Estamos ya metidos de lleno en agosto, el mes más taurino del calendario, y se nos amontonan los recuerdos relacionados con la importancia que llegó ... a darle la prensa diaria a los toros, con el vespertino Pueblo a la cabeza. El rotativo desaparecido llegó a meter en el coche de cuadrillas de Manuel Benítez El Cordobés, a Tico Medina, y en el de Palomo Linares, a Felipe Navarro, Yale. Un lujo. Aquello fue en el verano de la temporada de 1969, recordada como la de La Guerrilla por el pulso que estos dos espadas le echaron al grupo de empresarios de las principales plazas. La crónica viajera de cada uno de esos dos reputados periodistas era seguida con inusitado interés por la afición mientras que los diarios ABC, Informaciones y más tarde Diario 16, se ocupaban de cubrir con grandes alardes tipográficos las ferias de postín.
Siendo el comentado uno de los episodios más llamativos, el mes de agosto siempre fue para los espadas que solían enseñorearse por las alturas del escalafón, la meta de lograr torear los 31 días. Eran los tiempos en los que igualmente celebraban alcanzar otro reto: llegar a superar las gestas de Joselito y Belmonte, sobrepasando el centenar de paseíllos durante la temporada. El hijo de la señora Gabriela, superó tal cifra hasta en cuatro ocasiones, 1915 (102); 1916 (104); 1917 (103), y 1918 (103), y el Pasmo de Triana, en 1919 (109)... Fue en 1945, cuando el mejicano Carlos Arruza, volvía a superar el centenar, (108), cifra que pulverizó el Benítez con 121 paseíllos en la temporada de 1970.
El auge de la fiesta brava fue creciendo, siendo las décadas de los ochenta y noventa, cuando los espadas estrella, Espartaco, Ponce, Litri, Jesulín, Manuel Díaz 'El Cordobés', o El Juli, batían récord estratosféricos -hasta 161 corridas logró el de Ubrique en 1995-, sumando todas las fechas de agosto. Sin embargo, salvo honrosas excepciones, diarios, emisoras y televisiones, hoy desprecian una actividad que tiene casi veinte millones de espectadores. Así les va.
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