Esta Copa no molesta, viene hasta bien
El torneo permite a Corberán dar tensión competitiva a futbolistas que necesitan minutos
Como explica Carlos Corberán, esta Copa del Rey, aún en las circunstancias en las que se encuentra el Valencia, no molesta, incluso viene bien. Rivales ... que te permiten pasar eliminatorias, la posibilidad de llegar ya a cuartos de final, habiendo jugado con el Parla Escuela, Ejea, Eldense y Ourense, y partidos en los que, recién llegado el nuevo entrenador, se te permite dar minutos a futbolistas que no conoce tanto, que han jugado menos, y a los a que les puedes dar tensión de competición para que, llegado el caso, puedas contar con ellos con mayores garantías.
Y, aun así, dada una mayor extensión de plantilla, siempre puedes, a la vez que das minutos a estos futbolistas y alguna que otra oportunidad a chicos del Mestalla, presentar un once y unos cambios durante el enfrentamiento, que deben darte, sí o sí, salvo sorpresa mayúscula, el pase a la siguiente eliminatoria de la competición.
Ayer, entre los once elegidos por el técnico valencianista hubo futbolistas que sí son habituales y otros que necesitan de minutos. Gozaron de su oportunidad Martín Tejón y Dimitrievski, mientras que la defensa era prácticamente titular. También pudieron reivindicarse futbolistas como Guillamón y Pepelu, Sergi Canós y Sadiq. Mucho que esperar, y muchísimo que perder.
Y la primera mitad no fue sencilla. Entró bien el Valencia, como nos tiene habituados en la era Carlos Corberán, pero cada vez son menos los minutos, y ante rivales incluso muy inferiores, los que se nota esa superioridad y esas buenas sensaciones.
Dos arrancadas de Jesús Vázquez, una sin remate, y otra que supuso una oportunidad clarísima de Sadiq, inmejorable, y errada inexplicablemente. Lástima, el jugador recién incorporado necesita aprovechar este tipo de situaciones para aumentar en confianza y que su aporte al equipo sea considerable. Y volvió a fallar otra clara, pero algo más complicada que la anterior, al filo del descanso, al cabecear un córner botado por Pepelu.
Pero pronto dejaron de mandar los valencianistas, y los locales comenzaron a crecer. Buenas contras, muy rápidas y verticales tras recuperación complicaron el control de los nuestros. No sufrimos, pero tampoco fuimos mejores. Da la sensación que cuando se les complica, no están tan convencidos de la idea y eso debe ser innegociable. Salida de tres con Foulquier, Mosquera y Yarek, ubicando a Jesús Vázquez muy arriba, para meter a Sergi Canós por dentro. Pero si luego, no metes balones por dentro, de poco te sirve esa maniobra. La esperanza, acertar antes que ellos, y que su físico se viese afectado por el esfuerzo de la primera parte.
Efectivamente, así fue, aunque no tanto. Dominio territorial total del Valencia en los minutos iniciales de segunda mitad, a ellos les costaba mucho más salir a la contra. Sadiq envió una pelota al larguero y hubo varios balones al área sin remate. Y el Ourense recuperó fuelle: el Valencia no hacia el segundo y se animaron. Tuvieron su momento y no empataron de milagro. Y llegó el segundo tras pérdida del mediocentro local, bien aprovechada, esta vez sí, por el delantero nigeriano.
Siguieron intentándolo los locales, sin acierto para reducir distancia en el marcador, pero con juego y sapiencia, sin precipitarse. El Valencia cumplió y se llevó la eliminatoria: tuvo más pegada y, lo que es una realidad, Sadiq tuvo hasta cuatro ocasiones claras de gol. Y además, marcó. Tiene que lograr ofrecer esas prestaciones, no tan buenas pero sí similares, también contra los equipos de la Liga. Y ahora, la Real Sociedad.
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