Soler y Martínez
Un discurso rancio y machista, el del portavoz del PSOE en la comisión dana, defendido por una 'feminista de pro' que seguro que no le habría permitido a un diputado de Vox
Ha pasado una semana prácticamente. Carlos Mazón compareció el pasado lunes ante la comisión de investigación de la dana en el Congreso, en el marco ... de ese ajuste de cuentas político por su gestión del 29 de octubre de 2024. Entre los portavoces de los grupos parlamentarios que tomaron la palabra, Gabriel Rufián, representando ese papel de malote perdonavidas que, todo hay que decirlo, se le da bastante bien. «Cállese, no me interesa», le repetía a Mazón, no fuera cosa que el president pudiera explicarse. Llamó más la atención la intervención de Alejandro Soler, exalcalde de Elche, exlíder de los socialistas de la provincia de Alicante, exaspirante a las primarias para liderar el socialismo valenciano y, para esta ocasión, convertido en doberman tobillero del PSOE contra el cargo popular. Soler también se cuidó muy mucho de dejar contestar al interrogado, porque eso forma parte del guion en este tipo de comisiones de investigación. Pero lo más chocante fue ese momento, que ya conocerán, en el que el diputado socialista (53 años) vino a decir que el día de autos, cuando quedó a comer con Maribel Vilaplana, Mazón tenía muchas «expectativas», había dado la tarde libre a sus colaboradores e incluso se había llevado «una muda por si le hacía falta». Ojo al nivel. Todo un diputado deslizando que, en realidad, todo lo que pasó ese día se debió a un encuentro con una señora. Una tesis construida en base a suposiciones, sin más prueba que la rumorología propia de las redes sociales, impropia de un diputado supuestamente progresista (que no sea un mero comentarista de prensa rosa, claro está). Porque claro, Soler milita en el PSOE, exactamente igual que la presidenta de esa comisión, Carmen Martínez, durante tanto tiempo considerada como una de las grandes referencias del socialismo valenciano, injustamente castigada a no ser nunca consellera o vicepresidenta del Gobierno valenciano. Martínez llegó a llamarle la atención a Mazón para que dejara que Soler le siguiera imputando insidias de todo tipo -igual que minutos antes había permitido que Rufián directamente le insultara-. ¿Se lo habría permitido también a un diputado de Vox? ¿O en ese caso le habría censurado su discurso machista? Martínez dejó seguir a Soler, no fuera a estropearle el corte de voz en las radios. Y Soler, o quien fuera que le redactó la intervención, se quedó tan a gusto. No se le ha escuchado decir una sola palabra al respecto a la secretaria de Igualdad de la ejecutiva federal del PSOE, que responde al nombre de Pilar Bernabé, sobre la 'faltada' de su compañero de filas. Soler no tuvo empacho en conducirse por la insinuación sexual siendo el portavoz de un partido, el PSOE, que en los últimos meses ha tenido que escuchar audios de algunos de sus más altos dirigentes en los que se trataba a mujeres como mercancía. El mismo PSOE de las pulseras antimaltrato de AliExpress. El feminismo, como la independencia de los tribunales de Justicia, se reivindica únicamente cuando interesa, parece ser. A Soler, exalcalde de Elche, no se le recuerda una sola palabra de solidaridad con el actual primer edil, Pablo Ruz, cuando este sufrió ataques homófobos hace ahora algo más de un año. Ni por la condena a tres años de cárcel al exsecretario de las Juventudes Socialistas de Elche por tenencia de material pornográfico en el que aparecían menores de edad, incluso bebés, sometidos a tratos vejatorios y agresiones sexuales. Soler, precisamente Soler, conduciéndose por el chascarrillo de barra de bar o de tertulia barata de televisión, quien sabe si para garantizarse un legislatura más en la Cámara. Papelón.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión