El día en que España se paró
La realidad imita al cine: En 'Ultimátum a la Tierra' (Robert Wise, 1951) el extraterrestre Klaatu usa su poder para provocar un apagón mundial
No es en Cinemascope, no es en color, su producción es modesta, tiene unos efectos especiales sencillos, los actores no son estrellas (Michael Rennie, Patricia ... Neal, Sam Jaffe)... Sin embargo, 'Ultimátum a la Tierra' (Robert Wise, 1951, USA) se ha convertido en un clásico de la ciencia-ficción cinematográfica. Un tebeo audiovisual con un encanto que sigue emocionando.
La segunda versión de este filme producido por la 20th Century Fox y dirigido por Scott Derrickson, está protagonizado por el famoso 'cara de palo' Keanu Reeves. El film es tan malo que muchos cinéfilos lo consideran el mejor de la carrera de Wise (por comparación con la versión original).
'Ultimátum a la Tierra' comienza cuando una nave espacial aterriza en Washington D.C. En ella viaja Klaatu (Michael Rennie), un alienígena humanoide, acompañado por Gort, un enorme (¡y precioso!) robot con poderes extraordinarios (los tiene si recibe órdenes en ese sentido). El platillo volante, que luce el más hermoso color gris de la historia del cine, llega a la Tierra con un urgente mensaje antibelicista: en el contexto de la Guerra Fría, si los humanos continúan con su agresiva carrera armamentista, especialmente con el desarrollo de armas nucleares, acabarán representando una amenaza para otras civilizaciones del universo. En ese caso, la Tierra será destruida para preservar la paz galáctica.
En esta crónica es imprescindible recordar al título original de la película: 'The Day the Earth Stood Still'. Es decir, traducido literalmente, 'El día en que la tierra se detuvo'. Klaatu es recibido al principio con hostilidad y resulta herido por el ejército. Luego escapa y se esconde entre los humanos, adoptando una identidad falsa para conocer mejor la sociedad terrestre.
El clímax llega cuando Klaatu es asesinado, pero Gort lo resucita brevemente. Klaatu, a modo de aviso y castigo, provoca un apagón global durante 30 minutos: todas las máquinas eléctricas del mundo (excepto aviones en vuelo, hospitales y algunos otros sistemas críticos) se detienen para demostrar su poder como extraterrestre con buenas intenciones.
Klaatu, barada, nikto
Klaatu le pide a su amiga Helen Benson (personaje interpretado por Patricia Neal) que si algo le ocurre a él, se acerque al platillo volante y le diga al robot estas tres palabras: 'Klaatu barada nikto'. La frase es una orden para evitar que Gort reaccione violentamente y destruya la humanidad tras la muerte de Klaatu: un código de seguridad que le impide a Gort ejecutar represalias automáticas.
¿Qué significa 'Klaatu barada nikto?'. No se explica con claridad. Su creador, el guionista Edmund H. North, tampoco reveló su exacta traducción. Importa su 'función dramática': es una salvaguarda para calmar al robot y evitar la catástrofe. El preámbulo de la destrucción total se apunta en la película con esa media hora en la que Klaatu detiene la Tierra. Ante ese poder del alienígena, lo mejor es ser respetuosos.
La realidad ha imitado ahora al séptimo arte. Hace unos días, España se detuvo casi por completo. La fantasiosa historieta fílmica dejó de ser fantasiosa para convertirse en un lúcido aviso. ¡Cuidado -nos dice alguien-, sois más frágiles de lo que creéis! Al escribir esta crónica no sabemos qué ocurrió exactamente para que durante varias horas se produjera el 28 de abril un gran apagón en España y Portugal.
En esas horas de apuro y miedo, repetí varias veces en mi casa: '¡Klaatu barada nikto¡'. Al principio, sin resultado alguno. Mis dos perros ladraban. Quizá a base de insistir, la energía volvió a nosotros, los desconcertados ciudadanos hispanos. ¡Gracias, Klaatu y Gort!
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