Y Mestalla volvió
El Valencia no arranca. Lo de menos es perder ante el último. Lo peor es verlo venir desde hace semanas
Le echaba ayer un vistazo a una estadística que me parece lapidaria para el Valencia de Corberán. Antes de recibir al Oviedo, en cuatro de ... los cinco partidos anteriores -saco de la ecuación el Getafe- el Valencia había tirado 9 veces entre palos (cinco en un mismo partido ante el Athletic). Esto hace una media de dos tiros por encuentro. Dos. Pero, si nos marchamos al otro lado del campo, la cosa explota en defensa. 29 tiros a puerta en contra. Es decir, que por cada vez que el Valencia hizo una oportunidad de gol... le hicieron tres. ¿Lo tienen claro? Así, amigos, es un milagro ganar los partidos.
Agirrezabala venía de ser el héroe en Cornellá y ante el Athletic, y tuvo que intervenir ante el Oviedo bastante más que Escandell. Por no recordar que no hay paradas destacadas del portero visitante en su visita a Mestalla. ¿He dicho ya que el Oviedo era último de la liga con cinco derrotas en seis partidos? Perdón. Me había olvidado.
Así que no nos engañemos. Los problemas del Valencia no vienen de no perder ante el colista de la Liga. El equipo viene dando síntomas de enfermedad desde que empezó el campeonato; desconexión en Pamplona... gol, humillación ante el Barça, milagro ante el Espanyol y media hora inicial de goleada ante el Athletic. Solo ante el Getafe el Valencia hizo un partido solvente pese al sufrimiento final. Afortunadamente, Valencia no es ciudad de mirar para otro lado. El valencianismo es muy consciente de que lo que pasa no es normal y no esperó al 1-2 de Rondón para mostrar su descontento.
No olvidemos aquí quiénes son los buenos y los malos. Hasta cuando los buenos se equivoquen
Con 1-0 a favor llegó la primera pitada del curso en Mestalla. No solo fue porque el partido fuera infame desde el minuto 15'. No solo fue por la indolencia mostrada hasta el gol del rival. Esto viene de atrás. La gente no es tonta y sabe lo que viene pasando desde inicio de curso: su equipo no va. Cerca en el tiempo, pero muy lejos, queda aquel equipo que cogió Corberán en el fondo del precipicio y levantó milagrosamente de enero a mayo.
¿Dónde está aquel Valencia? ¿Dónde está esa competitividad? ¿Esa concentración, agresividad, hambre y convicción? Todo eso hoy ha desaparecido en tres meses. El entrenador es el mismo y la plantilla no. ¿Tanto se notan los ausentes? ¿O será que ya no hay miedo al abismo de segunda? El año pasado el equipo luchaba por sobrevivir. Luchar por ganar no parece ser suficiente para este equipo.
Pero la grada no traga. Mestalla -tan inteligente como de costumbre- sabe que no estamos hoy en 'modo supervivencia'. La segunda vuelta del curso pasado la gente tenía claro que iba a Mestalla a salvar a su equipo del descenso. Ni un reproche, ni una critica; solo empujar para vivir.
Pero estamos en otro escenario. La gente no traga con un equipo de ocho fichajes y una falta de competitividad alarmante. La gente no traga con que Javi Guerra renueve al alza y su rendimiento sea el de un jugador al que le han bajado el sueldo. Y de Almeida ya... ni hablemos. Ahora que ya es feliz tras renovar, nos mantiene infelices a todos los demás con su juego. Porque 'es un jugador más de juego que de jugadas' que diría su entrenador.
Cómo debe estar el patio para que Gayà hiciera un mal gesto a la grada fruto de la frustración que debe llevar por lo pasado y por lo presente. Por cierto, si alguien merece margen para equivocarse ese es el capitán. El jugador que, pudiendo huir -en repetidas ocasiones- de esta casa en llamas, siempre ha decidido quedarse para ayudar a salvar de la quema al club de su vida. No olvidemos quiénes son aquí los buenos y los malos. Hasta cuando los buenos se equivoquen.
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