Compromís, en junio sin hacer los deberes y con las asignaturas pendientes... otra vez
La crisis con Sumar destapa que la coalición valenciana mantiene la indefinición de sus estructuras políticas y no se toman decisiones por una parálisis que se prolonga desde hace una década
A estas alturas de curso, los estudiantes de Bachiller que se dejaron asignaturas por aprobar han pasado por la recuperación para poder hacer las pruebas ... de acceso a la universidad. Llegan ya un poco tarde. Lo mismo le pasa a Compromís... desde hace más de una década. La crisis con Sumar, que básicamente se resume en si la coalición valenciana se queda o se separa del grupo parlamentario en el Congreso que sostiene al Gobierno presidido por el PSOE, deja en evidencia ese caos interno, la falta de estructuras de decisión medianamente eficaces y eficientes que sufre Compromís desde antes del Botánico.
Este lunes se reúne la Ejecutiva de Compromís para debatir sobre el asunto de Sumar, pero en el orden del día no se incluye votación alguna. La política es decidir, y en Compromís han decidido que todo se queda como está. A pesar de que todos saben que las cosas no funcionan.
Sin embargo, que la sociedad con Sumar no progrese adecuadamente no es la única asignatura suspendida y pendiente por parte de la coalición valenciana. Todos esos problemas continuarán sin solucionarse porque en Compromís, por miedo a que «el invento se vaya a pique» no se toman decisiones hasta que no queda más remedio. Y a veces, el remedio es peor que la enfermedad.
Cuando nacionalistas (Més, el antiguo Bloc), ecosocialistas (Iniciativa del País Valencià, el partido fundado por Oltra) y ecologistas (Els Verds) pasaron a compartir el Consell con el PSPV, todos los temas orgánicos quedaron más que relegados. Lo importante era gestionar y las cuestiones internas y de organización de la coalición eran secundarias. Eso ha abocado a la coalición a tomar decisiones a última hora, cuando las ha tomado. En el caso de Sumar, la decisión es no decidir nada. Allí están Àgueda Micó y Alberto Ibáñez, diputados nacionales. Ella, menos cómoda; él más conforme.
«Compromís volverá a esas fases de parálisis orgánica, sin reuniones de la Ejecutiva», augura una ex alto cargo de Compromís en el Consell. La coalición tardó una semana en reunirse y debatir oficialmente sobre su posición tras el archivo judicial de la causa contra Mónica Oltra y su equipo, causa que posteriormente se volvió a abrir.
Las relaciones orgánicas entre Més e IPV se mantuvieron rotas durante meses cuando los nacionalistas impusieron su mayoría en Les Corts (cuentan con más diputados) para situar a Enric Morera (Més) como senador territorial en sustitución de Carles Mulet (IPV). Hizo falta que se produjera la dana para que la coalición reuniera a su dirección común, que llevaba una larga temporada sin verse las caras.
En la raíz de la parálisis respecto a qué hacer en Sumar está «que la negociación de la federación de partidos (Més, IPV y Els Verds) no se ha cerrado y no hay unos estatutos que regulen las relaciones y la toma de decisiones, que den seguridad jurídica y estabilidad y, sobre todo, confianza política de la parte minoritaria sobre la mayoritaria», según un miembro de la cúpula de uno de los partidos que integran la coalición. Si no se fían entre ellos, como para fiarse de Sumar, que tampoco se esfuerza mucho para demostrar lealtad.
«Al final, si hubiera algo urgente que decidir, volverían a las fórmulas de reparto por porcentaje y patada hacia adelante. Mientras los dineros estén repartidos como se debe, lo demás da igual», comenta un conocedor de las dinámicas internas de la coalición por haber estado implicado en las negociaciones orgánicas de la coalición durante una década.
Así pues, no hay estructuras de decisión política claras, ágiles y eficaces. Todos lo saben pero nadie decide intentar ponerle fin a la situación. «Todo esto tiene mucho que ver con el pasado de IPV. Oltra, Mollà y el resto de los ecosocialistas son minoría respecto a los nacionalistas de Més, y no quieren que en Compromís les pase lo que les pasó en EU, y que por eso se fueron de Esquerra Unida. Los comunistas llegaban a las ejecutivas de EU con una posición clara e inamovible, y los de Iniciativa se encontraban que no podían decidir nada. Estaba todo preparado previamente en el PC. No quieren que eso les vuelva a pasar, de modo que no permitirán que se articule una fórmula de voto que permita a Més imponer su mayoría», explica uno de los fundadores de este Compromís que vive en la indefinición interna desde hace dos décadas.
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