Aemet ha prolongado hasta el miércoles, al menos, la actual ola de calor. Esta Aemet ya parece Trump, que no para de decir y desdecir, ... prolongando incertidumbres. Desde que inició su segundo mandato, el presidente de EE UU no cesa de anunciar unas cosas y otras contradictorias, para desespero del respetable y de quien acude a rendirle respetos. Estrategias del poder más poderoso, y a la vista están los resultados: mucho desconcierto, sí, y abundante sumisión; no sea que se vaya a enfadar y aún nos la líe peor.
Imaginamos la tremenda confusión en ámbitos administrativos de gobiernos y empresas de todo el mundo, con tantos anuncios y correcciones arancelarias para cada producto y país; tantos cambios sucesivos. Hemos perdido la cuenta, sumergidos en la tremenda maraña del 10%, 15%, 35%, 50%... hasta 250% de tasas aduaneras repartidas según el termómetro de agravios y simpatías. El caos debe llegar a los propios funcionarios estadounidenses: «Oye, el gravamen para los ajos puerros en conserva de este país, ¿a cómo estaba el 12 de julio?» «Depende de si llegaron a puerto por la mañana o por la tarde... Es que ha cambiado siete veces desde abril; espera que consulte la chuletilla, que lo vengo anotando todo desde que empezó este laberinto. No sé si me habré perdido».
La presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Von der Leyen, ya no las tenía todas consigo cuando acudió a Escocia hace pocas semanas para cerrar un trato con el presidente Trump. Dijo entonces doña Úrsula, tras sellar -es un decir- lo de un 15% de arancel general con un apretón de manos, que era un buen acuerdo y confiaba en que EE UU respetara los términos pactados. No dé ideas, señora presidenta, debieron de haberle advertido, porque a los pocos días salió de nuevo el señor Trump amenazando con un 35% si la UE no invierte 600.000 euros en EE UU. ¿Cómo vamos a aclararnos?
Confiaba Von der Leyen en que Trump cumpliera el 15% pactado cuando ya nos amenaza con el 35%
Porque es agosto, que por este lado pilla a la mayoría de vacaciones, pero cuando llegue septiembre le van a llover chuzos de punta a la presidenta europea. Ya la acusaron de blanda y sumisa por aceptar el 15% sin contraprestación, así que con las renovadas amenazas de subidas se van a recrudecer las críticas internas. Trump no hace vacaciones, en sentido estricto, recibe en sus posesiones escocesas, y es evidente que aprovecha al máximo la debilidad política del contrincante: Bruselas aún sacaba pecho de haber conseguido un 15% de arancel cuando la amenaza anterior era del 30%. Ah ¿sí? Pues nada, ahora nos enseñan la tarjeta del 35% y otras naderías financieras. Nos faltan fuerzas y liderazgos que puedan decir de tú a tú: «¿Qué, Donald, haciendo amigos?»
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