Las costas españolas
La utilización del plural para hacer referencia al contorno del territorio español bañado por la mar, y, por supuesto, también a las islas, es totalmente ... intencionado, porque hay tantas costas como territorio costero, cada una con sus peculiaridades, todas ellas diversas y plurales.
Nada tienen que ver las espléndidas rías gallegas, con las blancas playas de la costa blanca, las de la Región de Murcia o las que tienen color a Andalucía, ni con las islas, desde las Gimnesias, las Pitiusas o el archipiélago canario.
Y ante tanta variada belleza, como también dispares dificultades en materia de ordenación y planificación, prima la homogeneidad regulatoria centralizada desde los espacios alejados del litoral.
La respuesta, con una mirada a futuro, pasa por la cooperación entre las tres administraciones
Pero, cuanto menos es sorprendente que, a pesar de primar la centralización de acción cuando se trata de traspaso de competencias ahí, donde precisamente sí que debería haber un mismo criterio, en evitación de agravios comparativos, llega la heterogeneidad y a cada uno de los territorios a los que se les ha brindado la posibilidad de gestionar su propio espacio encontramos la variedad.
Valencia ha sido la impulsora de la conjunción para la puesta en común de los distintos territorios que abordan la gestión del litoral, desde el traspaso de competencias, en algunas ocasiones más que vacío de contenido, hasta el grito de auxilio para dar respuesta a las necesidades del territorio, que clama, con nombres y apellidos, por los que se ven perjudicados por la falta de respuesta, que, cuanto menos debería ser ágil, eficaz y efectiva, pero no cumple con ni uno solo de los requisitos que deben exigirse a la administración pública. En la mañana de ayer se dieron cita los territorios que aceptaron la invitación que cursó la Comunitat Valenciana de forma extensiva, que fueron Murcia, Galicia, Andalucía, Baleares y Canarias, para exponer la idiosincrasia de los litorales, sus dificultades y necesidades.
La respuesta, con una mirada a futuro, pasa por la cooperación entre las tres administraciones implicadas, la municipal, la autonómica y la estatal, ésta última en mayor medida porque no solo debe facilitar la ejecución de las competencias traspasadas, que deben ser suficientes para tener el efecto deseado y no convertirse en meros gestores desplazados, coordinar los fines de utilización económicos, turísticos, también deportivos y de ocio; pero, sobre todo, facilitar la vida de los vecinos costeros.
Las costas españolas son parte de la tarjeta de presentación de la marca España, requiere acción y dedicación para hacerla atractiva a propios y a extranjeros, inversión nacional e internacional, el privilegio de vivir mirando a la mar es un clamor para vivir, trabajar y viajar, la atracción de talento y la búsqueda de calidad de vida, todo ello bajo una administración pública, desde todos los estamentos, volcada en estos mismos objetivos.
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