Urgente Aemet confirma su previsión para el puente de diciembre en la Comunitat

La crisis de los currículos frena el acelerón electoral de Bernabé

El PSPV llega al parón estival castigado por casos que dañan a sus principales líderes, le impiden poner el foco en Mazón y le obligan a pasar a una táctica defensiva

Burguera

Domingo, 3 de agosto 2025, 00:40

Para mantener la paz social indispensable en cualquier comunidad, no cabe pensar que nadie se alegre de las desgracias ajenas. La muerte de más de ... 200 valencianos y el modo en que la dana del 29 de octubre arrasó varias comarcas de la Comunitat impactó a todo el mundo. Los partidos políticos, incluidos. Una situación inconmensurable. Sin embargo, la realidad es innegable, y también lo es que las tendencias y la cartografía política posterior a la dana se transformó notablemente. El 28 de octubre del año pasado todo apuntaba a que Carlos Mazón sería presidente de la Generalitat, al menos, otra legislatura después de 2027, incluso con mayoría absoluta e incluso los agoreros del PSPV y los más optimistas del PP se imaginaban un gobierno autonómico popular hasta el 2035. Y con Mazón al frente. Todo eso saltó por los aires al día siguiente. Con el paso de las semanas, a la tragedia humana, social y económica se sumó una contienda que comenzó como un rumor cuyos decibelios no dejaron de incrementarse hasta convertirse en la atronadora tormenta política que se ha instalado en toda la política valenciana.

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Durante ese proceso de ensordecedor ruido político, los papeles, estados de ánimo y las expectativas de unos y otros han ido cambiando. Mazón sostuvo desde bien pronto que toda su atención estaba en la recuperación. Y el resto de dirigentes también, como Pilar Bernabé, delegada del Gobierno en la Comunitat. Si el presidente de la Generalitat ha sido dado por muerto políticamente al menos tres veces (era inminente, fulminante y seguro su cese o su dimisión antes de acabar el año, antes de Fallas y antes de julio… pero ya estamos en agosto), la delegada socialista ha sufrido un proceso peculiar en relación a su pujanza electoral, su perfil como potencial candidata, sus posibilidades, popularidad, crédito político… en realidad es un extraño proceso análogo al que ha sufrido el propio PSPV.

El PP se sintió descalabrado y en el centro de la diana de las críticas apenas una semana después de la dana. Una sangría de votos, de ánimo, de crédito y de esperanzas. Noqueados. El presidente de la Generalitat acudió a Les Corts para protagonizar una comparecencia que El País tituló: 'Mazón pide perdón a los que «sintieron que la ayuda no llegaba'», y reestructuró el Consell...

El líder del PP recibía una atención mediática y política que él calificó de «cacería» y que tocó incluso el plano más personal. Todo mal. Los peores augurios. Adiós a los vídeos divertidos en redes sociales.

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El otoño de Mazón será durísimo, pero su dimisión o cese parece ahora descartado, mientras que la marca PP va recuperando músculo. El PSPV, a la ofensiva durante meses, ha tenido que plegar velas y situarse en fase defensiva.

La teoría de los vasos comunicantes, aplicada a las relaciones futbolísticas entre el Barcelona y el Real Madrid, sugiere que cuando uno de estos equipos experimenta un auge, el otro tiende al declive. Esta idea se basa en la percepción de que el éxito de uno a menudo coincide con dificultades para el otro, por lo que se ceba una dinámica de rivalidad donde los altibajos se retroalimentan.

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Con el PP y el PSPV en la Comunitat sucede algo similar. ¿Si Mazón y los populares han ido remontando (no de igual modo, pero desde luego sí logrando salvar varias bolas de partido), qué ocurre en la acera de enfrente?

El pasado 21 de julio compareció la delegada del Gobierno de España en la Comunitat, Pilar Bernabé. Número cuatro del PSOE nacional y aspirante 'in pectore' a rivalizar con María José Catalá por la Alcaldía de Valencia. No volverá a manifestarse públicamente en, al menos, un mes. Bernabé estará de baja, sin poder hablar a causa de una intervención quirúrgica en sus cuerdas vocales. La metáfora política se sirve en bandeja de plata.

