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El arte abstracto nos atrapa

A pesar de que los gestores culturales saben de la imbatibilidad de Sorolla, nadie se priva de la pincelada fantástica y un discurso cada vez más surrealista

Burguera

Valencia

Lunes, 15 de septiembre 2025, 00:11

Complicado es, para alguien sin mucha formación, emocionarse con el arte moderno. A veces sí. A mí me pasó en alguna ocasión, pero pocas. ... Si tienes la suerte de que te lo explique el artista (a los periodistas de Cultura les pasa), puedes percibir algo más, pero es un punto críptico. Así pues, es común escuchar en los museos de arte moderno ese clásico: «Eso lo pinta igual mi sobrino de ocho años. O mejor». Llevan a los estudiantes al IVAM y la curiosidad existe pero la comprensión escasea. Hubo un tiempo, hace una centuria, en que toda aquella abstracción y nuevos movimientos de expresión plástica derivaron hacia el dadaísmo, que era como rizar el rizo. Al final, como bien saben los políticos y los gestores culturales, si uno quiere llevar gente a un museo, nada como Sorolla. Algo comprensible, cercano. En los Museos Vaticanos, pocas fotos alrededor del 'Estudio sobre Velázquez, Papa II', de Francis Bacon. El personal se congrega bajo la Capilla Sixtina, y es ahí donde se produce algún síndrome de Stendhal. Manca finezza, dirá el experto en arte moderno, y no le faltará razón.

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