La presa de Cheste es una de las obras antirriada posibles en la rambla de Poyo que más controversia generan, por los intereses socioeconómicos alrededor ... de su hipotética ubicación y por su poca capacidad, en comparación con los grandes caudales que se registraron el 29-O y en ocasiones anteriores.
Un titular de prensa rezaba así meses atrás: «Expertos aseguran que la presa de Cheste no hubiera evitado los daños de la dana». Desde luego. Hay que ser muy experto para llegar a tal punto. Cualquiera que no sepa nadar se ahogará con dos metros de agua. Con 2,10 también.
La proyectada presa de Cheste albergaría tan sólo 8 hectómetros cúbicos de agua, una insignificancia comparada con los cientos de hectómetros que inundaron los municipios de la cuenca baja del Poyo, y además solo afectaría a este cauce, al que concurren aguas abajo diversos afluentes como l'Horteta, Gallego, Pozalet... Pero ¿eso es causa suficiente para decir no? De hecho, hay bastante confusión respecto al estado actual del proyecto. Desde que fue derogado por Zapatero junto al resto del PHN, que no es así, hasta que se opuso el Ayuntamiento de Cheste, o ese mismo argumento de su escasa capacidad.
No se puede hablar de una única e irrefutable solución y probablemente no hay ninguna que pueda evitar del todo que vuelva a suceder lo de hace nueve meses, pero sí que existen muchas actuaciones lógicas por hacer que, todas juntas, pueden contribuir a minimizar los efectos de una barrancada como aquella, o reducir a poca cosa otras de orden menor que a buen seguro se registrarán en años venideros.
¿Repoblar los montes? Desde luego que sí. A empezar cuanto antes. ¿Reforzar plantaciones, cultivos y abancalamientos? Naturalmente que sí. Ya. ¿Diques y presas para retener agua, facilitar su infiltración y frenar su velocidad? También. Como la presa de Cheste. Porque 'tota pedra fa paret'.
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