Suban al barco pirata
Cada vez que leo el comunicado veraniego de Meriton me echo a temblar, pasa siempre lo contrario a lo que escriben. Y ahora vuelven a decir que todo va a cambiar. Temblemos
Desconozco -como el común de los mortales- qué va a ser de este 'nuevo' Valencia con Kiat Lim, Ron Gourlay y ya veremos Carlos Corberán. ... Porque, aunque el entrenador del Valencia se crea que el club va a cambiar por fin hacia algo más parecido a lo normal, aún no conoce bien a sus compañeros de barco pirata. Incluso me pasa por la cabeza decir que ni el propio Gourlay lo sabe. Porque, cuidado, no es lo mismo ser 'amigo del dueño' que 'empleado del dueño'. Y, si el dueño es un incompetente sobradamente demostrado, no es lo mismo verlo desde fuera que sufrirlo desde dentro. No tardará mucho en enterarse de quién es Peter Lim. Aquí lo sorprendente sería un cambio de rumbo real en lo deportivo. Recuerden que el único modelo razonable y de éxito que ha existido en el Valencia de Peter Lim lo encabezó Mateu Alemany... y se lo cargó a los dos años. Peter Lim no concebía tener un presupuesto alto y plantilla cara sin la seguridad de jugar champions. Y decidió asegurar no jugar en Europa nunca y arriesgarse a bajar cada año. Ese es Peter Lim en el Valencia. Cuesta pensar, pues, que ahora vayamos a volver al modelo Mateu Alemany que él mismo decidió cargarse. Pero si ocurriera lo impensable, y Ron Gourlay es el nuevo Mateu Alemany, nos alegraremos y lo contaremos. Y si pasa lo mismo de cada año con distintos cromos, veremos cuánto dura la dignidad de Ron Gourlay... o cuánta tiene. De lo que no tenemos dudas es de la dignidad de la victima principal de este nuevo fuego amigo de Peter Lim; Miguel Ángel Corona. Escucho y leo estos días mucho al respecto de su posición profesional tras la aparición del nuevo CEO y el evidente aumento de poder de Carlos Corberán. Es obvio que estas dos figuras desplazan al 'oficialmente' director deportivo del club hacia no se sabe dónde. Solo hay que ver la visita a Singapur y, sobre todo, las ausencias. Pero, vamos, su desplazamiento a nivel práctico va a ser, más o menos, como mover un jarrón de sitio en el pasillo de casa; te quedas igual aunque cambie la estética. Porque ya saben que Miguel Ángel Corona para Meriton tenía como director deportivo la misma capacidad para firmar que dignidad cada mañana en el Valencia. Bueno, no hay que pasarse; tenía más capacidad. Así que, si ahora le mandan al rincón oscuro del pasillo, lo iluminará con su eterna y cínica sonrisa, y esperará a fin de mes con total tranquilidad. No se les ocurra pensar en otro escenario ¿Dimitir? ¿Marcharse? No me hagan reír. Si le tiran a vivir... y, sino, también. Respecto a Javier Solís su desaparición de la escena -tampoco estaba en la foto de verdad, que es la que vale- no creo que sea un trauma para nadie. Empezando por él mismo. Era un ejecutivo del club muy respetado desde hace años... en funciones nada deportivas. Hasta que le colocaron -y aceptó- en un cargo que no le correspondía. Y a partir de ahí llegó la caída libre de credibilidad e imagen. Al Valencia llega ahora un ejecutivo de fútbol y él no lo era. Es la única buena noticia de todos los pseudo cambios en el club. Pasamos de Anil Murthy y Layhoon Chan a Ron Gourlay. Visto así podemos respirar. Lo anterior era futbolísticamente la cámara de gas. Y ahora empieza lo de verdad; comprobar si los que «supuestamente» van a mandar ahora -la dupla Ron Gourlay y Carlos Corberán- van a poder operar en lo deportivo o van a terminar operados de urgencia. Porque, aquí, lo único importante es el dinero que suelte Peter Lim para hacer una plantilla competitiva, y no una para no bajar. Porque estar arriba vale dinero. El que no suelta desde Mateu Alemany. Todo lo demás películas de ciencia ficción.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.