Un trabajo vulgar y encantador

Jorge Alacid narra en 'Las horas muertas' una historia sobre la épica del periodismo, oficio calificado, quizá justamente, como el más bello del mundo

Lunes, 8 de diciembre 2025, 00:06

En un artículo publicado recientemente en 'The Objective' ('Justicia poética', 3-XII-2025), Juan Luis Cebrián, fundador y director de 'El País' (1976-1988), ... parecía contradecirse -no era así, las realidades complejas tienen mil matices- al considerar que el periodismo es un trabajo «vulgar y encantador», para añadir unas líneas después, en un giro que no le alejaba demasiado de la verdad, que el periodismo también es «el oficio más bello del mundo».

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Jorge Alacid (Logroño, 1962), Jefe de Coordinación y Canales de LAS PROVINCIAS, acaba de publicar 'Las horas muertas' (Los Aciertos & Pepitas, 2025), estupenda secuela de su primera novela 'Los seres queridos' (2023). Ambos relatos están protagonizados por el periodista Viberti, ex director del periódico de su ciudad (lo fue durante la Transición), que pasa a ser jefe de prensa del Ayuntamiento. Un salto conceptual considerable en lo que concierne a los objetivos (no abundaré en lo evidente).

Entrevistado por Laura Garcés (LAS PROVINCIAS, 24-XI-2025), Alacid definía así el tema de fondo de 'Las horas muertas': «La épica del periodismo, la del día a día, no estaba contada y es uno de los activos de mi novela». Una épica vulgar y encantadora, como afirma Cebrián. Las dos cosas. El principal personaje, Viberti, capitaliza gran parte de las distintas tramas. «Pasa al otro lado de la profesión, ese que denominan el lado oscuro», comenta Alacid. «Y entra también en una dimensión moral distinta. Es una persona que ya en la primera novela tiene una relación conflictiva con la realidad. Se descubre haciendo cosas para las que ni se ve preparado, ni le gustan. Además, le perturban, como le perturba el clima de la Transición. No entiende lo que sucede».

Podría decir, sin ánimo por mi parte de ser malvado, que Viberti pasa de buscar y contar la verdad a maquillarla. En el ABC Cultural del pasado 29 de noviembre, Carmen R. Santos elogiaba 'la saga Viberti' con palabras muy justas: «En 'Los seres queridos' y 'Las horas muertas', que pueden disfrutarse de manera independiente, Alacid maneja con soltura la intriga, pero no es su única virtud. Nos propone mucho más que un 'noir' escrito en un estilo directo y ágil, pero muy trabajado, con muy acertados diálogos. Ojalá podamos deleitarnos con nuevas entregas de Viberti».

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Atormentado. Reproduzco el inicio de 'Las horas muertas': «Viberti vivía siempre atormentado. Torturado por la compañía de todo cuanto odiaba, se aseguraba de tener presente las cosas que tanto aborrecía, porque no toleraba que se le pudieran olvidar...». A partir de ese primer párrafo, casi abismal, la narración va in crescendo.

El honesto periodista Jorge Alacid, preocupado como tantos y tantos de nosotros, define así nuestro actual momento político, ya con la Transición convertida en un momento histórico de un pasado que empieza a ser lejano. Este es su diagnóstico: «El espíritu de la España que se reconcilió hace cincuenta años se ha perdido».

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Hablamos de un bien espléndido y frágil, cuyos valores se aprecian especialmente cuando se pierden. Dos grandes mentes definen ese insuperado sistema político llamado 'democracia'. «La turbulencia de los demagogos derriba los gobiernos democráticos». (Aristóteles). «Mi ideal político es el democrático. Cada uno debe ser respetado como persona y nadie debe ser divinizado». (Albert Einstein).

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