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Iván Mata
Olor a ovejas
Plaza redonda

Olor a ovejas

Los líderes del mundo actual, como León XIV, sólo lo serán si hacen suyas y frenan las urgencias sociales de quienes representan

Jesús Trelis

Valencia

Domingo, 11 de mayo 2025, 00:08

A León XIV le va a perseguir durante meses la sombra de Francisco. Va a ser así porque, cuando ahora repasamos cómo actuó ... y cómo vivió su papado, nos damos cuenta de la trascendencia de cada paso que dio. Desde que se asomó al balcón de la capilla Sixtina despojado de oropeles hasta que, cuatro días antes de fallecer, visitó Regina Coeli, la cárcel más grande de Italia. De hecho, a Robert Prevost ya se le está fiscalizando cada gesto, cada palabra y cada decisión que toma. Y se seguirá haciendo, poniéndole ante el espejo de Bergoglio. Ese espejo que el nuevo Papa, aunque tenga vocación continuista, hará bien en evitar atravesar, para marcar desde el inicio su propia impronta y su autenticidad. Algo que ya hizo cuando optó por colocarse la muceta roja y la cruz pectoral, aunque sin despojarse de sus mocasines negros. Una manera de decir que, para él, por encima del gesto está la acción. Y que más que un papado basado en los impactos mediáticos, se vislumbra un tiempo discreto. El de los consensos. De hecho, desde el minuto uno, ha marcado cuál va a ser su camino. Una senda de la que no quiere excluir a nadie y en la que buscará esa unidad que reclamó cuando, muy emocionado ante los fieles, pidió esfuerzos por la paz de forma elocuente y reiterada. Una paz impregnada de humildad, justicia, diálogo... Que es, en realidad, la esencia de la Iglesia. Y, por tanto, la columna vertebral de su máximo representante en la Tierra.

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