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Muy hábil, la consejera de Turismo, Marián Cano. Muy hábil a la par que elegante. No planteó nada que no estuviera especificado en la propuesta ... del PP aprobada el año pasado por unanimidad en la comisión de Industria de las Cortes Valencianas. Pero aprovechó que las juergas que J. L. Ábalos se corría en los paradores nacionales están en el candelero para desplazarse a Morella e instar al Gobierno a desbloquear las obras de construcción del de la capital de Els Ports, sin mencionar al exministro de Fomento, que es lo que tiene mérito. Sí, señora. Eso es una crítica fina y perversa, y no lo que sueltan otros. Para rentabilizar la morbosa información que se está publicando sobre la concupiscente vida privada del exsecretario del PSOE no es menester detallar el desorden que encontró el servicio de limpieza en las habitaciones que ocupó en los paradores de Teruel y Sigüenza. Con pocas palabras, basta. Basta mencionar lo abandonado que tiene el Gobierno de Pedro Sánchez el proyectado primer parador monumental de la Comunidad Valenciana para que la gente relacione una cosa con la otra. Y seamos los periodistas los que completemos el cuadro. El cuadro hotelero que nos ocupa, quiero decir, porque no seré yo quien confirme ahora que la querencia de Ábalos por esta clase de hoteles viene de lejos. O quizá sí. Sí, porque la vez que recurrió a un mediador para concertar una comida conmigo para intentar convencerme de lo equivocado que estaba sobre su catadura moral terminó contándome, para rebajar la tensión, la que debió ser una de sus primeras jaranas de un parador, échenle 35 años porque estaba (1988-1991) en la consejería donde descubrió las posibilidades que brinda poseer una ONG y montó Fiadelso. «Un día que volvía muy cansado de Alicante a Valencia con fulanita de tal -una funcionaria- hice noche en el parador de Xàbia»... No le dejé terminar. Le dije de todo, pero lo más sorprendente es que aguantó el chaparrón sin inmutarse. En fin, a lo que íbamos. El parador de Morella hay que construirlo, pero no sólo porque «el tiempo corre en contra del convento de Sant Francesc», como señaló Cano, sino porque figuraba ya entre los que le gustaría haber inaugurado a Fraga. Se aprobó el presupuesto en 2009. Se adjudicó. La crisis económica obligó a parar los trabajos en 2012, por lo que hubo que indemnizar a los adjudicatarios. Y clama al cielo que se terminara el túnel que dará acceso a las instalaciones y ninguno de los cuatro gobiernos que ha habido desde entonces haya entendido que no se pueden dejar las obras a medias, o a un quinto. No como Ábalos, quien, previsor como es, cumplió como un hombre y mejoró los accesos a Morella.
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