Desde la plaza de Manises, donde está el Palau de la Generalitat, hasta la plaza del Temple, donde está la Delegación de Gobierno en la ... Comunitat, hay un kilómetro escaso. Diez minutos andando. Esa distancia es la que separó ayer, durante toda la mañana, al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, del presidente de la Generalitat, Carlos Mazón. Ninguno de los dos tuvo la idea de salvar ese kilómetro y forzar un encuentro a todas luces necesario. Las dos principales administraciones que pueden y deben coordinarse para gestionar las consecuencias de la dana mantienen una relación distante. Sus dos máximos dirigentes, directamente, no tienen relación. No se ven ni se hablan ni siquiera cuando coinciden en Valencia, algo complicado de por sí, ya que el presidente Sánchez no tiene aquí su base de operaciones. Desde la dana, el número de veces que ha venido a la capital del Turia se puede contar con los dedos de una mano.
El pasado 12 de mayo, más de medio año después del 29 de octubre, el día de la dana, se puso en marcha la comisión mixta 'Endavant pels Municipis' para la reconstrucción de las zonas afectadas por la dana. La Generalitat, la Diputación y la Federación Valenciana de Municipios y Provincias se reunieron. Allí no había nadie del Gobierno. La comisión mixta entre el Consell y el Ejecutivo central está congelada. Con una visión muy optimista, casi triunfalista, la interlocución entre las dos administraciones se puede calificar de escasa.
Pedro Sánchez se reunió este jueves con las asociaciones de víctimas y afectados por la dana, en la plaza del Temple. Mientras, en la plaza de Manises, Carlos Mazón se reunió a la misma hora con los representantes de asociaciones empresariales, representantes de la patronal y acreedores de la Generalitat para tratar el asunto de los impagos de la Generalitat en el marco de la falta de liquidez en mitad de la reconstrucción. La reunión entre Sánchez y las asociaciones se prolongó durante cerca de cuatro horas. La de Mazón con los empresarios, un par de horas. Ni antes ni después. Quizá no era el mejor momento político. Sin embargo, desde hace más de 200 días no se encuentra un momento ni un lugar.
Es difícil imaginar una situación más dramática, en términos de pérdidas de vidas humanas, y más desastrosa, en términos económicos, que la vivida en la Comunitat desde el 29 de octubre y en adelante. De hecho, en el siglo actual, no se ha vivido nada igual en España.
Han pasado 204 días desde el encuentro de ambos en L'Eliana, en un Cecopi al que acudió Sánchez en helicóptero tras aterrizar en Manises. Mazón se lo agradeció durante una intervención que comenzó con un «querido presidente, gracias por venir tan pronto». Aquella reunión fue lo más cercano a una cita bilateral que han tenido. Desde aquel día, ni una vez más han mantenido un contacto que pueda considerarse a la altura de las terribles circunstancias que las dos administraciones deben abordar.
Mazón pidió por escrito en abril una reunión con Sánchez. El jefe del Consell sugirió al presidente del Gobierno que esta reunión podría tener lugar en el Palau de la Generalitat, y se puso a su disposición para mantenerla tan pronto como su agenda lo permita. Ni viniendo a Valencia le ha encontrado un hueco.
Se vieron y se saludaron en la Conferencia de Presidentes del pasado 13 de diciembre. Se volverán a encontrar en un espacio multilateral en un par de semanas, en una nueva conferencia, rodeados de otros barones territoriales, ministros, asesores, altos cargos... habrá que ver si alguna vez se sientan a hablar cara a cara, con papeles en la mano y de manera sosegada y constructiva.
El presidente de la Generalitat ha acudido a Madrid en diversas ocasiones desde la dana. Ha dado una conferencia en el Ritz, ha acudido a una reunión Génova... no hay noticias de que haya intentado reunirse en Moncloa o en cualquier otro lugar de la capital con Sánchez.
El presidente del Gobierno, por su parte, ha venido a Valencia. A reunirse con alcaldes, a reunirse con las víctimas... tampoco se ha propiciado un encuentro, ni en Delegación de Gobierno ni en el Palau de la Generalitat.
Ejecutivo central y autonómico tienen sus respectivas competencias. Se está comprobando que pueden ejercerlas sin coordinarse entre ellos. Pero es lógico pensar que sería más productivo trabajar en equipo. En teoría, se han nombrado comisionados y altos cargos autonómicos precisamente para ello. No obstante, es difícil que esa conjunción se produzca si los máximos responsables de ambas administraciones no son capaces de coincidir. El liderazgo político es fundamental para impulsar la voluntad política. Sin una cosa no hay de la otra.
Hay poderosos motivos y este jueves había coincidencia en el espacio y en el tiempo. Sánchez acudió a Delegación de Gobierno por la mañana. Allí permaneció hasta pasadas las 14 horas. Mazón estaba, durante todo ese tiempo, en el Palau de la Generalitat. ¿Qué más debería pasar para que el presidente de un país y el de la región afectada por un desastre natural como la dana se reúnan? Es mejor no pensarlo. Sin embargo, al parecer no ha sido suficiente lo que ocurrió en la Comunitat para que se produzca un encuentro que no se repite desde el 31 de octubre.
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