La izquierda, en plan orcas
Un estudio detecta un patrón de caza coordinada en las manadas de cetáceos que se asemeja al modo en que el PSPV y Compromís apuestan por el pan para hoy
En el hoy. Un ex alto cargo del Botánico lamenta el modo en que sus compañeros, ahora en la oposición, están tan centrados en ... el pan para hoy que no atienden al hambre de mañana, que probablemente llegará si no hay previsión en la izquierda valenciana, tan centrada en Mazón y tan despreocupada del PP.
Puntuar. Lo importante es mover el marcador y que cada uno agite su parte del campo. Sin embargo, este enfoque tan pertinaz en ver si Mazón dimite tiene sus inconvenientes. Quizá emparenta con la ausencia de recursos y liderazgos y por ello se hace de la necesidad virtud.
Paolo Domenici es un investigador que no se cansa de observar las orcas. De tanto análisis ha logrado extraer un patrón de conducta coordinado en las manadas. Las orcas trabajan juntas para zamparse cuantos más arenques mejor, según ha concluido en un estudio publicado por la revista 'Current Biology'. Las más grandes pegan un aletazo que dejan a sus presas confusas y a partir de ahí despliegan movimientos coreografiados. Si hasta las orcas se organizan para ir de cacería, e incluso avanzan en triángulo perfecto, imagínense los partidos políticos.
Nada que reprochar, pero es importante disimular. Si acusas a Mazón de que no puede salir a la calle, y cuando falta populacho, van tus cargos a gritar «Mazón dimisión» como si fueran pueblo llano, pues el argumento de la desafección contra el presidente flaquea. Eso no quiere decir que el jefe del Consell pueda circular tranquilamente por la calle, porque no. Pero tampoco es necesario forzar ese rechazo de continuo. Se te puede ver el plumero, que es lo que les pasó el miércoles en Oliva a los concejales y exconcejales del PSPV y Compromís, que eran ellos y pocos más los que se plantaron a pedir la dimisión de Mazón. No todos los días se va a plantar un señor, como en Alaquás, a decirle al presidente cosas poco rebatibles, pero forzar la máquina es como lo de las orcas, ir de cacería a ver si puedes zampar cuanto más mejor. La apuesta del pan para hoy puede revertir en hambre para mañana.
Salió luego Mazón y criticó que, entre los protestantes, la inmensa mayoría eran cargo o excargo público y te chafa la supuesta indignación popular carente de intencionalidad partidista. Si el presidente no pudo ir a la Crida, apenas asomó por Magdalena y se perdió la Santa Faz, será por algo. Instrumentalizar partidísticamente ese rechazo no acelera los acontecimientos. Es más, puede provocar justo lo contrario.
Movilizar a la militancia e intentar alimentar la movilización popular es práctica habitual. El problema es cuando estás tan pelado de militantes que acabas por enviar a las protestas a quien, en realidad, cobra por trabajar al servicio del ciudadano. No todos los días se puede comer arenques. Eso lo saben hasta las orcas. Hay días que toca esperar. O trabajar en otras cosas.
Tan pendientes de Mazón, la izquierda valenciana parece pasar por alto la falta de atractivo de sus propuestas, cuando las tienen. La potencia del discurso nacional, la querencia de los líderes locales por aparecer en las tertulias televisivas nacionales, es de tal calibre que queda orillado todo lo que no sea participar en el circo mediático vinculado con los temas gestados en Madrid. Mientras, el PP, como marca, hace su camino, que no tiene que estar necesariamente vinculado al de Mazón, aunque la izquierda viva pendiente de intentar cobrarse hoy, ya, una pieza de caza mayor, o eso creen.
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