Génova prefiere retrasar a 2021 los congresos de Valencia y Alicante

Las dos citas podrían celebrarse con inmediatez. De hecho, la tesis que se había venido sosteniendo hasta la fecha era precisamente que, tras las elecciones del 10-N y la designación de Gobierno, los populares pondrían en marcha los procesos orgánicos pendientes. Los cónclaves provinciales de Alicante y, especialmente, Valencia, estaban los primeros en la lista de la dirección nacional, órgano competente para dar luz verde a su convocatoria.

Esa era la hoja de ruta... o eso pensaban algunos de los principales cargos del PPCV. Pero el escenario ha cambiado. Fuentes del entorno más cercano al presidente nacional del PP, Pablo Casado, admiten en conversación con este diario que Génova no encuentra ningún motivo para acelerar la convocatoria de esos congresos. No sólo eso; el calendario sobre el que trabaja la dirección nacional de los populares sitúa esos cónclaves en 2021, coincidiendo con la fecha ordinaria en la que correspondería su celebración.

¿A qué obedece esta conclusión? Las mismas fuentes explican que el partido debe estar centrado únicamente en su labor política de oposición al Gobierno de coalición de PSOE y Unidas Podemos. Los populares consideran que las primeras decisiones adoptadas por ese Ejecutivo, ampliado hasta las 22 carteras, con evidentes contradicciones entre sus socios y con un horizonte económico incierto, obligan al partido a poner el foco en la labor de marcaje a la acción política de los nuevos ministros. El horizonte electoral en Cataluña, donde los populares se juegan mucho, es una razón añadida para no desviar la atención con frentes orgánicos internos.

La vicesecretaría de Organización de los populares que dirige Ana Beltrán trabaja en un calendario que sitúa la celebración de esos congresos más allá de este 2020. Y eso, pese a que algunos dirigentes valencianos muestran en privado su convencimiento de que esa cita podría tener lugar incluso antes de verano.

Pese a la celeridad que parece querer imprimirse a la celebración de ese congreso –para el que ya han surgido más de media docena de posibles candidatos–, lo cierto es que los populares se arriesgan, y así lo considera también la dirección nacional, a caer en otro proceso de confrontación como el que en 2017 derivó en la designación de la actual gestora que dirige el partido en la provincia de Valencia. Candidatos cercanos a Isabel Bonig, afines a María Jose Catalá o de la órbita de Vicente Betoret exploran sus opciones junto a otros nombres que la dirección nacional también podría ver con agrado. En todo caso, un sinfín de candidatos del que no se adivina, al menos hasta ahora, un aspirante con opciones claramente superiores al resto. Y sin una opción de consenso ni un favorito claro, afrontar un congreso para elegir nuevo presidente provincial supone abrir un melón que no se sabe cómo puede resultar.

En Alicante, las razones para no tener prisa con la celebración del congreso provincial son precisamente las contrarias. En el horizonte de ese partido no se vislumbra ningún aspirante con opciones reales de discutirle al presidente de la Diputación, Carlos Mazón, el liderazgo del partido. Persona de la máxima confianza del secretario general de los populares, Teo García Egea, su carrera hacia la presidencia de la corporación provincial -tras el paso en falso de César Sánchez- ya hizo evidente el respaldo de la dirección nacional encabezada por Pablo Casado. De manera que ese apoyo de Madrid a Mazón resulta tan indiscutible que, paradójicamente, no corre prisa celebrar un congreso para ratificar lo que, a los ojos de todo el partido, ya es un hecho.

Sin razones objetivas que aconsejen acelerar la celebración de ninguno de los dos congresos, la dirección nacional sopesa seriamente respetar el calendario previsto y evitar que los procesos orgánicos diluyan su labor de oposición.