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Se suponía que ese silencio de Bernabé pretendía simbolizar el cierre del curso político por parte de los socialistas valencianos en la Comunitat. Tanto es así que incluso Diana Morant, secretaria general del PSPV, se concentró en sus actividades como ministra. Y eso que, al día siguiente de la comparecencia de Bernabé, apareció las conclusiones de la Fiscalía sobre Francis Puig. Y el mismo día, la diputada Noelia Núñez comenzó a tambalearse por mentir en su currículum, una crisis impulsada desde las filas socialistas y que, sin embargo, en la Comunitat se convirtió en un boomerang.

El resultado de ese giro de guion es que el PSPV cierra el curso con motivo del parón de agosto de manera catastrófica: ha dimitido José María Ángel del puesto de Comisionado Especial del Gobierno para la reconstrucción tras la dana y de la presidencia honorífica del PSPV, que ha quedado en shock.

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Sin embargo, los populares mantienen el cerco sobre los socialistas valencianos con motivo de esa crisis curricular. El PP pone especialmente la lupa en Bernabé, en cuyo currículum oficial en las instituciones aparece como estudiante de dos carreras, mientras que el que ofreció el PSOE recientemente y otros que ella misma facilitó con motivo de procesos internos realizados hace años en el PSPV, aparece como doblemente licenciada.

En Génova no parece que tengan intención de dejar pasar esa circunstancia en el caso de la delegada del Gobierno, cuyo ascendente político experimenta, en términos gráficos, un potente diente de sierra: sube y baja con fuerza y velocidad.

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El secretario general del PP nacional, Miguel Tellado, exigió el viernes que José María Ángel devuelva el dinero de todas sus nóminas públicas si se demuestra que mintió sobre su titulación y que también dimitan Pilar Bernabé, Óscar Puente o Patxi López: «Sánchez debe comparecer, dar explicaciones y pedir disculpas».

Bernabé, antes de la dana, se había convertido prácticamente en la única persona que ejercía la interlocución con el Consell sin dramatismo ni hostilidad manifiesta. La delegada del Gobierno mantenía una relación fluida con Mazón. Todo eso se truncó el 29 de octubre.

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Una sombra de sospecha se instaló también en el papel de la dirigente socialista en el Cecopi, reproche que no ha sido secundado por la investigación judicial sobre la gestión de la Administración que instruye el Juzgado número 4 de Instrucción de Catarroja. Bernabé logró mantener una presencia habitual en la zona de la dana y supo modular el discurso para no perder el tono institucional, y ser a la vez cercana. Defendió su parcela con la suficiente solvencia como para que en Ferraz prendiese la ilusión y en el PSPV se disparase el optimismo al considerar que su delegada del Gobierno tenía tirón y un gran perfil electoral. Hasta el punto de que se ha llegado a cuestionar si sería mejor Bernabé que Morant. O no. O sí. Sin embargo, esa efervescencia y pujanza se ha rebajado considerablemente a medida que llegaban las fechas estivales. Hasta el punto de que ha llegado agosto y Bernabé se ha convertido en uno de los nombres que el PP utiliza a nivel nacional como arma arrojadiza contra el PSOE.

Los socialistas valencianos quizá coincidieron en algún momento con la idea que escribió la ministra de Igualdad, Ana Redondo. El 5 de noviembre (una semana después de la dana) Redondo presidió en la sede de su ministerio la tercera reunión operativa para el seguimiento de los efectos de la riada en materia de igualdad. En redes sociales se difundieron una serie de imágenes que posteriormente se eliminaron, y en una de ellas se podía leer entre los apuntes de la ministra una frase: «Es nuestro momento». Sin embargo, en política, un momento puede ser una eternidad, o quedar solapado por otros momentos que eclipsan los anteriores, y a cada cual peor.

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El PSPV ha tenido que lidiar desde los albores del verano con el registro en el domicilio de la casa de José Luis Ábalos en Valencia, número dos de Morant en la lista al Congreso en 2023. Con las dudas sobre el curriculum de Bernabé. Con las pocas dudas que parece haber de la falsedad de la titulación de su comisionado especial contra la dana. Con la confirmación de la petición de la Fiscalía Anticorrupción de la pena de cárcel para el hermano del expresidente de la Generalitat, Ximo Puig.

Diana Morant ya ha logrado ser conocida… por ser portada de un periódico nacional gracias a su peculiar defensa de José María Ángel, que a pesar de contar con un título universitario más falso que un billete de 37 euros fue elogiado por la ministra de Universidades. Morant intenta enrocarse, típica táctica defensiva. Por suerte para el PSPV, ha llegado agosto.

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