Pérez Llorca enseña sus cartas: borra a Mazón de su investidura y deja sin discurso a PSPV y Compromís
La ausencia del debate del líder del PP y la petición de perdón a las víctimas del candidato a la investidura descoloca a los portavoces de la oposición. «Vengo a ofrecer una manera distinta de hacer las cosas»
Fue desaparecer Carlos Mazón del debate político en Les Corts, y acabarse el lío. La intervención del presidente electo de la Generalitat, Juanfran Pérez Llorca, ... empezó a triunfar desde el momento que el escaño de su antecesor en el cargo siguió vacío durante toda la sesión matinal, y sólo se ocupó hasta el momento de la votación. Porque la ausencia de Mazón del hemiciclo arrebató a la oposición el que ha sido el foco de su ataque durante el último año, como cuando a los niños del cumpleaños se les quita la piñata a la que golpean. Pérez Llorca ni lo citó en su hora exacta de discurso de investidura y en el transcurso de la sesión de investidura acabó siendo más repetido el nombre de Diana Morant que el del todavía líder del PPCV.
Pérez Llorca tenía que bajar el diapasón de la legislatura, marcada desde el 29 de octubre de 2024 por la agitación social existente contra Mazón y contra todo el Consell por la gestión de la dana. Pasar página, aún a pesar de que el líder popular mantenga su escaño para protegerse de la instrucción que lleva a caso la jueza de Catarroja. Ese era un objetivo. El otro, la visualización del acuerdo con Vox para su investidura. Estaban claros los temas a abordar y las posiciones a defender. Siguió el guion y Santiago Abascal visibilizó a media mañana lo que desde hacía semanas parecía un hecho, el acuerdo entre PP y Vox para evitar elecciones anticipadas y continuar con la legislatura.
Sacar de la ecuación a Mazón fue como dejar a los niños del cumpleaños sin piñata a la que golpear
El candidato popular, que intervino en valenciano la mayor parte del tiempo, defendió su «vía tranquila», igual que el tono que mantuvo durante toda su intervención. Un tipo normal, que ofreció un «pacto de Les Corts» a todos los grupos parlamentarios aún a sabiendas de que el partido de Abascal era el único que le interesaba.
Y pidió perdón a las víctimas de la dana. Y ahí se acabó todo. Porque pedir perdón –condicionado a su elección como president, dijo- era precisamente el principal reproche que PSPV y Compromís habían venido haciendo al PP valenciano, junto con esa insostenible variedad de versiones sobre la agenda de Mazón el día de la dana.
Pedir perdón a los familiares de la víctimas fue el principal gesto simbólico, el que evidencia la voluntad del president electo de introducir su propio sello en la relación con la dana. Frente a la tesis sostenida hasta la fecha por Mazón, mucho más centrada en denunciar las responsabilidades de la administración central en lo ocurrido, la crítica a esa petición de perdón resulta escasamente sostenible. Las decenas de personas que se dieron cita a las puertas de Les Corts antes de arrancar la sesión, y que han sido convocadas de nuevo este sábado para una nueva protesta, tienen algo más difícil sostener sus movilizaciones.
Ese fue el golpe de efecto. El otro golpe, el político, lo propinó el candidato popular recurriendo al president de la Generalitat de Cataluña, Salvador Illa, y esa declaración de enero de 2024 en la que defendió regular la inmigración. «No podemos decir aquí que venga todo el mundo, no puede ser; regularlo y acoger, e integrar», dijo el dirigente socialista (no Abascal, como comentó un diputado de Compromís). El president catalán, aliado de Morant, defendiendo una posición que encajaba razonablemente con las tesis defendidas por Pérez Llorca sobre los controles a la inmigración irregular. KO técnico. La propuesta de primer curso universitario gratis para quienes aprueben todas las asignaturas fue su principal novedad en materia propositiva. También nuevas bajadas de impuestos.
El candidato popular también dio satisfacción a las exigencias de Vox en el resto de sus materias sensibles: Pacto Verde Europeo, Infraestructuras hídricas y fiscalidad. A la Acadèmia Valenciana de la Llengua la citó por la tarde, la única discrepancia significativa con el partido de Llanos. Una discrepancia pactada previamente, o esa sensación dio. «Vengo a ofrecer una manera distinta de hacer las cosas», clamó. el entonces candidato a president.
¿Y la oposición? José Muñoz construyó un discurso algo deslabazado, y mucho menos tono, como Baldoví, que el que exhibían frente a Mazón. No era fácil una intervención el mismo día y a la misma hora que José Luis Ábalos se jugaba el ingreso en prisión. O que el Gobierno fracasaba en el intento de sacar adelante la senda de déficit. Aún así, reprochó a Pérez Llorca que «este es un Gobierno que tiene sobre sus espaldas la vida de 229 personas», aunque el candidato a la investidura no forma parte de él. Eso y señalar que el candidato popular había hecho un discurso para agradar a Abascal. «L'arribada de Diana Morant a la presidència de la Generalitat és inevitable», dijo, se supone que como hecho positivo.
Baldoví -Pérez Llorca evitó replicar individualmente a cada portavoz- sostuvo que Pérez Llorca quería «pedir perdón a las víctimas, lo primero es exigirle el acta a Mazón», sin que se sepa muy bien qué tiene que ver lo uno con lo otro. El síndic de Compromís dijo lamentar que PP y Vox «no pensáis en los intereses del pueblo valenciano, solo en vuestros intereses electorales». A partir de ahí, un decálogo de propuestas de la formación nacionalista, más propias de un candidato a la investidura -y Baldoví no lo era- que de un portavoz de la oposición.
Y llegó la confirmación de la prisión para Ábalos. Y se acabó un debate que, antes de empezar, ya estaba decidido.
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