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Sánchez llega al Congreso para el debate sobre la gestión de la crisis del Open Arms. Fernando Villar / EFE

El clima preelectoral se instala en el Congreso en la cuenta atrás para salvar la investidura

Los grupos políticos se estacan en el escepticismo sin captar señales de que un pacto vaya a ser posible antes del 23 de septiembre

Nuria Vega

Madrid

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Jueves, 29 de agosto 2019

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En los márgenes de los pasillos del Congreso, algunos diputados oteaban este jueves el ambiente. Hombros encogidos, expresión escéptica: «Vamos a elecciones». No se ven capaces de desentrañar el cálculo político que lleva a los principales actores de este episodio a frustrar el pacto. Tampoco ven más allá del 23 de septiembre ni llegan a vislumbrar un nuevo reparto de fuerzas que recién salido de las urnas haga posible el desbloqueo. Pero, hoy por hoy, el clima, insisten, es «preelectoral».

Los grupos parlamentarios parecieron reencontrarse en el pleno del Congreso tal y como se despidieron en julio. «¿Avances? Ninguno. Si acaso la constatación de que sólo un milagro hará posible el acuerdo entre PSOE y Podemos».

Tampoco se han movido en este tiempo los partidos de la derecha. Pese a las apelaciones de Pedro Sánchez, ni PP ni Ciudadanos tienen intención de facilitar la investidura del secretario general de los socialistas. Es más, por mucho que se mire a la bancada de Albert Rivera, los populares ven «prácticamente imposible» que su adversario político acceda a cambiar el voto.

Y, aunque en la cuenta atrás todo es posible y «cosas más raras se han visto en la política», los partidos se preparan para lo que pueda ocurrir. Sánchez llegó al pleno «esperanzado», Pablo Iglesias se coló en el hemiciclo por la puerta habitual del PP, Pablo Casado y Albert Rivera entraron sin más parafernalia y Santiago Abascal no quiso hablar de los contactos PSOE-Podemos. El portavoz de Esquerra, Gabriel Rufián, sí recomendó a la izquierda no perder más el tiempo: «El horno no está para bollos. La gente cada vez está más cansada».

Pero ese guante quedó en el aire. Con el debate ya en marcha, el socialista Rafael Simancas reprochó a Iglesias haber forzado la comparecencia de Carmen Calvo en un pleno extraordinario por la crisis del Open Arms en las costas italianas. «¿Querían darnos una lección? -preguntó- ¿Saben qué lección hemos aprendido? Que no son ustedes de fiar, que no podemos confiar en ustedes». Concluida la intervención, el grupo parlamentario del PSOE, Sánchez incluido, le recibió en pie.

En el PP, mientras tanto, aseguran estar listos para «cualquier escenario», como reconoció el vicesecretario de Comunicación, Pablo Montesinos. Fuentes del partido intuyen que una nueva cita electoral les permitiría superar su marca del 28-A. «Con 66 escaños -apuntó un representante popular- difícil sería no mejorar». Perciben que Vox está en retroceso y no descartan un trasvase de votos, significativo o no, de Ciudadanos. Pero, en todo caso, no contemplan que un crecimiento a costa de los socios potenciales les fuese a permitir articular una mayoría de gobierno. En definitiva, más de lo mismo.

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