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Cae la voz del fin de ETA

Cae la voz del fin de ETA

'Josu Ternera', hasta ahora el eterno fugada de la banda, leyó el comunicado de disolución de ETA

ÓSCAR B. DE OTÁLORA

Jueves, 16 de mayo 2019, 10:56

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'Josu Ternera', hasta ahora el eterno fugado de la banda, será recordado por ser el que leyó el comunicado de disolución de ETA. Y eso pese a que en 2006, cuando Urrutikoetxea formaba parte del grupo de negociadores de la organización con enviados del Gobierno de Rodríguez Zapatero, los propios terroristas le apartaron y le condenaron al ostracismo.

'Josu Ternera' nació en Ugao-Miraballes (Vizcaya) en 1950. Comenzó a militar en ETA con 21 años y se convirtió en un atracador de bancos y polvorines. Su misión era conseguir dinero y armas para la organización. El explosivo con el que se asesinó al presidente del Gobierno franquista Luis Carrero Blanco había sido robado por este terrorista. Urrutikoetxea rechazó la amnistía tras la muerte del dictador y continuó siendo uno de los pistoleros de la banda. En 1987, tras la muerte del jefe etarra 'Txomin' Iturbe Abásolo, ascendió a la dirección etarra. Era un duro que se oponía a cualquier negociación.

Fue detenido dos años después. En las cárceles francesas llegó a escribir un libro de recetas de cocina, en el que incluía una fórmula para cocinar caldos con los que recuperarse de huelgas de hambre. Esa es toda la actividad intelectual que se le conoce. Fue extraditado a España en 1996 y en 2000 quedó en libertad, al considerar los jueces que ya había cumplido condena en Francia. En esos años, en los que el PNV y EA habían firmado el Pacto de Lizarra con ETA, 'Ternera' llegó a ser parlamentario por Vizcaya y miembro de la comisión de Derechos Humanos del Parlamento vasco, algo que las víctimas juzgaron un escarnio.

Personaje hosco

En aquellos años, 'Ternera' era un personaje hosco, de mirada iracunda y pocas palabras. En las manifestaciones de la izquierda abertzale se obsesionaba por parecer el líder al que no se le caían los anillos por tener que ponerse a recoger la pancarta al terminar el acto. Era obvio que quería ofrecer esa imagen de trabajador incansable por la causa. Jóvenes que luego serían detenidos por ser dirigentes de la 'kale borroka' e incluso de ETA le miraban con arrobo.

'Ternera' volvió a huir a Francia en 2003 al saber que había sido procesado por ordenar el atentado contra la casa cuartel de Zaragoza, en el que murieron once personas, cinco de ellas niños. Ya en la clandestinidad, llegó a participar en las conversaciones con el Ejecutivo de Rodríguez Zapatero pero fue apartado enseguida. La banda en ese momento estaba inmersa en una guerra civil que enfrentaba a dos de los cabecillas más duros: 'Thierry' y 'Txeroki'.

A partir de ese momento desapareció del radar. Su historia reaparece en unos oscuros episodios en los que era evidente que alguien le había avisado de que iba a ser detenido, lo que le permitía continuar su fuga. Inició un periplo rodeado de rumores sobre una supuesta enfermedad que padece y se le situó en Suiza, totalmente apartado de la banda. Hasta su detención, se había convertido en un fantasma.

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