Compromís, o molts Compromís
En una coalición política convergen distintos puntos de vistas y diferentes formas de expresión que confluyen en un eje común, lo que los lleva a ... unirse bajo el paraguas de una misma sigla.
Gran trabajo de escucha y comprensión para mantener sentados a la misma mesa a todas las fuerzas unidas. Y, sobre todo construir un objetivo común, que, en definitiva, debería ser, como máximo referente, obtener el mejor rédito electoral posible ante los comicios.
La diversidad de criterios enriquece y nutre al grupo, pero la falta de decisiones unánimes, o, al menos, bajo mayorías aplastantes, que son respetadas por el colectivo, desgasta y genera grietas por las que se va resquebrajando la unión de partidos coalicionados.
Compromís va a utilizar dos sombreros, según su posición geográfica
Sin un buen pegamento, con denominación política como líder, la coalición está llamada a romperse en tantos pedazos como se creó o incluso más, porque el paraguas ya no es capaz de sostener la amplitud de criterios que ya no conocen los motivos por los que llegaron a andar de la mano.
Últimamente está muy de moda eso de llevar varios sombreros, y parece que, de momento, y hasta nuevo aviso, la coalición Compromís, va a utilizarlos tanto dentro como fuera, y según su posición geográfica.
En Madrid, llevará dos sombreros, uno que seguirá en Sumar, formando parte de un Gobierno que todavía no le ha dado salida al FLA que tanto necesita esta comunidad, a la que representan con acento nacionalista; y, otro, en el grupo Mixto, pendiente de demostrar si seguirá siendo mas de izquierdas y entonando el sí a todo lo que venga del Gobierno del que acaba de salir, o será disidente en aquello que perjudique a la tierra de la que dice ser depositaria de la reivindicación nacional.
Y, en Les Corts, expectantes por descubrir los sombreros que podrán portar los quince diputados, igual queda a expensas de valorar el sobrecoste económico, si llevan un máximo, pongamos de cinco, y se hacen un reparto rotativo, o, a falta de consenso de forma y color, cada uno llevará el suyo.
Entiéndase sobrecoste económico, como electoral, porque, al fin y al cabo, de eso mismo estamos hablando, de la factura en las urnas de tan abrupta ruptura, que, por otra parte, ya se veía venir, y que igual llega incluso tarde, ante las numerosas manifestaciones de demostración ideológica más próxima a la izquierda que al nacionalismo, votando y dando respaldo a posiciones contrarias a la Comunitat Valenciana, véase, por ejemplo, la aprobación de los últimos Presupuestos Generales del Estado, esos que andan prorrogados.
No nos olvidemos que hay un total de 33 diputados valencianos en el Congreso, pero hoy hablamos de Compromís.
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