Las quinielas de Pérez Llorca
El nuevo president nombrará a su Gobierno con el deseo de dar continuidad al anterior, pero con ajustes en algunas consellerías y en Presidencia
Burguera
Domingo, 30 de noviembre 2025, 00:12
Una sonrisa traviesa y un breve comentario «algún cambio habrá que hacer». Que se note la llegada del nuevo president. No demasiado, pero sí que ... se note. Juanfran Pérez Llorca, en una de sus últimas comparecencias antes de convertirse en jefe del Consell, admitió que su llegada al Palau de la Generalitat implicaría un retoque del Consell. Durante la semana, esa posibilidad ha ido rondando por las inmediaciones del Gobierno valenciano, cuyos componentes niegan saber nada. Hasta ahí, lo normal. Si alguien sabe algo, hay que negarlo. Pero cambios, haberlos, haylos.
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Durante la tarde del viernes, tras presentar su renuncia como alcalde de Finestrat y abordado por los medios de comunicación a las puertas del que ha sido su ayuntamiento desde hace diez años, Llorca admitió que «ya» estaba «pensando» en «nombres».
«Pero bueno, eso ya llegará el martes. Hay que medir los tiempos», indicó ya como ex alcalde. Primero el uno y luego el dos. Llorca se había resistido a renunciar a la Alcaldía a pesar de que Carlos Mazón se lo pidió, pero el nuevo president se resistió y no lo ha hecho hasta que ha sido una obligación legal anexa a su nombramiento. Y siempre así, paso a paso, sin saltarse casillas.
Así que hasta el martes no habrá confirmaciones de cuáles serán esos cambios que «habrá que hacer». Llorca no se va a desprender fácilmente de su talante de alcalde prudente que, uno a uno, va acumulando apoyos y votos. Ese espíritu metódico y pausado, pero también hermético, blinda los cambios que, por ahora, conocen muy pocos. Si es que alguien los sabe además del propio Llorca, que sí ha hablado con algunos miembros de Presidencia, que es el departamento de la Generalitat que registrará más cambios en todos sus estratos. Es más que probable la salida de José Manuel Cuenca y de Santiago Lumbreras, secretarios autonómicos del Gabinete de Presidencia y de Transparencia, respectivamente. En el caso de Cayetano García, artífice de la primera normativa de simplificación administrativa aprobada por el actual Consell, su futuro es continuar como secretario autonómico, pero desde otra conselleria. No es descabellado pensar que Llorca incorpore a su sala de máquinas a algún cargo del que ha sido su ayuntamiento, Finestrat, pero también es muy probable que a Presidencia se incorporen algunas cabezas pensantes conocedoras del funcionamiento de la Generalitat. Mazón se rodeó de personas muy cercanas en lo personal a él, y parece que su sucesor buscará perfiles de mayor profundidad política.
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«No ha perdido nunca el vínculo con los políticos que empezaron junto a él. Los de la Marina son muy de la comarca. Y no es de extrañar que ahora recurra a ellos. Personas como José Císcar o César Sánchez», advierte un experimentado parlamentario nacional alicantino en relación al exvicepresidente de la Generalitat y al exalcalde de Calpe y actualmente diputado en el Congreso que, por cierto, estaba el jueves en la investidura celebrada en Les Corts.
Llorca pretende confeccionar una Presidencia de mucho peso político y conocedora de la trazabilidad de la Administración autonómica, de hecho, es muy probable que haya una Conselleria de Presidencia y que Magdalena González de la Red se convierta en consellera. La vicepresidenta segunda de Les Corts es la persona de confianza de Llorca en el grupo parlamentario, y el enlace con Vox en la Cámara presidida por Llanos Massó. Esa relación engrasada con González de la Red puede serle muy útil al nuevo president en el Consell que debe configurar a partir del martes, cuando tomará posesión del cargo en un pleno parlamentario que se celebrará a mediodía.
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Las incorporaciones no serán muchas y las salidas tampoco, pero sí algunos movimientos y ajustes en las competencias. Es poco probable que la vicepresidenta Camarero continúe como portavoz del Consell después de una sobreexposición de un año que asocia su presencia para dar cuenta de los acuerdos del Gobierno valenciano con lo peor de la dana. ¿Y quién será la persona que ocupe la portavocía? El plan inicial, la idea que rumiaba Mazón cuando en septiembre anunció una remodelación del Consell que finalmente no llevó a cabo más allá de nombrar a Martínez Mus vicepresidente en sustitución del saliente Gan Pampols, era que Miguel Barrachina se convirtiera en el nuevo portavoz.
Habrá que ver si Llorca mantiene esa idea o el afilado perfil del actual conseller de Agricultura no encaja en ese tono conciliador que pretende establecer el nuevo president de la Generalitat.
Hacienda será una de las consellerias que debe abordar retos más complicados porque el Gobierno central ha demostrado su nula intención de colaborar realizando aportación alguna para la reconstrucción de la dana, por lo que la Generalitat ya firmó una póliza de crédito de 1.800 millones de euros. Y no es lo mismo deberle al Estado, a través de un FLA, que al sector privado, con intereses más altos y con exigencia en la devolución de lo prestado. Es muy posible que no sea Ruth Merino, la actual consellera de Hacienda, quien pilote esa nueva y complicada fase. Ya se verá si el eterno aspirante a conseller, Eusebio Monzó, logra romper ese techo de cristal que le impide alcanzar el despacho principal de la consellera en la que actualmente es secretario autonómico.
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A un año y medio de finalizar la legislatura en tiempo y forma, es un punto temerario pensar que Pérez Llorca vaya a revolucionar el Gobierno valenciano. Marciano Gómez es el conseller de Sanidad, el departamento de mayor presupuesto y que han ido solventando su día a día sin excesivos problemas, que es precisamente el objetivo de Llorca, gestionar y dar continuidad a un Consell que era muy bien percibido hasta la fatídica dana.
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