Cantos de sirena
Escucha bien lo que te voy a decir. Llegarás primero a las sirenas, que encantan a cuantos hombres van a su encuentro. Aquel que imprudentemente ... se acerca a ellas y oye su voz, ya no vuelve a ver a su esposa ni a sus hijos pequeños rodeándole cuando vuelve a su hogar, sino que le hechizan las sirenas con el sonoro canto, sentadas en una pradera y teniendo a su alrededor un enorme montón de huesos de hombres, putrefactos. Pasa de largo con la nave y tapa las orejas de tus compañeros con cera fundida, para que ninguno las oiga».
La hechicera Circe le advierte a Ulises con estas palabras del peligro mortal del canto maravilloso de las sirenas, que hacía que los marineros chocaran contras las escarpadas rocas a las que los atraían con su irresistible canto. Por eso la isla estaba llena de esqueletos.
¿Y qué hace Ulises? Siguiendo los consejos de Circe, Ulises tapa con cera los oídos de sus compañeros de travesía de manera que al pasar cerca de la isla de las sirenas ellos siguen remando porque no escuchan esos cantos melodiosos tan irresistibles. Pero Ulises no se tapó sus oídos para así poder escucharlas.
Seducen a más de uno con promesas grandilocuentes que suenan tentadoras pero son engañosas
Cuando el navío se acercaba a la Isla de las Sirenas, Ulises siguió el consejo de Circe, y las sirenas cantaron dulcemente. Ulises gritó a sus compañeros para que lo soltaran, pero no le hicieron caso porque no oían lo que decía, y la nave siguió navegando sin peligro.
Este mito nos trae dos lecciones para la vida. Por un lado, la lección moral sobre el autocontrol. Los cantos de sirena son esas palabras o cosas que nos seducen, que nos atrapan de una forma irresistible, pensando que alcanzamos la felicidad, el poder o la sabiduría, pero en realidad nos llevan a la infelicidad.
Ulises, en la Odisea, para resistir esta tentación, se hizo atar al mástil mientras sus compañeros tapaban sus oídos. En la vida cotidiana, el autocontrol nos ayuda a seguir en el camino correcto para mantener la serenidad frente a los deseos impulsivos. No podemos controlar el entorno, pero sí nuestras reacciones. Por eso es clave gestionar las emociones y los impulsos para alcanzar nuestros objetivos y para tener una buena vida.
Por otro lado, la lección sobre los cantos de sirena en política. Al igual que las sirenas seducían a los marineros con su canto, en la política actual hay quienes, como Sánchez, seducen a más de uno con promesas grandilocuentes que suenan tentadoras pero son engañosas. Estos «cantos de sirena» políticos nos prometen soluciones rápidas y fáciles a problemas complejos, ocultando las consecuencias nefastas de sus propuestas. Debemos aprender a no dejarnos llevar por el atractivo superficial de estos discursos populistas. De lo contrario, como en el mito, las promesas vacías nos llevarán a un naufragio social, económico y político, tal como la isla de las sirenas estaba rodeada de los esqueletos de quienes no habían resistido los cantos de sirena.
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