Trazos

Riesgo letal

Sánchez está imponiendo un cambio de régimen

Ayer Begoña Gómez compareció ante el juez aunque su declaración fue postergada. No entró por la puerta principal del Juzgado como hubiese hecho cualquier otro ... ciudadano. Protegida de cámaras y fotógrafos. Investigada por presuntos delitos de corrupción en los negocios y tráfico de influencias. Para que la Justicia decida si usó en su beneficio la situación de privilegio que le daba ser la mujer del Presidente. Un escándalo inaudito. Mayúsculo. En cualquier otra nación europea, Sánchez habría tenido que dimitir. Aquí no pasa nada. Por el contrario, la reacción del autócrata es hacerse el ofendido. Más madera. El Fiscal General del Estado está a punto de ser procesado. Sin embargo, asegura que no piensa renunciar al cargo aunque acabe sentado en el banquillo. Sánchez le da públicamente apoyo. Tal y como está el panorama no va a quedarse sin su lacayo togado. Suma y sigue el esperpento sanchista. Asalto clave. Caza mayor. El Tribunal Constitucional usurpa una función de casación que no tiene atribuida en el ordenamiento jurídico vigente. Conde Pumpido se arremanga. Ahora para refutar al Tribunal Supremo en el caso de los ERE. Dejando sin efecto las condenas que pesan sobre antiguos dirigentes socialistas de la Junta de Andalucía. Con la mira puesta en Chaves y Griñan. Mañana -o cuando toque- manoseará por igual cualquier otro asunto que Sánchez le ordene. Por ejemplo, la amnistía. Finalmente el Presidente del Gobierno remata la faena en persona. Anuncia que dentro de unos días comparecerá ante el Congreso para explicar las medidas que se propone adoptar en relación con los medios de comunicación críticos. Indignante. Vergonzoso. Chavismo represor. Bananero. Control y censura en ciernes. En línea con lo iniciado. Esto es, cualquier opinión discrepante del discurso sanchista se tilda de extrema derecha. Campaña que TVE encabeza. Mientras, comunistas, separatistas y bilduetarras acrecientan su discurso de odio. Sectario. Esquizofrénico. Retrógrado. Contra España, su unidad, símbolos e instituciones. En definitiva, evidencias corrosivas. Riesgo letal. Amenaza creciente. Sánchez está imponiendo un cambio de régimen. Paso a paso. De forma expresa. Ahogando la democracia. Destruyendo la convivencia. La libertad. La igualdad. Violentando la Constitución. Secuestrando la separación de poderes. Dinamitando así los fundamentos capitales del Estado de Derecho. Por eso es lamentable que el PP siga sin enterarse. Pactando todavía con la indignidad felona del sanchismo. No siendo capaz de plantarle cara de frente. Como Vox sí está haciendo. Sin tibiezas ni complejos. A fondo. Por el futuro de todos. En defensa leal de España y de sus gentes.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete a Las Provincias al mejor precio

Publicidad