Un año de encuestas
No hay pulsión electoral, pero los sondeos publicados marcan algunas tendencias. La más significativa, y muy mayoritaria, apunta a que PP y Vox seguirían sumando mayoría absoluta
Las encuestas y estudios sociológicos son herramientas útiles porque sirven para conocer las tendencias y el sentir mayoritario de los ciudadanos. Útiles no significa necesariamente ... infalibles, pero sí indicativas de un estado de opinión al menos en el momento en el que se realizan. No hay convocatorias electorales a la vista en la Comunitat Valenciana, pero los sondeos de intención de voto se han venido sucediendo durante toda la legislatura. Los previos al 29 de octubre, el día de la dana, vaticinaban un crecimiento destacable del PP, incluso con opción de alcanzar la mayoría absoluta. Los inmediatamente posteriores a la tragedia, en cambio, una caída en picado en intención de voto, hasta quedarse en poco más de una veintena de escaños. Un descalabro demoscópico en toda regla.
Las encuestas se han seguido publicando durante los casi doce meses que van ya desde el drama que vivió la provincia de Valencia. Y como instrumento de análisis que son, especialmente para las formaciones políticas, arrojan algunas conclusiones generales de las que se pueden extraer tendencias, nunca verdades absolutas.
Los resultados de esos sondeos dejan ver la progresiva recuperación del PP valenciano, que además aparece como el partido más votado y ganador de las elecciones en la gran mayoría de estudios. Una mejoría que lleva al partido de Carlos Mazón, un año después de la dana, a observar el horizonte con cierto optimismo. El president aspira a acabar la legislatura y probablemente contempla la posibilidad de volver a ser el cartel electoral de su partido.
Las encuestas de intención de voto dejan ver que el retroceso, ya mucho menos acusado que hace un año, se viene compensando con el crecimiento de Vox, otra posición bastante consolidada en todos los sondeos que se han publicado. No hay pulsión electoral, porque no hay prevista una convocatoria electoral inmediata, pero lo que la demoscopia indica es que el voto de la derecha en la Comunitat está movilizado.
Los factores que contribuyen a esos datos son variados, pero pueden ir desde el innegable desgaste de la figura de Pedro Sánchez –acorralado judicialmente, con una evidente debilidad parlamentaria y con un papel más que reprochable en lo que a la reconstrucción tras la dana se refiere- hasta el reconocimiento del papel de la administración autonómica en la recuperación de la normalidad.
En todo caso, lo que los sondeos dejan ver es que la derecha puede estar en condiciones de revalidar la mayoría absoluta. Y esa conclusión, un año después de la riada, y lo que es lo mismo, tras un año de estrategia de acoso y derribo contra el president de la Generalitat, constataría la incapacidad de los partidos de izquierda para rentabilizar el desgaste político que para el PP valenciano ha supuesto el terrible balance de 229 víctimas mortales.
Para los socialistas valencianos las noticias son preocupantes. El cambio de liderazgo –Diana Morant por Ximo Puig-, la apuesta por tanto por una ministra del Gobierno de Pedro Sánchez, la batalla de la delegada del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Pilar Bernabé, por destapar lo ocurrido en el Cecopi o la decidida estrategia de acorralar al jefe del Consell para tratar de forzar su salida y el adelanto electoral, no dan resultado. No al menos a los efectos de recuperar un respaldo sociológico estimable, que haga posible la suma con Compromís para alcanzar una mayoría.
El PSPV sólo sale ganador de uno de cada tres sondeos que se han dado a conocer en el último año, y su porcentaje de voto más alto se sitúa en el 32,6% -el del PP es cuatro puntos superior- y la horquilla se escaños se mueve en la mayoría de los casos entre los 28 y los 32 diputados (ahora tiene 31). Una cosecha más bien raquítica para un partido que lleva doce meses poniendo toda la carne en el asador. Si entre noviembre y febrero de este año hasta tres sondeos vaticinaban el vuelco electoral en la Comunitat, desde esa fecha y hasta este verano sólo lo ha vuelto a hacer uno más.
La falta de empuje del PSPV se suma la situación de Compromís. El partido que encabeza en Les Corts Joan Baldoví ha llegado a disfrutar de picos, según las encuestas publicadas, que le situaban con 22 escaños (siete más de los logrados en 2023). Pero esos datos se han ido desinflando progresivamente, hasta el punto de que las últimas encuestas vaticinan un crecimiento mucho más moderado, incluso con la posibilidad de un leve retroceso.
La izquierda, a la vista de la media de las encuestas, se queda lejos de rentabilizar la caída del PP valenciano. El voto de derechas se mantiene en términos porcentuales, y los cambios de opción política se producen entre PP y Vox, en ningún caso de alguno de esos partidos al PSPV, que sigue estancado, ni Compromís. Algunos observadores interpretan además que las últimas encuestas revelan que el voto oculto en la Comunitat está ahora en la derecha. La participación puede ser clave, obviamente, pero ese dato, igual que la eventual coincidencia con otra cita electoral, como las municipales o las generales, distorsionan los resultados.
Y como suele decir, la mejor encuesta es la de las urnas.
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