Sánchez e Illa, principales damnificados de la división en la pugna por el poder en ERC
Ni Junqueras ni Godàs cuestionan la vía pactista con los socialistas pero abogan por endurecer las condiciones
La militancia de Esquerra Republicana elegirá el sábado que viene, en segunda vuelta, al presidente del partido para los próximos cuatro años. También a la ... secretaria general. Oriol Junqueras parte como favorito. En la primera ronda, celebrada hace una semana, se quedó a cien votos de la mayoría absoluta. Obtuvo el 48% de los sufragios. Le metió 13 puntos de diferencia a su contrincante, Xavier Godàs.
Junqueras ha sido presidente durante 13 años y quiere repetir. Cuenta con el apoyo de Gabriel Rufián, Joan Tardà, Raül Romeva, Joan Ignasi Elena o Ester Capella. Godàs ha sido alcalde de Arenys de Mar (Barcelona) y jefe de gabinete de concejales de ERC en Barcelona. Le respaldan, entre otros, Marta Rovira, Pere Aragonés, Laura Vilagrà, Josep Maria Jové o Carme Forcadell.
Ambos se presentan como renovadores, pero son continuistas. Ninguno de los dos cuestiona, a grandes rasgos, la estrategia puesta en marcha por el partido tras los años del 'procés' de negociar con los socialistas. Pero hasta ahí llegan las buenas noticias para Pedro Sánchez y Salvador Illa, investidos con los votos de los republicanos y pendientes de sacar adelante sus Cuentas con el apoyo, entre otros, de ERC.
El protagonismo de Junts
Gane quien gane el sábado, va a asumir un partido fracturado. Y en caída libre. En las últimas elecciones catalanas, los republicanos perdieron el Govern y 13 escaños (sobre 135) en el Parlamento catalán. En las catalanas, ERC se dejó 200.000 votos y 400.000 en las europeas y en las generales. En el Congreso, pasó de 13 a 7 escaños. Y lo que es peor, su principal adversario, Junts, es quien tiene la sartén por el mango de la gobernabilidad española.
Tanto Junqueras como Godàs sostienen que las cosas no pueden seguir como hasta ahora. ERC debe mostrarse más inflexible en su posición negociadora para encarecer sus apoyos. El respaldo a los socialistas no está garantizado, avisan, sino que estará vinculado al resultado de lo que diga la militancia en diferentes consultas internas, ya sea para los Presupuestos como para ratificar el acuerdo de investidura de Illa. En agosto, el 53% de las bases avaló la investidura de Illa. La abstención apenas fue del 23%. La formación está dividida entre partidarios y detractores de la entente con los socialistas. Hace cinco años, Junqueras fue reelegido presidente de ERC con el 88% de los votos y un 57% de participación. Tenían derecho a voto 9.087. Esta cifra se ha reducido a 8.000.
En la semana que queda de campaña, Junqueras y Godàs se lanzarán con todo a tratar de seducir a los cerca de 800 militantes que votaron a Foc Nou, la tercera candidatura en liza, que no pasó el corte de la primera ronda, pero que representa al sector del partido que se opuso a investir a Illa. Es el 45%, un porcentaje muy alto que ha obligado a las dos listas en disputa a elevar el tono contra los socialistas y a amenazar con retirar el apoyo. Si no se cumplen los acuerdos, haremos caer gobiernos, han advertido desde los dos flancos en disputa. Las exigencias son claras: condonación del FLA, concierto económico y puede que hasta nuevos indultos, pues Junqueras, si gana, quiere ser candidato a la presidencia de la Generalitat.
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