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Torrijas, con espíritu cervantino

Torrijas, con espíritu cervantino

Una ruta de corrales de comedias, cerros con castillo y una piadosa gastronomía tradicional, la de las Torrijas que cada año llegan a la ciudad con la Semana Santa

Guía Repsol

Viernes, 3 de abril 2015, 07:54

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Entre los ríos Henares y Tajuña, la Alcarria madrileña muestra una de las caras más tranquilas y campestres de la Comunidad de Madrid. Lejos del ruido de la capital, los alrededores de Alcalá de Henares conservan intacto su pasado histórico vinculado a grandes personajes de las letras y la Universidad Complutense. En esta ruta recorremos corrales de comedias, cerros con castillo y una piadosa gastronomía tradicional, la de las Torrijas que cada año llegan a la ciudad con la Semana Santa.

La ruta

Durante mucho tiempo, la ciudad monumental de Alcalá de Henares fue el núcleo urbano más relevante del Arzobispado de Toledo al norte del río Tajo. Prueba de ello es que contó con fuero propio hasta bien entrado el siglo XV. Su Calle Mayor, con sus característicos soportales de piedra, aloja el Museo Casa Natal de Cervantes y está repleta de terrazas en las que charlar o degustar alguna pequeña delicia. Son exquisitos los dulces conventuales elaborados en las clausuras del barrio universitario, como las almendras garrapiñadas y las rosquillas de las monjas clarisas; los típicos Penitentes o las Delicias de Pascua con forma de capirote rellenos de almendra. Sin embargo, de entre todos los postres son las Torrijas madrileñas las que destacan frente al resto por su sencillez y tradicional receta. Pan, huevo, aceite de oliva, azúcar y canela, bien empapadas en leche (o vino, según el gusto de cada cual).

En Alcalá todo gira en torno a su repostería de vigilia y cualquier paseo comienza junto a sus murallas. La puerta de Madrid, que enmarca la torre de la iglesia Magistral y los tejados circundantes, fue mandada construir en el siglo XVIII por el arzobispo Lorenzana siguiendo el canon neoclásico. A su izquierda discurre la primitiva muralla medieval, que todavía se mantiene en pie y cuyas almenas acogen los nidos de las cigüeñas, otro de los símbolos de la ciudad. Si seguimos el camino que trazan los nidos, llegaremos frente a la fachada oriental del palacio de los Arzobispos de Toledo. A su lado quedan el monasterio cisterciense de San Bernardo y la sede del Museo Arqueológico Regional, instalada en el antiguo colegio convento de dominicos de la Madre de Dios. Nuestro paseo continúa por la Calle Mayor, que desemboca en la céntrica plaza de Cervantes, un histórico punto de encuentro de ferias y mercados, además de una de las plazas con más ambiente de la ciudad. La torre de la destruida iglesia de Santa María la Mayor, el Ayuntamiento y el casino dan paso a la Universidad de Alcalá, el edificio más emblemático del municipio, con su fachada de estilo renacentista-plateresco tallada en piedra caliza por Rodrigo Gil de Hontañón. Todo en Alcalá es solemne e histórico y los ecos del pasado siguen vivos en esta ciudad, que continúa manteniendo su apariencia medieval en su centro urbano.

Desde Alcalá de Henares tomamos dirección Guadalajara hasta enlazar con la carretera que nos lleva a Los Santos de la Humosa, ascendiendo por esos barrancos del Henares que al escritor Miguel de Unamuno le producían una melancolía tranquila. Los Santos destaca en el horizonte por la imagen del templo de San Pedro, del siglo XVI. El domingo posterior a San Isidro la localidad celebra la romería de San Isidrillo, con una animada comida campestre en la ermita de la Humosa. Un poco más adelante nos espera Santorcaz, en cuyas mazmorras del castillo estuvieron encarcelados el cardenal Cisneros y la princesa de Éboli. Junto al conjunto amurallado se alza la iglesia de San Torcuato, de sencilla factura mudéjar, en la que destacan algunos de sus altares, construidos en vieja cerámica talaverana. La carretera discurre por la campiña hacia Pozo de Guadalajara y, por Pioz, se entra de nuevo en la Comunidad de Madrid, llegando hasta Pezuela de las Torres, crisol de culturas. El poblado original era de fundación árabe y el actual templo se levanta sobre una antigua mezquita. Los imprescindibles de la villa son el atrio renacentista con lujosa portada plateresca y la picota que se encuentra en la plaza contigua, aunque un paseo por sus calles es de por sí un plan perfecto para que disfrutemos de su tranquilidad.

