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Sánchez anuncia un estado de alarma hasta mayo con toque de queda nacional

Las comunidades, a diferencia de marzo, asumirán el mando aunque el Gobierno deja la puerta abierta a su intervención

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Domingo, 25 de octubre 2020, 14:37

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España ha vuelto a la casilla de salida. Cuatro meses después de la finalización del primer estado de alarma para combatir el coronavirus, el Gobierno aprobó de nuevo ayer su implantación para intentar doblar el pulso a la segunda ola de la pandemia, que ya ha dejado a su paso tres millones de contagiados. La pretensión del Ejecutivo es que este mecanismo de excepción se prolongue durante seis meses y medio, hasta el próximo 9 de mayo, aunque estará en las manos del Congreso aprobar esta prórroga.

Esta vez no está previsto el confinamiento domiciliario pero sí un toque de queda nocturno obligatorio para todo el país, salvo Canarias que por su situación epidemiológica favorable se queda fuera. De once de la noche a seis de la mañana solo se podrá transitar por causas justificadas, como adquirir medicamentos, desplazamientos laborales, regresar al domicilio o cuidar a mayores o menores de edad. Aunque las autonomías podrán ampliar o restringir este plazo en una hora. «La batalla será dura, pero con disciplina social, resistencia, unidad y moral de victoria lo volveremos a lograr», advirtió Pedro Sánchez en una comparecencia desde la Moncloa.

Liderazgo compartido

A diferencia de marzo, las medidas que incluyen este decreto, que entró en vigor ayer mismo, son menos estrictas y dan más margen a las comunidades, sobre las que recae exclusivamente el mando, tal y como prometió el propio presidente en verano cuando les ofreció un estado de alarma a la carta y como le reclamaron este viernes algunos líderes regionales. El órgano de cogobernanza que dirigirá la crisis será el Consejo Interterritorial de Salud, que tendrá en su mano ir modulando las medidas en función de la situación epidemiológica. «El liderazgo –insistió Sánchez– será compartido».

Según explicó, las autonomías también podrán decidir y aprobar sin autorización judicial confinamientos perimetrales de barrios, ciudades o de la comunidad entera, limitando en ese caso los viajes entre distintas regiones. Esto permite por ejemplo que las comunidades puedan cerrarse si tienen una autonomía fronteriza muy afectada, algo que se han planteado en alguna ocasión ambas Castillas por su proximidad a Madrid.

El decreto permite además limitar la permanencia de personas en espacios públicos o privados a un número máximo de seis personas, salvo que se trate de convivientes, y deja abierta la puerta a intervenir en caso de que alguna comunidad no aplique las medidas incluidas en el nuevo sistema de alertas. «Tenemos un largo recorrido por delante, vamos a tener que desplegar un gran ejercicio de resistencia», aseveró.

Para evitar que se pueda acusar al Gobierno de no rendir cuentas, el presidente anunció que el ministro de Sanidad, Salvador Illa, comparecerá en la Cámara baja cada quince días y animó a hacer lo mismo a los presidentes autonómicos en sus respectivos parlamentos.

Debate en el Congreso

La intención del Ejecutivo es solventar la prórroga cuanto antes. Sánchez quiere aprobar el nuevo decreto el martes en el Consejo de Ministros para pedir esta misma semana en el Congreso una extensión de seis meses, hasta el 9 de mayo. Es el plazo, dijo, que los expertos consideran necesario para doblegar la curva. Aunque también dejó claro que se levantará en cuanto la expansión del virus lo permita. «Ni un día más ni un día menos», prometió el presidente, que situó como objetivo de esta medida alcanzar una incidencia acumulada en los últimos catorce días por debajo de 25 casos por 100.000 habitantes. En la actualidad, la media en España es de 362.

Según explicaron desde la Moncloa, en el decreto que el Gobierno remitirá a la Cámara baja para la prórroga el toque de queda ya no será obligatorio para todo el país. Las autonomías podrán desactivar esa restricción si lo estiman oportuno y volver a activarla en función de la situación epidemiológica.

Incógnita del PP

Si no hay sorpresas de última hora, el Gobierno tiene el apoyo más que garantizado para salvar el trámite parlamentario. Al haber solicitado la aplicación del estado de alarma el País Vasco y Cataluña, Sánchez y su gabinete cuentan con los votos favorables del PNV, de Esquerra y de Junts per Catalunya, además de con los diez escaños de Ciudadanos que Inés Arrimadas ofreció el viernes.

La principal incógnita es saber qué hará el PP, que votó en contra de las últimas prórrogas del estado de alarma y Pablo Casado reclama desde entonces una reforma exprés de la actual legislación sanitaria, de manera que las autonomías tengan instrumentos jurídicos propios para tomar medidas restrictivas que no dependan ni de esta herramienta constitucional ni del beneplácito de los jueces.

Sánchez avanzó que había mantenido una conversación «cordial» con el líder de los populares pero no quiso aclarar si el principal partido de la oposución respaldará la prórroga de la alarma. Señaló que eso le corresponde exclusivamente a Casado, quien ayer optó por guardar silencio y dejar para hoy –interviene en un acto cn empresarios en Madrid– su respuesta. «La pandemia es una cuestión de Estado», alegó el presidente del Gobierno, que reclamó el apoyo de todas las fuerzas políticas y también del PP. «Me gustaría –dijo– poder contar con su apoyo. Los partidos de Estado deben apoyar esta medida tan extraordinaria».

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