Suiza y fue siempre muy moderna».

Sonia junto a su madre Marie. «Estaba en plena rabieta, me encanta esa foto por cómo va vestida mi madre, que se había criado en Suiza y fue siempre muy moderna».

«Disfrazada de Alaska para participar en los playbacks de verano. Lo pasábamos muy bien». — «Disfrazada de Alaska para participar en los playbacks de verano. Lo pasábamos muy bien».
Texto: Elena Meléndez | Fotos: Irene Marsilla

«Disfrazada de Alaska para participar en los playbacks de verano. Lo pasábamos muy bien».

«Disfrazada de Alaska para participar en los playbacks de verano. Lo pasábamos muy bien».

En otros playbacks vestida con el maillot de ballet, una de sus grandes pasiones de la infancia. — En otros playbacks vestida con el maillot de ballet, una de sus grandes pasiones de la infancia.
Texto: Elena Meléndez | Fotos: Irene Marsilla

En otros playbacks vestida con el maillot de ballet, una de sus grandes pasiones de la infancia.

En otros playbacks vestida con el maillot de ballet, una de sus grandes pasiones de la infancia.

«Mis abuelos vivían en Orihuela y allí mi padre jugaba a tenis. Ahí estoy recogiendo su premio». — «Mis abuelos vivían en Orihuela y allí mi padre jugaba a tenis. Ahí estoy recogiendo su premio».
Texto: Elena Meléndez | Fotos: Irene Marsilla

«Mis abuelos vivían en Orihuela y allí mi padre jugaba a tenis. Ahí estoy recogiendo su premio».

«Mis abuelos vivían en Orihuela y allí mi padre jugaba a tenis. Ahí estoy recogiendo su premio».

Sonia junto a su amiga Toya en Fallas. «La conocí en Esclavas al llegar a Valencia, con ella empecé a descubrir el mundo. Adoro esta foto». — Sonia junto a su amiga Toya en Fallas. «La conocí en Esclavas al llegar a Valencia, con ella empecé a descubrir el mundo. Adoro esta foto».
Texto: Elena Meléndez | Fotos: Irene Marsilla

Sonia junto a su amiga Toya en Fallas. «La conocí en Esclavas al llegar a Valencia, con ella empecé a descubrir el mundo. Adoro esta foto».

Sonia junto a su amiga Toya en Fallas. «La conocí en Esclavas al llegar a Valencia, con ella empecé a descubrir el mundo. Adoro esta foto».

Durante un verano que pasaron en Moraira. «Fuimos con amigos de mis padres y sus hijos eran mis amigos. Lo disfrutamos muchísimo». — Durante un verano que pasaron en Moraira. «Fuimos con amigos de mis padres y sus hijos eran mis amigos. Lo disfrutamos muchísimo».
Texto: Elena Meléndez | Fotos: Irene Marsilla

Durante un verano que pasaron en Moraira. «Fuimos con amigos de mis padres y sus hijos eran mis amigos. Lo disfrutamos muchísimo».

Durante un verano que pasaron en Moraira. «Fuimos con amigos de mis padres y sus hijos eran mis amigos. Lo disfrutamos muchísimo».

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