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Miren Ibarguren protagoniza 'Los sin nombre'. Fabián Morassut / Movistar Plus+

Miren Ibarguren

Actriz
«Desde que hay móviles con cámara, la Virgen no se aparece; creo más en los extraterrestres»

«Este proyecto me ha permitido mostrarme vulnerable. Soy muy tímida y me he abierto un poquito», dice la intérprete, que acaba de estrenar 'Los sin nombre' en Movistar Plus+

Iker Cortés

Madrid

Lunes, 7 de julio 2025, 00:23

Lleva toda su carrera haciendo reír al espectador, por eso cuando Pau Freixas le ofreció meterse en la piel de Claudia en 'Los sin nombre' no se lo acababa de creer del todo. Estrenada hace tan solo unos días en Movistar Plus+, Miren Ibarguren (San Sebastián, 45 años) pasa la prueba con nota como esa madre racional que removerá cielo y tierra para seguir la pista de su hija, siete años después de su muerte, al recibir una llamada de ella en la que le pide que vaya a buscarla.

-¿Cómo le llegó el personaje y qué es lo que le sedujo del proyecto?

-Me llamó Pau y me dijo: «Tengo una cosa que a lo mejor podrías hacer, es un dramón. Te voy a hacer un casting, ¿vale? Léetelo y a ver qué te parece». Y yo decía: «Uy, se ha equivocado. Yo hago el casting, pero creo que se ha equivocado». Lo hice y me llamó. «¿Pero estás seguro?», le pregunté. «Sí, sí, que está muy bien». Y ahí me vi, de repente, en manos de Pau Freixas, haciendo el primer drama de mi vida y la verdad es que muy feliz.

-Una niña que fallece y a los siete años llama a su madre por teléfono. Menuda pesadilla, ¿no? ¿Cómo se preparó para un personaje así?

-La verdad es que trabajé mucho porque yo no estoy entrenada en el drama porque hago todo comedia, pero lo bueno que tiene Pau es que contaba con tiempo para ensayar, que creo que es básico hoy en día, aunque muy poca gente lo hace. Tuvimos casi un mes de ensayos. Había una mesa gigante y por ella pasaban todos los actores que tuvieran hasta una mínima frase en la serie: papeles grandes, pequeños, el perro, la gallina... Todo el mundo pasó por allí y era guay porque nos dirigía y fuimos encontrando el tono todos juntos y eso es maravilloso.

Imagen principal - «Desde que hay móviles con cámara, la Virgen no se aparece; creo más en los extraterrestres»
Imagen secundaria 1 - «Desde que hay móviles con cámara, la Virgen no se aparece; creo más en los extraterrestres»
Imagen secundaria 2 - «Desde que hay móviles con cámara, la Virgen no se aparece; creo más en los extraterrestres»

-¿Le dio miedo cambiar de registro?

-Sí, pero me lo quité poniéndome en manos de Pau porque confío mucho en él.

-Es curioso porque uno de los papeles en los que la he visto más cerca de este registro es también dentro de una comedia, en el episodio 'Silly Gardens' de 'Capítulo 0', la ficción de Joaquín Reyes y Ernesto Sevilla.

-Sí, con Kimberly, que daba mucha pena.

-Y encima lo escribió usted.

-Sí, lo hicimos como a medias Ernesto y yo.

-¿Y nunca le ha picado el gusanillo de escribir algo más?

-Es que, ¿sabes qué pasa? Todo el mundo me pregunta, pero me da como vergüenza la usurpación. O sea, si tuviera algo superguay que contar, creo que me prepararía, haría cursos de guion y cosas así, pero no me voy a presentar a hacer algo de dirección o lo que sea sin tener ni puta idea. Tengo vergüenza. Como la gente que escribe libros ahora, que todo pichichi escribe un libro, que dices: «Pero bueno, ¿cómo puede ser?». A mí me lo ofrecieron una vez y dije: «¿De qué voy a escribir, si yo no sé? Tendré que hacer un curso». Creo que hay que prepararse para todo (risas).

La escritura

«Me da como vergüenza la usurpación. Si tuviera algo superguay que contar, creo que me prepararía y haría cursos de guion»

-Imagino que había visto la película. ¿Leyó también la novela?

-Pues no y nos dijo Pau que no la viéramos ni leyeramos el libro porque querían hacer una cosa distinta partiendo de la misma base y no querían que nos contagiáramos con nada.

-Da vida a una médico racional en un mundo donde lo milagroso parece posible. ¿Se considera racional o tiene un puntito supersticioso y magufo?

-Creo que tengo un poco las dos, pero vamos que yo básicamente creo más en los extraterrestres, porque hay fotos, que en la Virgen, qué quieres que te diga, porque desde que hay móviles con cámara la Virgen no ha vuelto a aparecer y eso es así.

