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EFE
Belvedere

No es un club de fans, es un club de pelotas

El PSOE sanchista ha degenerado tanto que ha acabado convertido en una parodia política

Pablo Salazar

Valencia

Martes, 14 de octubre 2025, 23:39

Ha reaparecido el ex ministro Jordi Sevilla para declarar, en una entrevista con El Mundo, que el PSOE, su partido, «está abrazando el populismo» y ... que se ha convertido «en un club de fans de Pedro Sánchez», al que reclama que permita una corriente interna que recupere la socialdemocracia. Valenciano de nacimiento (aunque ejerce poco) y ministro de Administraciones Públicas con Zapatero (lo cual dice poco en su favor), asegura no sentirse cómodo en el PSOE sanchista. Como no lo están los socialdemócratas pata negra, los de la época de Felipe González que enterraron el PSOE marxista. Coincido con Sevilla en que Sánchez ha escogido el camino del populismo. De ahí que haya dejado sin espacio electoral a Podemos y a Sumar. Discrepo respecto a que el partido se haya transformado en un club de fans. Porque en ese concepto aún puede encontrarse algo positivo. Un fan, nos explica la RAE, es un admirador o seguidor entusiasta de alguien. Pero lo que ha conseguido el líder socialista no es un club de fans sino un club de pelotas, que es mucho peor (aunque mejor para él). El pelota (vuelvo a la RAE aunque sólo sea para fastidiar a García Montero, el «poeta de la experiencia blanda», como ha escrito Álvaro Pombo) es, en su séptima acepción, que es la que aquí nos interesa, la «persona que adula a los demás para conseguir algo». Esa adulación es llevada al extremo, y al ridículo, lo que hace María Jesús Montero desde su escaño en el Congreso. Los ciudadanos sentimos vergüenza ajena al ver a una vicepresidenta del Gobierno jalear, carcajearse y aplaudir histéricamente, como si no estuviera en sus cabales. Pero ella se limita a aplicar el manual del buen pelota. Que en su artículo 1 establece que el jefe siempre tiene razón. Para aclarar a continuación: y si no la tiene, se le da. El artículo 2 funciona como una orden tajante: al jefe siempre se le aplaude, incluso antes de empezar a hablar. Que es lo que hacen, fervorosamente, los diputados socialistas y los ministros. Pero es que les va el sueldo en ello, su carrera política, su puesto de trabajo. Pelotas. Al manual se ha añadido una disposición adicional para que todos los que lo siguen al pie de la letra sepan a qué atenerse: en las redes sociales hay que estar siempre activos en defensa del líder. Es lo que hace, por ejemplo, Óscar Puente, que no duda en dar la espalda al Rey en un acto oficial en el que representa al Gobierno de España para poder consultar X, responder, atacar a Ayuso, hacer alguna gracia sin gracia... Otro pelota. Es mucho peor, Jordi Sevilla, no es un club de fans, es un club de pelotas apesebrados.

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