El adjudicatario del call center de Rus reclama no ser juzgado por su deterioro neurológico

El juicio arranca en unas semanas, de nuevo con el popular exdirigente en el banquillo de los acusados. La proximidad de la vista ha propiciado ya movimientos de algunas defensas. Uno de los más relevantes es el escrito que ha presentado la defensa de Francisco Palomares, el adjudicatario del servicio y socio en la sombra de Mariano López, el suegro de Marcos Benavent. En este proceso se acusa a López, su mujer y su cuñada.

La defensa de Palomares ha alegado el «deterioro físico y neurológico» de su patrocinado. Una situación «progresiva, irreversible y notoriamente evidenciada en las ultimas semanas». De hecho, reclama que el acusado sea evaluado por un médico forense porque se encuentra en una situación que le inhabilita para ejercer su derecho de defensa. «No tiene pleno conocimiento y ni comprensión de los hechos objeto de enjuiciamiento... pero tampoco puede mantener una comunicación normalizada y coordinada», añaden desde su entorno.

Palomares tiene ya reconocida la incapacidad permanente absoluta, según la documentación aportada por su representación legal. De igual modo, ha entregado algunos informes en los que se recoge el nivel de dependencia y el deterioro cognitivo. Ahora se trata de aclarar si esa situación le exime de ser acusado y el asunto contra él termina archivándose.

La Fiscalía Anticorrupción volverá a sentar en el banquillo al presidente de la Diputación, Alfonso Rus, para quien reclama ocho años de cárcel por prevaricación, malversación y tráfico de influencias. A día de hoy resulta una incógnita la estrategia del suegro Mariano López. En un primer momento se habló de una posible conformidad para dejar fuera del proceso a su familia y asumir toda la responsabilidad. Existen pruebas directas de que recibió fondos de la adjudicación. Sin embargo, tras el testimonio del suegro en la causa de los zombies han surgido más dudas acerca de una eventual colaboración con la Justicia.