-Pues los extraterrestres tampoco.

-Sí hay fotos, hay cosas (risas). No sé, pero no me gusta creer en los milagros y en los libros sagrados, que por mucha fe que te den al final siempre llevan a confrontaciones horribles. No soy milagrera. Ahora, la magia... Me gustaría tanto creer que le doy siempre oportunidades a todo, incluso a la Virgen, al tarot, a la psicomagia, a los numeros de Grabovoi... Le doy oportunidades a todo porque yo quiero creer, y todo por miedo a la muerte, claro. Yo no quiero que todo esto sea para un fundido a negro y ya.

-¿Ha vivido algún suceso paranormal?

-No, pero cuando me ofrecieron esta serie y me puse a imprimir los guiones, en el primer guion, del primer capítulo, en la página 21, se me para la hoja y la última frase que se me había impreso era: «¿Dónde está Ángela?». El resto de la página estaba en blanco. Repetí el proceso una vez más y pasó lo mismo y a la tercera se me rompió la impresora. La llevé a la tienda y no tenía arreglo pese a que estaba nueva. Me tuve que comprar otra. O sea, no sé si en el cielo hay algo, pero en las impresoras hay (risas).

-¿Qué le ha permitido demostrar un papel como este?

-No sé lo que le voy a demostrar a la gente, pero a mí misma me ha permitido mostrarme vulnerable. He hecho un gran ejercicio por mostrarme vulnerable. Soy muy tímida para todo eso y me he abierto un poquito y era una cosa que tenía que superar.

-La interpretación y la timidez parecen estar muy asociadas...

-Somos mucho más tímidos que el resto de las personas. Somos un gran gremio de tímidos (risas).

-En la ficción española hay pocas series de miedo.

-Bueno, se irán haciendo. Los temas van mucho por oleadas. De repente hay mucho 'true crime', de repente hay muchas series de detectives, aparecen unas de hoteles, otras de familias con niños...

-'Los sin nombre' es un thriller con toques sobrenaturales, pero también habla de temas como la pérdida, el duelo o la experiencia de ser madre. ¿A usted le ha cambiado mucho la maternidad?

-Te cambia entera. Es como si te cambiaran el cerebro y empezaras de cero. Todo lo ves con otros ojos y las prioridades, desde luego, son otras y lo agradeces un montón porque te quitas un montón de gilipolleces. Te dejas de mirar a ti misma bastante, que eso es muy relajante, aunque sea muy estresante estar todo el rato mirando a otro (risas). Pero por lo menos abandonar el yo, yo, yo, está muy bien.

Ansiedad y lexatín

-Lleva años encadenando proyectos. ¿Se acaba en algún momento esa losa que es el miedo a un año en blanco?

-Nunca se acaba, nunca se acaba.

-¿Y cómo se convive con eso?

-Con lexatín. Esa ansiedad nunca se acaba y, de hecho, va a más. Según vas cumpliendo años, todos los terrores asociados al edadismo te vienen. Cuando eres joven, porque eres joven, cuando tienes cuarenta, porque tienes cuarenta, cuando llegas a los cincuenta, porque tienes cincuenta... Siempre hay algo: lexatín.

-¿Incluso ahora que parecen estar cambiando las cosas y que esa idea de que las mujeres pasados los cuarenta quedan fuera de los focos parece desterrada?

-Está cambiando, menos mal, y sí que hay más oportunidades. Pero no creo que tenga que ver solo con la edad o con los movimientos, sino con lo que es la profesión, que a veces no hay trabajo o te ven mucho y te dejan de llamar porque «esta siempre está en todas partes» o como no te ven dicen «¿y esta quién es?».

Si no hubiese sido actriz

«Me hubiera gustado ser dermatóloga porque me encanta reventar granos»

-Toda esta explosión de plataformas, ¿tiene alguna consecuenca negativa?

-Sí, creo que se consume la ficción de otra manera. Antes ibas a ver una película al cine y estabas toda la semana pensando en la película, te deleitabas. Ahora es verdad que va todo un poquito más rápido, pero hay para todos y lo que peta lo peta como lo petaba antes.

-Si no se hubiese dedicado a la interpretación, ¿qué le hubiera gustado ser?

-Me hubiera gustado ser dermatóloga porque me encanta reventar granos. Te lo juro, es una pasión que no se me quita. De hecho no lo descarto, lo que pasa es que hay que estudiar medicina y no sé... ¿Cuando me jubile? ¿Y sabes qué quería ser de pequeña? Una vez, con catorce años, fui con el cole a Florencia y me quedé maravillada con los guías turísticos que explican las obras de arte y pensé que me encantaría ser guía de museo. Me parece tan bonito... Pues entre reventar un grano y enseñar un cuadro, ahí estoy.

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