Olmeda de las Fuentes es la siguiente parada de nuestro itinerario. Refugio de artistas plásticos de primer nivel (Fernández Granell y Vela Zanetti, entre otros muchos), la iglesia parroquial atesora una interesante colección de sus obras. A las afueras se encuentra el Centro de Interpretación de la Alcarria, punto de información para descubrir la zona y una muestra de los aperos agrarios que se empleaban en los campos de la región. Nuestro recorrido termina en Nuevo Baztán, el sueño barroco de Juan de Goyeneche. Precursor de la revolución industrial en la localidad, levantó todo un complejo urbanístico para los trabajadores de la fábrica de cristal en el primer cuarto del siglo XVIII. La estructura rectangular formada por pequeñas piedras y sus calles adoquinadas son casi un museo al aire libre. El palacio de Juan de Goyeneche y la imponente iglesia de San Francisco Javier son nuestras dos últimas visitas en esta por ruta por el corazón del Henares.

El sabor

La Torrija es uno de los dulces más típicos de la Semana Santa, una receta casera, sencilla y de gran arraigo. Para prepararlas, basta con cortar una barra de pan en rebanadas bastante gruesas. Tradicionalmente, en las casas lo habitual era usar el pan del día anterior, aunque en la actualidad se pueden hacer con uno específico para Torrijas. A continuación se empapan en leche, azúcar y huevo y se fríen en abundante aceite de oliva hirviendo. Para terminar, y según el gusto de cada uno, las podemos rociar con leche, almíbar, vino, miel o azúcar y canela; en cualquier caso, todas las variantes son deliciosas. Este postre tiene un gran valor nutricional. Los hidratos de carbono del pan, las proteínas de la leche y los huevos son una buena carga de energía para la dieta. Las grasas que aporta son principalmente del aceite y también suponen una buena ración de vitaminas A, D, B y minerales como calcio, y hierro. Según el ingrediente que se le añada para presentarlas (leche, almíbar, vino, miel, azúcar), aportará más o menos calorías a la receta.

Más información

Productos de la zona

La cocina de la zona es una mezcla de las contundentes gastronomías manchega y madrileña. Platos como las sopas de ajo, migas manchegas con chorizo o huevos fritos son casi inevitables de probar si recorremos los restaurantes de la región. También destacan todas las recetas elaboradas con verduras frescas de la vega del Henares y el cordero asado.

Visita obligada

El Corral de Comedias de Alcalá de Henares es uno de los más antiguos de España. Aunque no se conserva la traza original, en él podemos ver cómo evolucionó el teatro a lo largo de los siglos y las diferentes modificaciones que sufrió el edificio con el paso del tiempo. En la actualidad está abierto y se representan obras. También se hacen visitas guiadas que profundizan en la historia del teatro.

Fiestas

La Semana Santa alcalaína, declarada Fiesta de Interés Turístico Regional, cuenta con ocho cofradías algunas de ellas fundadas en el siglo XVI y 5.000 cofrades. Sus trajes y colorido retrotraen al Siglo de Oro. Entre las procesiones más solemnes están las del Sagrado Descendimiento y la del Santo Entierro, ambas celebradas el Viernes Santo por la tarde-noche.

Alojamientos

El Hotel Golf El Encín ofrece a partes iguales descanso y deporte; en concreto, la práctica del golf. Situado a cinco minutos de Alcalá de Henares, el hotel está dentro de un campo de golf y ofrece maravillosas vistas y un entorno natural sin igual. Acogedor y cálido, el Hotel La Cañada, en Horche, se levanta sobre una típica construcción castellana de piedra y madera. A medio camino entre Guadalajara y Madrid, el alojamiento permite estar a tiro de piedra de ambas capitales y disfrutar de la tranquilidad rural.

Fuente: Guía Repsol

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