Aeropuerto limitado
Manises necesita algo más que agrandar el complejo
Algo más que una ampliación de las instalaciones de los aeropuertos de Valencia y Alicante deberán pedir, por orden de reclamación, la Cámara de Comercio ... y el Consell. El de Manises, por ejemplo, está tan bien equipado, del nivel organizativo hablará Avión Civil, que un A-350 con más de 300 pasajeros a bordo debió abortar la maniobra de aterrizaje y poner rumbo a Barcelona porque la adjudicataria de los trabajos en pista carece del tractor necesario para auxiliar a este tipo de aeronaves en sus desplazamientos por tierra. Una pifia que nos habría hecho mucha gracia si la hubiéramos visto reflejada en cualquiera de las entregas de 'Aterriza como puedas', pero que a los pasajeros afectados por esta combinación de inadvertencia y postergación no les hizo ninguna y a la compañía Turkish Airlines, menos porque encima tuvo que desplazar a Valencia otro avión vacío para recoger a quienes iban a embarcar con destino a Estambul. No. A los responsables del aeropuerto de la capital valenciana no les cumple ni la eximente de la novedad porque el avión desviado a córner en el último minuto no era precisamente un prototipo en vuelo de pruebas. Comenzó a comercializarse en 2015 y, con datos de julio, son 669 las unidades que Airbus lleva fabricadas y entregadas a 38 aerolíneas distintas, siendo de 1.428 el número de pedidos. De modo que lo mínimo que tendría que haber pedido AENA a las firmas interesadas en adjudicarse la concesión del servicio en tierra es que dispusieran de los vehículos necesarios para arrastrarlos y facilitarles el acoplamiento a las pasarelas. No era mucho pedir, si de lo que se trataba era de facilitar el correcto funcionamiento del aeropuerto y no restringir su desarrollo, ya que, en caso contrario, quizá convendría cuantificar las pérdidas que podría haberle provocado esta carencia y añadirlas al impacto negativo de 933 millones de euros que experimentará la renta provincial hasta 2030, según un informe elaborado por el Consejo de Cámaras de Comercio de la Comunidad Valenciana, si AENA no amplía y equipa correctamente sus dependencias maniseras. Hasta ahora sabíamos que las bases aéreas valencianas estaban al límite de su capacidad. El aeropuerto de L'Altet, que movió un volumen de 18,3 millones de pasajeros en 2024, se colapsará y no podrá a atender a una demanda que rondará los dos millones de usuarios anuales más en los próximos ejercicios si no cuenta con una segunda pista. Y gracias a esta imperdonable negligencia nos hemos enterado de que el de Manises, que en el último ejercicio, con 10,5 millones de viajeros, operó por encima de sus posibilidades, necesita algo más que agrandar el complejo y concluir las eternizadas y raquíticas obras de acceso. Necesita no volver a tentar otra vez la suerte.
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