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Las dos acusadas, hoy, antes de iniciarse el juicio en la Audiencia de Valencia. damián torres
Las testigos acorralan a la ex alto cargo que ayudó a copiar en una oposición

Las testigos acorralan a la ex alto cargo que ayudó a copiar en una oposición

La principal acusada, ex alto cargo del PP, admitió que había sido «una tontería, que no se lo tuvieran en cuenta y no lo volvería a hacer»

A. Rallo

Valencia

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Jueves, 11 de marzo 2021, 13:58

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Ana María Brugger fue directora general de Función Pública con el presidente Alberto Fabra. La ex alto cargo se sentó ayer en el banquillo de los acusados por supuestamente ayudar a copiar a María Gonzalbez, asesora de Vox en Les Corts, en una oposición para ser técnico superior de la Generalitat. Ambas son amigas de la falla, según la investigación inicial.

Las acusadas se acogieron a su derecho a no contestar a las acusaciones (Fiscalía y el sindicato de la CGT). Sólo respondieron a las preguntas de su defensa con respuestas visiblemente automatizadas. Los letrados buscaron proteger a sus representadas en la confianza de su tesis: que los hechos no son delictivos. Brugger dijo que la vigilancia de la prueba no tiene nada que ver con su cometido de funcionaria, que no conocía con anterioridad las preguntas -se sortearon ese día-. Más escueta ha sido su compañera. Declaró que terminó su examen y lo entregó con normalidad.

El relato de las testigos, compañeras de Brugger, resultó muy clarificador. Muy exhaustivo, pleno de detalles. Apenas hizo falta preguntar a la primera testigo debido a lo completo del relato. «Llegamos a la sala y los opositores estaban fuera. Ella salió a saludar a una amiga. Eso no es muy usual», anticipó. Brugger pidió encargarse de colocar a los opositores en la clase, según este testimonio. «Ella no quiso salir al descanso, dijo que no le apetecía». Más adelante, se dedicó a repartir los folios oficiales del examen. «Estuvo escribiendo en la parte de atrás del aula; no sabíamos qué hacía». La testigo se acercó y le preguntó. «Unas manualidades», le contestó la acusada. Entonces comprobó «cómo estaba escribiendo sobre la ley de derechos laborales, que era uno de los temas que habían salido». La exalto cargo del PP tenía «el móvil con un texto». La excusa no resultó creíble. «Dijo que estaba tomando notas para una compañera de trabajo y comentárselo el lunes».

Todo lo anterior incrementó las sospechas de las dos supervisoras del aula. La testigo continuó con que la acusada «se acercó a la altura de su amiga y cogió unos papeles que estaban escritos y otros en blanco y los dejó encima de la mesa de su compañera». La declarante empezó a poner nerviosa ante las maniobras de Brugger y buscó ayuda en su compañera. «Una oposición es muy dura y no quería molestar a los aspirantes». La opositora intentó apartar los documentos que le habían entregado. «Vi que estaban las hojas que había escrito Brugger». Se lo dijo. «Se quedó en blanco; se puso muy roja y temblaba», recordó. Unos minutos después, tras comunicarse el incidente, Brugger apareció y comentó que era una «tontería» lo que había hecho y «que no lo iba a hacer más, que no se lo tuvieran en cuenta».

La Fiscalía sostuvo su acusación de un delito de negociaciones prohibidas a funcionarios y de abuso en el ejercicio de su función. Reclama una multa de 20.000 euros. La actuación de los funcionarios «debe ser ejemplar». No ocurrió esto. «Le estaba haciendo el examen», mantuvo. La fiscal admitió estar «espeluznada con la Administración, que trató de esconder el asunto incluso al tribunal de la oposición». La acusación popular, que ejerce la Confederación General del Trabajo (CGT), en cambio, reclama seis años por falsedad en documento al manipular las hojas oficiales de la prueba.

Las defensas apenas se concentraron en desmontar la prueba. El letrado explicó que el día del examen no ejercía como funcionaria sino como una colaboradora. No eran esas sus funciones previas como personal de la Administración. Ni era miembro del tribunal ni tuvo acceso a información privilegiada, expuso. De igual modo, subrayó que no hubo perjuicio a la Administración y que la opositora renunció finalmente a la prueba.

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