Que se vayan de vacaciones

El presidente de la Generalitat viaja, desde el dramático episodio de la dana, en una angustiosa montaña rusa. Vive en ella a nivel político pero ... también personal. En la sesión de control de ayer, a costa de los letales casos de corrupción del PSOE, cogió oxígene y volvió a controlar la escena muchos meses después. De hecho, fue quien acabó dirigiendo el guión. Un guión en el que -para no perder la costumbre- los protagonistas optaron por el enfrentamiento, por las acusaciones gruesas y por huir de hacer propuestas. ¿Para qué sirvió la sesión, entonces? A Mazón, para viajar al congreso del PP reforzado (aunque su futuro está por escribir); al PSPV, para darse cuenta del abismo hacia el que le lastra Koldo, Ábalos y Cerdán -con una líder totalmente desfigurada-, y a Compromís, para ver que sólo del argumentario de la dana no puede vivir. Menos, cuando ni ellos mismos se aclaran en la coalición. ¿Para qué sirvió a los valencianos? Posiblemente para nada. De hecho, para dar ese espectáculo, mejor que se vayan de vacaciones. De un sorbo y sin azucarillo .