El PP quiere que Uryula Histórica se haga con la gestión de los servicios sociales

El pleno de octubre vuelve a llevar cambios en los estatutos de dos sociedades municipales, en este caso Surpal y Uryula Histórica. Esta última, creada en un principio con la intención de que fuera una herramienta para la revitalización del casco histórico y que ha estado prácticamente vacía de contenido durante años, incluye una ampliación del objeto social para la prestación mediante gestión directa de los servicios competencia municipal de bienestar social. Entre ellos estaría la prestación de la atención temprana que realiza Dinoco y que está en el aire, sin un contrato, y desde el Partido Socialista no se considera operativo que se realice a través de la sociedad municipal. La concejal Carmen Gutiérrez asegura que el PP «da palos de ciego y sigue sin marcar una hoja de recibida» al tiempo que considera que en el caso de incluir este u otros servicios en la empresa pública harían falta informes técnicos de Intervención mediante los que se garantice que sería rentable económicamente, en base a la Ley de Racionalización de las Empresas Públicas.

Al mismo tiempo Gutiérrez se pregunta cómo se va a obtener ese informe de rentabilidad «cuando la sociedad tendrá que facturar, y eso lleva aparejado el pago del IVA, por lo que el servicio se encarecería un 21%». Todo eso teniendo en cuenta la necesidad de nombrar un gerente y reactivar una empresa que lleva años sin formular cuentas. Para la socialista, el mantenimiento del personal de Dinoco también se haría difícil «porque hay que hacer pruebas selectivas y eso no garantiza que se queden las actuales trabajadoras». En resumen, la edil critica que esta medida lo único que va a hacer es alargar y complicar el proceso «cuando no se haga imposible, y todo para llegar al mismo punto». Así, reiteró la opinión del grupo municipal Socialista de que la atención temprana debería gestionarse de forma directa «y eso se podría hacer mañana, mientras que a través de la sociedad se convertiría en un proceso largo y complicado cuya finalidad no entiendo». Los socialistas temen que todo vaya abocado a decir que se ha hecho lo que se podía y acabar con una licitación.