Arcadi España, el valenciano retratado con el pacto fiscal

Arcadi, conocido por su tono conciliador y las buenas maneras, no tardó en encontrar acomodo en el Gobierno central como, por otra parte, ocurrió con el núcleo más próximo al expresidente. Entre esos colaboradores destacaba España, secretario de Estado de Política Territorial y también Rebeca Torró, secretaria de Estado, en este caso de Infraestructuras, y ahora nueva secretaria de organización del PSOE.

La comisión mixta entre Gobierno y Govern propició una fotografía oficial de la que casualmente se ausentó María Jesús Montero, ministra de Hacienda. Al parecer, su cometido de representar al PSOE en Andalucía de cara a los próximos comicios autonómicos no encaja de manera óptima con la 'oficialización' de un sistema financiero singular para Cataluña. Arcadi, en cambio, sí salió en la foto. Quedó retratado como el valenciano de más alto rango que participa en el visto bueno a un sistema que se prevé perjudicial para el resto o únicamente beneficioso para Cataluña.

España, como todo el Consell, fue un fervoroso defensor de la necesidad de un nuevo modelo de financiación. La hemeroteca, como en tantas ocasiones, es el peor quebradero de cabeza para los políticos. Y no es por la falta de memoria – o no al menos en todos los casos– sino por la obligación de amoldar sus criterios para mantener una carrera política en gobiernos especialmente cambiantes.

En 2022, todavía como conseller y dos años antes de las elecciones catalana, proclamaba la necesidad de la reforma del modelo y que se tuvieran en cuenta «las diferentes circunstancias territoriales», que fuera un modelo «transparente y medible», y pedía empatía al resto de comunidades para llegar «a un gran consenso» de un sistema justo e igual para todos.

Esto se produjo después de aquel anuncio de la ministra de Hacienda de formular una propuesta de financiación vinculada a la población ajustada. España, en aquel momento, confiaba en que se integraran las distintas perspectivas de los territorios -algo que no parece haber ocurrido ahora- y hablaba de «una mirada de gran angular». Era, según él, un problema global que depende «del Gobierno, pero también de la oposición, de los gobiernos autonómicos, y por eso se necesita un gran consenso». Fue un poco más lejos. Llegó a reclamar «empatía» porque algunas autonomías «se sienten cómodas con un modelo caducado que las trata bien y no tienen prisa» pero hay otras que sí tienen la urgencia de reformarlo, entre ellas, la Comunitat.

Durante una conferencia con motivo del XL Aniversario del Estatut d'Autonomia de la Comunitat, también dejó opiniones similares. «No es una lucha entre comunidades autónomas, al final es una apuesta por la igualdad entre españoles independientemente de donde vivan». «Eso es donde la Comunitat Valenciana avanza, pidiendo que nos pongamos todos de acuerdo para mejorar y avanzar en la igualdad de españoles», manifestó en su momento.

El PP y Vox cargaron ayer contra la financiación singular de Cataluña al considerarla un «ninguneo» más del Gobierno hacia la Comunitat y una «traición de Estado». En cambio, el PSPV mostró «envidia sana» y Compromís pidió «abrir el melón», pero advirtió de que los acuerdos bilaterales «no solo pueden servir para solucionar un problema de una comunidad», sino que «tiene que avanzar todo el mundo».

Desde el PP, su portavoz adjunta en Les Corts Nieves Martínez aseguró que la comisión bilateral con Cataluña es «un ejemplo más» del «ninguneo» a la Comunitat por parte del Gobierno de España, todo ello con la «complicidad» de la ministra Diana Morant, «máxima responsable de los socialistas valencianos». Llamaron la atención acerca de esta reunión bilateral con Cataluña y que Sánchez no fuera capaz de reunirse con el presidente Mazón cuando llegó a Valencia.

La Generalitat se opone al nuevo modelo. «Vamos a pasos agigantados hacia esa ruptura de la España constitucional, de la solidaridad interregional y de la igualdad entre españoles», manifestó Ruth Merino, consellera de Hacienda, en una entrevista en À Punt. La responsable del Consell no tiene ninguna duda de que lo que se está negociando hoy en Cataluña «es un cupo en toda regla» porque en el futuro «cada cálculo de ese cupo para pagar al Estado o cada cálculo de la cuota de solidaridad será una negociación en un cuarto oscuro, como ocurre ahora con el cupo vasco».